miércoles, 14 de julio de 2021

CARTA A MARIANA, DONDE SE DICE QUE YO SÍ CONOCÍ A LOLITA ALBORES (Parte 9)

Querida Mariana: doña Lolita, en la crónica “Sí, conocí a Rosario Castellanos” dice que Rosario “era muy humorista”. En el libro “El aire en que se crece”, de Rebeca Orozco, la autora menciona que uno de los grandes amigos de Rosario fue Raúl Ortiz y Ortiz y agrega: “…en las reuniones con él y con otros amigos de la universidad, ella se sentía a sus anchas: reía sin parar y desplegaba ese sentido del humor irónico e inteligente que a todos asombraba…” Todos los que conocieron de cerca a Rosario aseguran que ella, como dice doña Lolita, fue muy humorista. Rebeca dice que, en el círculo de sus amigos, ya en la Ciudad de México, desplegaba un sentido del humor irónico e inteligente. En varios de sus textos asoman estas características. La propia Rosario, en un ensayo que publica en Excélsior, escrito en 1971, en Tel Aviv, ya siendo embajadora de México en Israel, comenta que recibió noticias de la aparición de su libro “Álbum de familia”, que contiene (ella lo dice) tres cuentos y una novela corta, y Rosario comenta que con este libro abandona el Ciclo Chiapas e inicia un nuevo camino literario, una senda donde abandona “el patetismo por el humor”. ¿Mirás? La propia Rosario privilegia el humor en su obra creativa; es decir, si ella posee las cualidades de ser irónica e inteligente (porque los inteligentes son humoristas) las emplea en su acto creativo. Rosario dice: “… con “Álbum de familia” uno se puede reír. Con risa de conejo, es cierto. Pero algo es algo”. Y es cierto. Yo, cuando menos, reí cuando leí “Lección de cocina”. A propósito, la actriz comiteca Rosa Hortensia Aguilar Trujillo hizo una adaptación de este relato y lo presenta como un monólogo, con esa chispa de humor que caracteriza el texto. Algunos autores han dicho que ese rasgo de la personalidad de Rosario no es más que un intento de máscara, para ocultar sus problemas personales. ¿Cómo enfrentar la avalancha de dolor causada por la relación con su esposo Ricardo? Pero doña Lolita no sólo dice que ella fue humorista, sino que, y esto es un dato genial, dice de dónde, según ella, le viene ese rasgo. Paso copia de lo que doña Lolita dice: “Era muy humorista y le gustaba manejar la ironía; mucho de lo que ella escribió de Comitán fue narrado por su madre doña Adriana; que se reía mucho de la forma de vivir de los comitecos y criticaba muchas cosas; recordaba anécdotas y las contaba con una gracia muy propia de la cual mucho le heredó Rosario”. Si Gabriel García Márquez reconoció que mucho del realismo mágico que escribió le llegó por voz de su abuela, doña Lolita dice que la gracia de Rosario para contar anécdotas fue herencia materna. Dice doña Lolita que doña Adriana se reía mucho de la forma de vivir de los comitecos. Ella, siendo mera comiteca, bataneca, conocía el modo de ser de los comitecos. Debemos reconocer que la personalidad del pueblo comiteco tiene, en efecto, rasgos que mueven a la risa. Los comitecos, desde siempre, se reúnen y disfrutan la anécdota. La anécdota tiene como elemento fundamental el sentido gracioso, el remate que mueve a risa. Y de esto, vaya que sabía doña Lolita, quien escribió dos libros sencillos con chistes y grabó discos con picardías comitecas. ¿Cuál ha sido uno de los libros más vendidos de los autores comitecos? El de “Sólo para comitecos”, de Armando Alfonzo, libro que cuenta anécdotas de los años treinta y cuarenta de Comitán. Te he platicado en muchas ocasiones que cuando había un acto cultural o social y estaba doña Lolita, varios buscábamos estar cerca de ella, porque esto garantizaba pasársela bien. Me da gusto enterarme que un fenómeno similar sucedía con Rosario, sus amigos disfrutaban su humorismo irónico e inteligente, piedra que pepenó en el regazo de la bataneca, su madre. Posdata: yo no sé si esa ironía le sirvió para enmascarar su dolor interno, lo que sí sé es que Rosario advirtió que el humor sirve para escribir literatura inteligente.