domingo, 24 de marzo de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN HILO DE DEMOCRACIA

“El poder sin el abuso pierde su encanto”. Querida Mariana: comencé la carta con una cita, una frase de Paul Valery, gran poeta francés. ¿Por qué la copié? Porque estamos en un proceso de renovación de poderes. Los candidatos están en busca del poder. Sabemos que quienes llegan a detentar el poder abusan. La frase del poeta no tiene desperdicio, parece que uno de los estímulos del poder es la capacidad no sólo del uso, sino del abuso, mientras más abusa el poderoso ¡más poderoso se siente! Qué bobo, pero es parte de la esencia humana. El juego de la democracia es simpático, por decir lo menos. La idea de democracia insiste en reiterar que el poder original radica en el pueblo, porque es éste el que, por el proceso de elección, elige a sus representantes, quienes se convierten en los que acceden al poder. En el plano local, pronto iniciarán las campañas políticas, donde los candidatos ofrecerán sus propuestas. En junio se efectuará la elección, de este proceso saldrán los vencedores, las vencedoras. En el pueblo, como nunca, está “cuajado el chulul”, el “árbol de la democracia” está lleno de aspirantes. También, como nunca, la presencia de mujeres es notable. Esto es como una consecuencia lógica de lo que sucede a nivel nacional: en un país machista una mujer será la presidenta de la república, una mujer será la más poderosa de la nación. La frase de Valery es inobjetable, pero, a la vez, es dramática. La democracia no debería ser el pasaporte para que el pueblo, quien posee el poder de nombrar a sus representantes, terminé siendo objeto de abuso de los detentores del poder. Por eso digo que la idea de democracia en nuestro país es simpática, por no decir dramática. Tal vez nos hace falta reflexionar más en la certeza social de que el pueblo nombra a sus representantes, pero el verdadero poder sigue residiendo en el pueblo, porque, qué “simpático”, el pueblo jamás abusa del poder, no radica en ello su encanto. La verdadera esencia de la democracia sí reside en el pueblo. No debemos olvidarlo. Posdata: La frase de Valery es rotunda, demuestra el encanto perverso del poderoso. En la función pública debe limitarse dicho espacio, las leyes lo contemplan, pero los poderosos también disfrutan abusar de ellas. ¡Qué simpático! ¡Qué perverso! La sociedad civil debe ser el dique para que las aguas poderosas no se desborden, no pasen a joder las parcelas que, por definición, sólo deben regar para procurar el sano desarrollo. ¡Tzatz Comitán!