domingo, 16 de febrero de 2025

CARTA A MARIANA, CON FOTOGRAFÍAS

Querida Mariana: acá tengo dos primicias: una fotografía y un texto. Ambos tesoros están unidos con la cuerda histórica del Colegio Mariano N. Ruiz. El texto fue escrito en febrero 2025 por el Maestro José Hugo Campos Guillén, actual director general y representante legal de la asociación; y la fotografía me la envió mi querida amiga Eva Morante Fernández, ella y yo fuimos compañeros de aula en la secundaria del colegio, egresamos en 1971. La fotografía es de finales de los años sesenta. Eva me dijo que la chica de la derecha es Paty Armendáriz Guerra. Estas dos imágenes, la visual y la escrita, sirven para conmemorar, para celebrar, los setenta y cinco años de vida del Colegio Mariano N. Ruiz. Paso copia del texto escrito por el Maestro Campos Guillén: SEMISESQUICENTENARIO Con sano y justificado orgullo celebramos los 75 años de la fundación del Colegio Mariano N. Ruiz, tiempo que se resume en agradecimiento por todas las bondades y satisfacciones recibidas. El 5 de febrero del año 1950, Monseñor Carlos de Jesús Mandujano García, párroco de esta feligresía comiteca, sembró la semilla que habría de germinar en savia bendita para luego florecer y dar cosechas abundantes. El Colegio Mariano nace con el sello católico que su fundador le imprimió y distingue su obra a la memoria del sabio chiapaneco injustamente olvidado, el Maestro Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar. Son innumerables las generaciones de alumnos que han pasado por las aulas de nuestro colegio y no me equivoco cuando digo que difícilmente en Comitán no exista familia que no tenga un vínculo que no lo una a nuestra institución. En esta celebración no debo dejar pasar el valioso aporte y legado cultural de personajes que han dejado una huella imborrable por su servicio a la docencia de nuestra escuela: los hermanos Mandujano García, Carlos y Raúl, sacerdotes en Cristo; la Madre Sarita; Maestro Jorge Gordillo; Maestro Güero; Don Augusto Molinari; Maestro Víctor Cuervo; y otros tanto que han trascendido en la historia de nuestro pueblo y que su memoria permanecerá perenne a través de los tiempos. Jubilosos también por los que ahora les toca aportar un granito en la formación de generaciones presentes y futuras. COMMUNIA NON COMMUNITER, hacer lo ordinario de manera extraordinaria, frase que resume la más elevada esencia de la educación, ideales que sostienen los pilares. Posdata: quedan estas dos imágenes como síntesis de setenta y cinco años de vida productiva. ¿Y ahora? El Colegio Mariano N. Ruiz va por los cien años. ¿Viste bien la fotografía que mandó mi querida amiga Eva? Ya te conté que estos uniformes de gala los confeccionaba el gran sastre comiteco Guillermo Villatoro, ¡ah, qué elegancia la de Francia! Adelante van Paty y otra chica, luego el maestro que dirige la banda de guerra (chicos con tambores y cornetas, con kepis). El desfile pasaba por esta calle que estaba entre el palacio municipal y el parque central. Quienes vivieron este tiempo hablan de la gallardía de los estudiantes. Era un alto honor participar con la representación de la escuela donde estudiaban. He platicado que junto a la gallardía de estudiantes del Colegio Mariano N. Ruiz (que acá se aprecia), la Escuela Secundaria y Preparatoria presentaba un grupo de chicos y chicas con total disciplina. Muchas personas se congregaban para presenciar el desfile, aplaudían a cada contingente. Las autoridades presenciaban el desfile desde los balcones de la presidencia municipal, cada contingente saludaba a la bandera que ondeaba en el balcón central. Posdata: hoy ya no existe esta calle; hoy ya no existe el portal (de color azul) que fue parte de la llamada Manzana de la Discordia, derruida a finales de los años setenta. El templo que se ve al fondo (templo de Santo Domingo) hoy tiene otro color. La misma presidencia ya está remodelada. Tal vez lo único que se mantiene sin cambio es el árbol y el cielo, así como la vocación de servicio del Colegio Mariano N. Ruiz. ¿Ya viste una pequeña madera entre los dos arcos del palacio municipal? Era la tabla, con fondo negro y letras blancas, que anunciaba cuál era la farmacia que estaba de turno esa semana; es decir, la farmacia que daba servicio durante las veinticuatro horas del día. ¡Tzatz Comitán!