lunes, 24 de febrero de 2025
CARTA A MARIANA, CON EL SECRETO DE COMITÁN
Querida Mariana: los de acá dudan; los visitantes sí reconocen el secreto. El secreto viene de años atrás. En los documentos oficiales todo mundo encuentra que nuestra ciudad se llama Comitán de Domínguez, pero los mayores cuentan que un ilustre zapaluteco, Flavio Guillén, nombró a esta ciudad como Comitán de Las Flores; y cuando la gente preguntaba el porqué, todo mundo decía: por la belleza de sus mujeres y de sus jardines.
Por eso, cuando los visitantes llegan descubren el secreto de inmediato, porque los jardines bellos son tan profusos como abundantes las mujeres bellísimas. ¡Y acá está la muestra, acá está revelado el secreto!
Esta fotografía, por supuesto que es de privilegio, pero la comparto con este ligero comentario, porque la cinta del misterio siempre debe colocarse sobre un tapete bordado, con hilos de oro o con palabras, porque la palabra, el Verbo, es el material más precioso del ingenio humano. Nombrar los objetos y las esencias es oficio magistral. En esta fotografía todo tiene nombre, mi amiga se llama Yolanda Castellanos Trujillo y el árbol que es como su aura se llama Tenocté (con mayúscula, el nombre de la flor y el nombre de mi amiga).
Un día llegué a dar clases a la secundaria del Colegio Mariano N. Ruiz, ese día compartí con los chicos y chicas un fragmento histórico y al hablar de los conquistadores, el libro llamaba a los españoles como ilustres castellanos, dos segundos después de decir “ilustres castellanos”, Yoli y su hermana, sin ponerse de acuerdo, se pusieron de pie y vieron a la audiencia desde arriba, como si ellas estuvieran en el centro del universo, todos sonreímos y aplaudimos. La simpatía de ellas era una cinta de luz. Todos celebramos la ocurrencia. Hoy, muchos años después, sigo celebrando la vida de las ilustres Castellanos, maravillosas chicas comitecas, bellísimas flores de nuestro jardín supremo, que antes de llamarse Comitán de Domínguez se llamó Comitán de Las Flores, por la belleza de sus jardines y de sus mujeres.
Don Roberto Cordero Citalán dedicó una canción a nuestra ciudad, hoy mucha gente se emociona al escucharla y no son pocos los que le dan el título honorífico de “himno de Comitán”. ¿Recordás cómo inicia la canción? “Comitán, Comitán de las flores…”, pues sí, con todo respeto para el nombre oficial, hubiese sonado medio feo nombrarlo Comitán de Domínguez. ¿Con qué rimaba este apellido? En cambio, la rima que acompaña la letra de la canción es una secuencia lógica y natural: “…donde están mis amores, donde quieren de verdad…”
Acá está el botón de muestra: Comitán de Las flores es una ciudad única en el mundo, en el universo, por la belleza de sus jardines y de sus mujeres.
La profesión de mi amiga Yoli es cosmiatría, ella es una profesional en el cuidado de la piel. Su clínica está ubicada a dos cuadras del parque central, a pocos pasos de Correos de México, en una casa que fue propiedad de su papá y de su mamá, casa que tiene un jardín pequeño, pero bellísimo; casa donde crece este maravilloso Tenocté; casa donde vivió su abuelo y su abuela materna. Su abuelo Cicerón Trujillo fue presidente municipal de Comitán en dos ocasiones.
Posdata: el secreto de Comitán es visible para todos los espíritus sensibles, los visitantes llegan con una mirada dispuesta a la novedad y de inmediato reconocen el prodigio del Comitán de Las flores, de inmediato se enamoran de sus esencias más sublimes. Acá está un botón de muestra.
¡Tzatz Comitán!