miércoles, 26 de febrero de 2025

CARTA A MARIANA, CON ENAMORADOS DE MUSEOS

Querida Mariana: ¿conocés a alguna persona enamorada de un museo? Ahora pensé en el escritor Julio Cortázar, él contaba que iba al Museo de Louvre y destinaba mucho tiempo para visitar una sala, sólo una. Quienes han ido al Louvre cuentan que son muchísimas obras, es imposible pepenar todo en una sola visita. Los turistas pasan en las salas como si estuviesen en un tobogán, apenas alcanzan a disfrutar todo lo disfrutable. Sí, los expertos recomiendan hacer lo que Julito, sentarse ante una obra y disfrutarla, exprimirla. Los grandes viajeros saben que lo mismo sucede cuando visitan una ciudad, para poder aprehenderla deben destinar varios minutos u horas a un determinado lugar, si van corriendo de un lugar a otro no hacen más que cortar frutos y atragantarse con ellos. Eso no es la vida, la vida es el disfrute sorbo a sorbo de un buen vino, bocado a bocado de un guiso exquisito. La vida no es el atragantamiento, ni la velocidad. Al visitar se aplica que lo menos es más, siempre y cuando la mirada esté dispuesta a abrir su espíritu. He conocido cuando menos dos amigos, una chica y un chico, que me dijeron que no visitaron el Louvre, cuando estuvieron en París; lo que sí hicieron fue visitar el Museo de Orsay, donde existe una selecta obra de impresionistas; dedicaron varias horas en disfrutar de ese arte. La chica volvió tres veces, en tres diferentes días. Cuando volvieron estaban extasiados, supieron degustar los colores, las diversas sensaciones, las texturas, la luz derramada con generosidad. Estos compas son los que yo llamo enamorados de museos. He conocido a varios. Cuando comparten su experiencia los veo iluminados, llenos de energía, con una mirada de orquídea, con una experiencia de aire fresco. El otro día, sin que viniera al caso, Romeo me paró a mitad del parque y después del saludo de rigor me preguntó cuál era mi museo comiteco de preferencia. Dudé, siempre que alguien me pregunta algo imprevisto me pone en apuros, pero como estaba con mi compa, comencé a bordar una posible respuesta, comencé a dar una vuelta imaginaria a los museos de Comitán: el arqueológico, el de la ciudad, el Rosario Castellanos, el de arte y la Casa Museo Dr. Belisario Domínguez. Y dije que todos tenían elementos importantes para llenarse de cultura; pero antes de elegir mi museo favorito dije que los habitantes de Comitán tenemos la gran ventaja que no tiene la gente de otras partes, nosotros en cualquier momento podemos entrar a los diversos museos y hacer lo que hacía Julio, sentarse ante una obra para gozarla en plenitud. ¿Mirás el gran privilegio de pararse frente a una pieza prehispánica, una pieza que fue tallada hace cientos de años y que no existe en ninguna otra parte del mundo? Asimismo ver, una y otra vez, el video donde María Trinidad Pulido da cuenta del origen de nuestro pueblo; María Trinidad fue una investigadora que dedicó su pasión por la historia de Comitán y de las haciendas de los alrededores, tema de gran relevancia (es una pena que donde está la pantalla en el Museo de La Ciudad no existe una banca para sentarse y ver con atención el video); me gusta visitar el Museo de Rosario Castellanos y darle una vueltita a la línea del tiempo para recorrer la vida de nuestra gran escritora; de igual manera disfruto entrar a la Casa Museo para disfrutar el patio central, me encanta sentarme en una banca y dejar que el tiempo haga una pausa en mi diario trajín; ¿y qué decir del Museo de Arte? Hace falta que los cuadros tengan la suficiente luz para disfrutarlos, es una pena que, por ejemplo, una pintura al óleo del gran pintor oaxaqueño Rodolfo Morales (que es un original que no existe en ninguna otra parte del mundo) no tenga iluminación correcta. Cuando terminé de hacer este mínimo recuento, le dije a Romeo que el museo de arte, el arqueológico, el de la ciudad y el Rosario Castellanos están en casas comitecas remodeladas y acondicionadas; es decir, no tuvieron el diseño original para ser destinados como museos. Tal vez por esto, el museo que me parece más atractivo es el Belisario Domínguez, porque este museo tiene la esencia del espíritu del héroe, porque fue su casa, por eso fue muy criticado por los habitantes de nuestra ciudad la más reciente remodelación, porque eliminaron el jardín central convirtiéndolo en un patio que si bien es muy digno nada tiene que ver con el jardín original. Posdata: no soy amante de algún museo en particular, pero sí me gusta entrar de vez en vez a los museos de nuestra ciudad y pepenar algunas esencias. ¡Tzatz Comitán!