sábado, 9 de agosto de 2025
CARTA A MARIANA, CON CELEBRACIÓN
Querida Mariana: pasó la feria de agosto 2025. Ya te conté que en los años sesenta, la feria se desarrollaba en el atrio del templo y en el parque central. Ah, los chiquitíos esperaban con ansia la fecha para trepar a la rueda de los caballitos (que se ponía frente al palacio municipal), para jugar chingolingo (aunque se supone que este juego era sólo para adultos). Las “zacatecas” se colocaban alrededor del parque y ahí comprábamos los “trepatemicos” y los dulces que preparaban los paisanos de mi papá (los coletos). Ah, era muy disfrutable. A veces llegaba un señor que colgaba los “View Master” (tal vez fueron las primeras palabras que aprendimos del inglés), estos aparatos permitían ver imágenes fotográficas. Había como veinte o treinta rueditas donde estaban las imágenes. El “View Master” hacía el prodigio de ampliar las imágenes para que quien pagaba los veinte centavos pudiera verlas. Había de todo, de paisajes de otros lados del mundo, caricaturas. El aparatito tenía una ranura superior donde se introducía el disco y una palanquita que se bajaba para darle vuelta al disco y mirar la siguiente imagen. Ah, era un chunche maravilloso, que se colocaba frente a los ojos (digo que este chunche fue el abuelo de las gafas 3D, que ahora son tan famosas). La feria era un verdadero deleite. Los mayores recuerdan que las personas del pueblo estrenaban “mudada” (outfit) el mero día de la feria.
Un día, el gobierno construyó las instalaciones de la feria y el rebumbio del centro se olvidó, a tal grado que muchos jóvenes ni siquiera se enteraron que la feria era en honor del Santo Patrono del pueblo: Santo Domingo de Guzmán; digo esto porque antes todo mundo pasaba a echarse una persignada al templo que era adornado con esmero y cuya imagen de bulto era retirada de su nicho principal para que estuviera al paso de la gente, porque ya mirás que es costumbre pararse frente a la imagen, santiguarse y algunas personas tocan el manto de Santo Domingo, incluso hay gente que toma el manto y lo lleva a sus labios para besarlo, todo en nombre de la fe, todo digno de respeto.
A mí me encantaba sentarme en una banca que estaba en el puesto del señor que, año con año, traía revistas de monitos, las colgaba en lazos y mostraban sus portadas. Las revistas, como has de comprender, estaban todas ajadas, todas manoseadas (en ese tiempo no me ponía a pensar que estaban llenas de microbios). Mi mamá me daba unas monedas para que disfrutara la feria. Yo gastaba toda mi paga en leer revistas de monitos (los actuales cómics). Ah, era un verdadero gozo elegir la revista, pagar el costo de la renta, sentarme al lado de otros muchachitos (no recuerdo que hubiese alguna niña. ¿No había mujeres lectoras? Había, sin duda, pero las niñas bonitas no se sentaban al lado de muchachitos piojosos. En término estricto yo no tenía necesidad de eso, porque mi papá me compraba revistas cada semana, pero vos sabés que los lectores no tenemos llenadera, siempre queremos más, como sucede con todas las personas que se excitan por algo. El otro día vi en el Facebook que hay en el país un compa que tiene una enorme colección de relojes bien caros. Sabemos que quiere más y más. Cada uno con sus pasiones. Los lectores son tan exagerados que compran libros de más, tienen en los libreros ejemplares que no han leído todavía, pero ahí andan comprando más y más. No tenemos llenadera. Ah, es una pasión maravillosa. No sé quién es el ser mortal que posee la biblioteca personal con más volúmenes, pero el otro día vi un video de la biblioteca de la residencia del gran escritor italiano Umberto Eco (sí, así, sin hache el nombre de Umberto) y miré que tenía más de cincuenta mil libros. ¡Pucha! Él caminaba por varias salas en medio de laberintos acuerpados por torres de libros. Pienso que él se sentía muy bien cuando caminaba en medio de ese enorme bosque. Y si hablamos de libros habrá que decir que en este 2025 apareció “Génesis del templo de Santo Domingo de Guzmán”, de la autoría de Diego Greene, director de cultura, del Ayuntamiento comiteco. El libro está a la venta en la Librería Católica, que está en la bajada hacia el Mercado Primero de Mayo. ¿Costo? Ciento veinte pesitos. El libro, como debe ser, da cuenta de la biografía del santo, así que apenas abrimos el libro hallamos rasgos biográficos del mismo. ¿Sabías que el santo nació y murió en el mes de agosto? Claro, de diferente año. Nació en 1170 y falleció en 1221. ¿Por qué en Comitán celebramos el 4 de agosto como día de su nacimiento? Andá a saber. Y digo esto, porque los biógrafos establecen que él nació en el Reino de Castilla el 8 de agosto del año citado. Bueno, los comitecos somos únicos. Ya mirás que el 20 de febrero celebramos a San Caralampio, cuando todo mundo sabe que él nació el 10 de febrero.
Diego Greene ha publicado un libro que hacía falta en el librero de autores comitecos. Hay información acerca de San Caralampio, pero carecíamos de un libro dedicado a Santo Domingo. Ah, tal vez se debe a que Tata Lampo es el santo consentido de los comitecos, a pesar de que Santo Domingo es nuestro santo patrono.
Nosotros celebramos a Santo Domingo el 4 de agosto y ese día, en este 2025, fue de gran jolgorio. Su atrio se llenó de luz, como nunca antes se dio ese concepto sociológico llamado sincretismo, la mezcla de lo profano con lo religioso, porque, como bien sabés, el templo está cerrado porque están dándole una manita de gato al techo que amenazaba con venirse hacia abajo. La remodelación se está dando gracias al entusiasmo del padre Manuelito, a la paga recaudada por los fieles en el “Techotón” y a la intervención de la regidora Silvia Ramírez que logró apoyo de nuestro paisano gobernador. Así que los actos religiosos han sido en el exterior. Me di una vueltita la mañana del cuatro, había mucha gente, muchísima; el ambiente de fiesta era sensacional. Como bien me dijo el padre Manuelito cuando era acto religioso, la feligresía miraba hacia el templo y cuando era acto cultural medio mundo veía hacia el templete donde participaban los grupos de marimba, del estado y del país vecino Guatemala. Todo fue como un hermoso tachilgüil, porque un poco más arriba de las carpas donde estaban los fieles escuchando la misa, había otras carpas donde la gente disfrutaba panes compuestos, tacos dorados y otros platillos. No puede faltar el puesto donde venden los de cabeza, los de tripita, los de surtida. Fue un acto con el mejor aroma de agosto, lleno de pájaros salidos de colinas luminosas.
Así que la feria de agosto 2025 será recordada por esta manifestación popular donde se mezcló en forma maravillosa lo profano con lo sacro. Así como los ejecutantes de la marimba estuvieron trepados en un templete mientras la audiencia los escuchaba; así, el padre Manuelito estuvo arriba de un improvisado altar dando la bendición en día tan especial. Esta feria será recordada como el año donde Diego Greene, director de cultura, presentó el libro “Génesis del templo de Santo Domingo de Guzmán”, un libro que no está dirigido sólo a los fieles de la religión católica, sino para todos, porque da cuenta del proceso histórico que se dio con la llegada de los frailes dominicos a esta tierra.
Cuando fui niño las personas del pueblo estaban divididas en agnósticos y creyentes y la mayoría de creyentes era de religión católica. Ahora, ha crecido el número de no creyentes y disminuido el de creyentes católicos por el tsunami de otras religiones. A mí me impresiona ver los ejércitos de Testigos de Jehová que invaden las calles, tocan en las puertas y hacen su chamba de jalar fieles a su religión. El padre Manuelito también está comprometido con su trabajo y hace una labor pastoral que medio mundo ha reconocido. Está haciendo bien su chamba y se notó en estos festejos, porque dio vida a los actos religiosos dedicados al dueño de la fiesta, quien estuvo abandonado por mucho tiempo. Digo pues que los chicos y chicas que van a las instalaciones de la feria y se divierten con los juegos mecánicos, compran un jocote encurtido y beben una chelas en los antros no tienen idea que el jolgorio es para celebrar el cumpleaños del santo patrono de este pueblo.
Después de los datos biográficos, el libro de Greene presenta el capítulo “La llegada de los dominicos a Chiapas: génesis de una cruzada espiritual. A continuación, da una “Descripción histórica del Templo de Santo Domingo de Guzmán”; continúa con la “Descripción arquitectónica del Templo de Santo Domingo de Guzmán” y cierra con un par de oraciones dedicadas al santo.
Posdata: ¿mirás? El texto sirve hasta para que los creyentes lo usen como devocionario, pero también es un documento que contribuye al conocimiento de nuestra historia común. ¡Bien!
¡Tzatz Comitán!