sábado, 25 de julio de 2009

PALMERAS QUE SE CREEN TIUCAS


El dicho dice que si camina como pato y grazna como pato ¡es pato! Pero El Misha, de vez en vez, no se comporta como gato a pesar de ser gato. Camina como gato, husmea como gato y maúlla como gato, pero a veces se olvida. Debe ser un caso insólito de animal con personalidades múltiples.
Era muy amigo de El guazú (la cotorrita australiana fallecida hace poco) y es un gran cuate de La Tasha (perrita salchicha).
El Misha, todas las mañanas, sale al patio dispuesto a cazar pajaritos. Se coloca debajo de una palmera y espera pacientemente la llegada de las chinitas. No obstante, el otro día lo descubrí jugando con una mariposa. Pareciera olvidarse de su condición felina. Tal vez, en otra vida, fue otro animal u otra especie de la naturaleza. ¿Puede un gato haber sido una orquídea en una vida pasada?
Ahora ya le dio por creerse planta. Todos los días se enrosca a dormir sobre una maceta, al lado de una planta de café (el café ya casi está tostado, listo para servirse, pues el cuerpo del gato lo ha molido a placer. Una taza de este café no debe ser muy recomendable, pues está llena de pelos).
¿Y ahora qué podemos esperar de este gato? Por el momento, lo reviso todas las mañanas. ¿Qué tal que es un árbol de chulul o una palmera borracha de sol?
Paty dice que alucino, pero por si las moscas, he colocado una barrera entre el patio y la sala. No vaya a ser que un día de estos encuentre una planta de menta maullando y durmiendo sobre el sillón.
Damiana dice que las plantas también sueñan con ser otra cosa. Damiana cuenta que tenía una orquídea que amanecía tirada sobre el suelo todas las madrugadas. Todos los días la subía a la rama del árbol y la fijaba bien. No servía de nada su esfuerzo pues a la madrugada siguiente volvía a hallarla sobre el suelo. Entendió que no era una orquídea trepadora sino una orquídea reptante. La dejó sobre el suelo y la orquídea floreció como nunca lo había hecho. La orquídea desapareció un día. Damiana supo que la orquídea había hecho realidad su sueño cuando, dos días después, su hijo Albertito encontró una culebra sobre su cama. El marido de Damiana cogió una vara para matar al animal, pero ella lo impidió. "¿'Onde iba yo a dejar que mataran mi orquídea?", me dijo.
¿Qué se creerá El Misha? ¿Una planta de maíz? ¿Una gota de agua sembrada a mitad del cielo?