viernes, 31 de julio de 2009

CARTA A MARIANITA, DONDE SE CUENTA CÓMO EL MARCADOR VA VEINTE CONTRA DOS



Igual que vos, también entro al youtube. Entro a ver de todo, como si el mundo estuviera concentrado ahí y yo acabara de nacer. ¿Cuántas personas en el mundo, cada día, hacen lo mismo que nosotros? Los granos de las mazorcas Fraylescanas no alcanzan para contar los videoyoutuberos. Sólo las estrellas del universo pueden rebasar la cifra de navegantes. ¿Qué ven los otros? ¿Qué ves, vos, en ese laberinto digital? ¿Qué te obsesiona?
Las pasiones son infinitas, Mariana. Mi bisabuelo paterno -según me cuenta mi prima Celia de Molinari, quien radica en Huixtla con mi primo Quito y el pequeño Gianni- era un artista del yeso allá en su natal Italia y siguió fomentando este oficio a su llegada a Chiapas. Mi abuela materna era una apasionada de los rezos; todas las tardes sacaba un bonche de pequeños cuadernillos arrugados y rezaba a San Martín de Porres, a la Santísima Trinidad y a cuanto santo se le ponía enfrente (ya se sabe que hay santos para todos los gustos y para todas las necesidades. Un día de estos conoceremos al santo protector de los visitantes de youtube). ¿Qué obsesiones tenían tus bisabuelos, Mariana? Algo de esas pasiones debe estar dentro de tu espíritu. En la medida que conocemos los rayos de nuestra luz antigua reconocemos el quinqué de nuestro interior.
¿Mi mamá? Mi mamá tiene dos pasiones (corrijo, tiene tres, una es su amadísimo hijo y por esto nunca terminaré de agradecer a Dios). Mi mamá es una apasionada del tejido y de la gastronomía. Cuando aparece un programa televisivo con recetas, mi mamá corre por su libreta y anota, puntualmente, los ingredientes y la manera de hacer el platillo. Debe tener mil recetas apuntadas. De éstas sólo ha preparado quince o veinte en toda su vida, pero ella sigue acumulando más y más recetas. Tal vez el misterio de su obsesión está en escribir recetas. Tal vez, en el fondo, aspira a hallar “la receta del pajar”, no para prepararla sino sólo para saberse poseedora del secreto.
Asimismo, los internautas jóvenes revelan sus obsesiones en las búsquedas de youtube. Hay para todos los gustos. Nunca el mundo estuvo tan alcance de la vista. En mis años de adolescente teníamos que comprar, a escondidas, revistas donde mirábamos los cuerpos de las muchachas bonitas. Eran cuerpos que sugerían el misterio del sexo. Hoy, los obsesos sexuales tienen millones de páginas electrónicas a su disposición y lo que ahí se ve no deja nada a la imaginación. Lo sé porque nada del mundo me es ajeno y también entro a mirar esas muchachas bonitas en tardes donde el sol tiene un rostro triste.
Pobre Van Gogh. ¿Cuántos cuadros vendió en vida? ¿Uno,dos? Pobre. Volvería a morirse si supiera que las páginas de youtube donde hablan de él y de su obra arrojan cifras de decenas de miles; en tanto las páginas de La oreja de Van Gogh arroja datos de millones de entradas. Mi abuela decía: “Nadie sabe para quién trabaja”. Van Gogh siempre anduvo en la miseria y hoy sus cuadros están valuados en millones de dólares. Un grupo español de música pop, que aprovechó la fama del pintor, rebasa en mucho las preferencias de los visitantes del youtube.
Este fenómeno es comprensible. El mayor porcentaje de usuarios es joven. Y, ya se sabe, las obsesiones de la mayoría de jóvenes son las que dicta el mercantilismo actual. Los jóvenes chatean, bajan sus tareas y oyen música. El video más visto en youtube es uno de Avril Lavigne. ¿Sabés cuántas “vistas” tiene? ¡Más de 120 millones! Bueno, basta decir que la página más vista acerca de la vida y obra de Picasso tiene 340 mil vistas, mientras una página de Chico Ché tiene 666 mil.
P.d. Lo único que no veo en youtube es la luna. Sigo mirándola a la antigüita: salgo al patio y miro el cielo.