sábado, 24 de octubre de 2015

CARTA A MARIANA, EN MODO AVIÓN




Querida Mariana: te paso copia de un letrero que aparece en el cristal de un auto. Los comitecos reconocemos esta sentencia. ¿Cuándo alguien comenzó a decirla? ¡Quién sabe! Es una sentencia simpática, pero que contiene su jiribilla. ¿Has analizado el mensaje? “Fiero tu modo, nada te gusta, todo te puede”. Tía Idolina decía que eran muchas palabras, que era un gastadero de saliva y de tiempo; por ello, lo sintetizaba diciendo “Ishhh”, y es que un carácter ishhh es un carácter horrible, al que nada le satisface y todo le causa molestia.
Hoy me sorprende que cuando enciendo la computadora encuentro el mensaje: “Modo de avión”. ¿Cómo es el modo avión? Cuando los comitecos decimos que alguien tiene un modo fiero decimos que tiene un comportamiento ingrato. Cuando decimos “¡Fiero tu modo!” nos referimos a fealdad más que a fiereza. No significa que el fulano o la sutana sean como tigres, sino más bien que tienen un carácter afeado. Pero, digo yo, ¿quién es el galán que tiene un modo ciento por ciento agradable? Cuando una pareja inicia una relación, los dos integrantes se ponen en “modo avión”; es decir, todo fluye bien bonito, como si el camino no estuviera empedrado, sino que estuviera lleno de algodones de azúcar. Conforme la relación avanza el modo comienza a modificarse; el modo avión desaparece e inicia el modo burro con alas, que, como es previsible, comienza a tataratear en las alturas. Lo que era un vuelo impecable, con una velocidad de crucero, se convierte en un malhadado rebuznar. ¡El modo ha cambiado! La pareja deja las caretas bonitas y comienzan a aparecer los verdaderos modos. ¿Cuál es ya este modo? Ah, pues resulta que ya es un modo ishhhh, un modo fiero. Y cuando aparece el modo fiero, los enamorados se dan cuenta que al otro todo le puede y nada le gusta. ¡Ah, qué jodido! Pero, bueno, así es la naturaleza humana.
Lo que también llama la atención es el uso que le damos al concepto poder. ¿Qué significa “todo te puede”? Significa que todo te molesta. Ah, qué uso tan simpático. Poder es un verbo maravilloso porque habla de potestad y de mando. Quien puede es uno de los seres más privilegiados. En todo el mundo, sólo el realmente poderoso ¡puede!, pero acá en Comitán resulta que al que todo le puede es un tipo con modo fiero. Nuestro “Todo te puede” parece entrar en la categoría lingüística de “Es cuanto”; es decir, se eliminan las palabras finales a la oración. Decir ¡todo te puede!, significa decir ¡todo te puede molestar!
El modo avión de las computadoras y de los celulares evita las interferencias y permite el ahorro de energía; por esto, digo que el modo avión es un modo de altura. Pero como no somos celulares ni computadoras sino personas, el modo avión nos es complicado y preferimos el modo cuch, que es el modo en el que, por lo regular, nos levantamos después de una noche de antro o de una desvelada porque al maestro se le ocurrió exigir la entrega de los proyectos. El modo cuch es un poco como si dijéramos un modo baboso, porque la baba siempre juega columpio en las comisuras de los labios o en la orilla izquierda del corazón. La tía Idolina también decía que el animal más feliz de la Tierra es el cuch. Idolina hija decía que eso no era cierto, ¿cómo iba a ser feliz un animal que todo el día andaba metido en un chiquero maloliente? La tía, mientras lavaba la trusa del esposo, preguntaba si acaso la carne del buey era más sabrosa que la del cuch. No, decía la hija. ¿Ya mirás?, decía la tía, mientras con una jícara echaba un poco de agua sobre la prenda percudida, y completaba: “El buey come pasto y el cuch pura caca”. ¡Ay, mamá!, protestaba Idolina hija, mientras hacía caras de asco. Y ya, encarrerada en las píldoras filosóficas populares, la tía decía que el hombre más feliz es el que come caca. Y entonces ponía ejemplos de la situación política y de cómo los mexicanos éramos felices estando como estamos. Iba más allá porque remitía a estadísticas mundiales en donde se demuestra que México está catalogado como el país número catorce en la relación de los países más felices del mundo. Y luego, la tía, ya con cara de cierto enojo y refregando con fuerza el jabón Zote sobre el calzoncillo, decía que ahí estaba el ejemplo de Manuelito (Manuelito es el sobrino que está casado con Mariquita). La tal Mariquita siempre está en Modo Tormenta, pero Manuelito soporta todo, incluso, de vez en vez dos o tres zapes.
Los seres humanos nos relacionamos a cada instante con otros. Esta relación nos exige el trato, y el trato posibilita conocer nuestros modos. Ya se dijo que una cosa es el modo que presenta el pretenso cuando está “quedando bien” con una muchacha bonita y otra es el modo que salta cuando ya consiguió lo que quería; lo mismo puede decirse de ellas (de ustedes); lo mismo de los políticos que andan en campaña; lo mismo de los que buscan empleo. ¡Ay, no lo sabré yo! Cuando alguien busca empleo está dispuesto a quedarse una hora después de la salida y de cumplir alguna encomienda en días sábado o, incluso, en domingo. Pero, una vez que ha conseguido el puesto entra en la dinámica del modo burro con alas y rebuzna por todo.
¿Cómo es tu modo? Creo que como cualquier persona del mundo ¡depende! Yo puedo decir que, conmigo, mostrás tu mejor modo, pero el otro día (cuando sucedió lo del entripado con aquella muchacha) conocí tu modo fiero. ¡Ah, la de cosas que le dijiste a tu novio! Conmigo (y esto lo agradezco) siempre andás en modo avión, hay pocas interferencias y un gran ahorro de energía. Pero, lo cierto es que también tenés tu modo burro con alas y tu modo cuch.
¿Yo? Pues ya me conocés, soy burro y cuch, aunque trato de ser un hombre apacible y no joder al prójimo, pero mi modo es fiero. Sí, el dicho comiteco de “Fiero tu modo, nada te gusta, todo te puede”, se puede aplicar perfectamente a mi persona. Por esto, para no ofender al prójimo (porque éste qué culpa tiene) soy escaso, soy casero. Sólo mi Paty y mi mamá soportan mis modos fieros. Pero ellas ya me conocen, así que la llevamos más o menos bien. Yo escribo, yo pinto, yo leo; mientras ellas tejen y ven televisión. Procuramos no tener interferencias y ahorrar la energía que se tira en pleitos caseros sin importancia. Soy escaso. No voy a cafés ni me gusta estar en tertulias o fiestas donde hay más de dos personas. Aplico (hasta donde es posible) la recomendación de José Vasconcelos. Este eminente intelectual mexicano estaba convencido que el talento se desperdiciaba en tertulias, cuenta que en muchas ocasiones escuchó que sus amigos hablaban de la gran obra que iban a escribir, pero que no la escribían porque no tenían tiempo para hacerla. ¿Cómo iban a tener tiempo para escribir si la pasaban en bares, en cafés y en prostíbulos? Una obra se hace ¡haciéndola! Soy feliz cuando leo, cuando escribo, cuando pinto. Y estos oficios son oficios solitarios (sólo pueden ser compartidos con afectos muy cercanos y con intereses casi similares). Yo, gracias a Dios, me llevo muy bien conmigo, me siento bien en mi compañía. Esto me ha llevado a tener un modo fiero. Se sabe que la costumbre hace la regla y, como ya me acostumbré a no estar donde están las multitudes, cuando debo estar en un lugar con más personas ¡me engento!
¿Todo me puede? ¡Sí! Como me acostumbré a estar solo, también estoy acostumbrado a oficios solitarios. Cuando debo hacer un trabajo, cumplo con lo que a mí me toca, trato de hacerlo de la mejor manera, lo hago con alegría y con responsabilidad. Una tarde, Sandra de Los Santos me invitó a colaborar con una Arenilla semanal en Chiapas Paralelo, uno de los portales más leídos de Chiapas. Agradecí el honor y acepté. Desde entonces, cada miércoles envío mi colaboración. Esta semana cumplí la colaboración número cien. Busqué un tema especial para invitación tan honrosa. Las Arenillas que publico en Chiapas Paralelo son definiciones de palabras, definiciones que tratan de buscar algunos caminos alternos y juguetones a los caminos siempre solemnes del diccionario. El otro día hice la cuenta y me di ídem de que escribo seis columnas periodísticas cada semana. Publico Arenillas los lunes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo (los lunes y viernes en las redes sociales; los miércoles en el portal Hoy en Comitán; el jueves en Chiapas Paralelo; el sábado en el Diario de Comitán; y el domingo, en la DIEZ, revista digital que coordino desde hace más de seis años). Además escribo cuentos y mis novelillas breves cada año. Y también están los encargos de mi trabajo, y los libros que leo y los cuadros y cajitas que pinto. Estoy entretenido. Casi no voy a cafés, no realizo viajes. Soy feliz cuando hago lo que hago.

Posdata: Como no tengo tiempo para desperdiciarlo en actividades ajenas a mis actividades cotidianas, los demás dicen que soy un alzado, un creído, un poco amigo; en síntesis, que mi modo es fiero. Lo admito.