jueves, 12 de agosto de 2021

CARTA A MARIANA, CON LAS DOS CARAS DE COMITÁN

Querida Mariana: Juan dice que no soy objetivo, que mi idea de Comitán es muy romántica, ilusoria, que ya no corresponde con la realidad. Yo defiendo mi espíritu, que es el espíritu de este pueblo. Entiendo que Comitán no es lo que era, ¡no!, ahora el pueblo vive inmerso en una violencia jamás vista. Mas el poeta dijo: ¡México, creo en ti! De igual forma yo digo: ¡Comitán, creo en vos! Comitán no es una isla, vive los procesos sociales que vive el mundo. México ya no es el país idílico de antes, ¡no!, de igual manera está inmerso en una burbuja de violencia brutal. Comitán también vive tiempos difíciles y más en esta época de pandemia. Mi mamá dice que el mundo está de cabeza, pero para poderlo enderezar no podemos hacer lo mismo: ponernos de cabeza, ¡no! Mi visión de Comitán corresponde a lo que siempre he sostenido: el espíritu del Comitán eterno sigue en los sitios de algunas casonas comitecas, en las paredes de bajareque, en el tapanco, en los oratorios y en los actos de los comitecos genuinos, los que abonan todos los días para que siga creciendo el árbol, los que hacen llover bendiciones. No ignoro el Comitán fracturado. ¿Cómo? Si en nuestros rostros se resquebraja. Pero no puedo ampliar el estruendo de la grieta. ¡No! Ya otros compas se encargan de ello, ellos amplifican el eco del derrumbe. Mi misión es presentar la otra faceta, la que ahora está llena de polvo; mi misión es limpiar la carita del Comitán eterno. Mi labor se une a la de miles de personas que en este pueblo, con su trabajo digno, modesto, pero responsable, colocan macetones en las ventanas, balcones y portales de este pueblo. Sí, mientras otros cortan flores o talan árboles, miles y miles de comitecos regamos agua limpia, nos sorprendemos cómo la flor iluminada crece en medio del desierto. ¡Sembrar luz!, es el cometido principal de mi encargo. México vive épocas incruentas, pero, asimismo, el renuevo de la esperanza siempre brota cada mañana. Colgamos lianas de luz donde crece el tzucumo de la oscuridad; colgamos rejas de papel de china donde se extiende la telaraña del desaliento; lanzamos pedacitos de tortillas para alimentar pececitos a la hora que los otros lanzan desechos al lecho del río. Sí, creo en Comitán, cada mañana copio la frase del poeta y digo: “Comitán, ¡creo en vos!”, creo en tus cielos que nos bendicen, creo en tus pies que caminan sin cansancio, creo en tus manos que siguen modelando su porvenir en barro, creo en tu mirada que consagra el aire y la nube y el pájaro y el zaguán, creo en tu vientre que pare anhelos, creo en tu voz, la que habla de vos, la que al nombrar la palabra fortalece la vida. Comitán, ¡creo en vos! Por eso, sin ignorar el grito miserable, no amplifico la tragedia, uso mi palabra para restañar la herida, para colocar un ramito de albahaca en la hendija. Mi mirada hace a un lado la espina, el cardo y la ortiga, para que tu mirada, niña mía, se llene con la flor de la esperanza. Comitán es para siempre, Comitán aún conserva su esencia de tenocté, la sonrisa de los tejados de barro, la generosidad de sus patios, la tranquilidad del butac, la mirada niña del viento afectuoso y el vuelo del chupamirto. Sí, yo rezo cada mañana: Comitán, ¡creo en vos! Creo con fe, a ojos ciegos, sin necesidad de meter la mano de Santo Tomás en la llaga. Sé que Comitán, como todos los pueblos del mundo, está dolido, su carita está manchada con lodo, algunos patios están llenos de mierda. Mi misión es tomar esa mierda y hacerla abono, para que la ceiba de su grandeza siga incólume. Mi misión es usar la palabra, la misma que usó Belisario, la misma de Rosario, la que usan miles y miles de comitecos nobles, para hacer un huerto con ramitos de menta, hierbabuena y manzanilla. Posdata: eso le dije a Juan. ¿No soy objetivo? Tiene razón. ¿Soy romántico? Está equivocado. No soy un iluso, Comitán, como todo el mundo, también está de cabeza. Lo enderecemos. Que la palabra sea ese palito que sirve como soporte para la planta cuando está débil. Pronto será un árbol fuerte y el palito será ala, nube, cielo.