lunes, 2 de agosto de 2021

CARTA A MARIANA, CON LIANAS EN EL ÁRBOL DEL LENGUAJE

Querida Mariana: ya lo dijo la cantante Yuri: “…con el apagón, ¡qué cosas suceden!” Acá vemos que aparecen pintas y avisos parroquiales. Vos, yo, el maestro Gerardo Garduño, los pinta cortinas y medio mundo de acá, sabemos que, la noche del 29 de julio, Comitán se quedó sin energía eléctrica durante más de dos horas, a partir de las nueve de la noche, más o menos. ¡Cómo precisar el horario si mi reloj es digital y funciona conectado al enchufe! El día 30 hallé esta fotografía en las peliculitas que suben al Facebook. Una andanada de sentimientos apareció. Pensé en la reacción inicial de Gerardo al llegar a su local y hallar soberano letrero, soberano por el tamaño. Luego pensé en la correspondencia directa entre el tamaño del letrero y la molestia por hallar un mensaje no solicitado. Si el letrero es pequeño la molestia es pequeña, si el letrero es enorme la molestia tiene la misma dimensión, sobre todo si hablamos, como en esta ocasión, de la palabra que, en nuestro pueblo, representa el acto sexual, porque vos y todas las demás chicas saben que en estas prácticas el tamaño ¡sí importa! La satisfacción está directamente relacionada con el tamaño y con la duración del acto: a una duración breve corresponde una insatisfacción; a una duración mayor corresponde una satisfacción plena. Pensé, de igual forma, en el apagón de más de dos horas; en automático brincó la letra de la canción de Yuri, y, de igual forma, aparecieron sentimientos encontrados: qué cosas suceden en un apagón. Desde los chuscos hasta los trágicos, porque la palabra cotz aparece en las mentes de las parejitas que están bien cerquita, pero también aparece la palabra delincuencia, la palabra vandalismo y, sobre todo en estos tiempos, la palabra tragedia. Rosario Castellanos cuenta que cuando llegó el primer radio a Comitán el dueño dijo que tenía mucha “estática” y no funcionaba bien porque muchas luces estaban prendidas, entonces las personas fueron a sus casas, apagaron los focos y una penumbra apareció; esta semioscuridad fue aprovechada por los noviecitos y por los patrones que se acercaron más a las sirvientas. Al final, el radio siguió sin funcionar. Pero, Rosario habla de los años treinta del siglo pasado. De entonces a estos tiempos todo ha cambiado. El mundo se detiene ante un fallo eléctrico. Causa muchos malestares. Muchos aficionados se quejaron porque no lograron ver el partido de fútbol donde jugaba la Selección de México. Regresando al letrero de la cortina pensé que la palabra sigue vigente. Se han perdido muchos modismos comitecos, por falta de uso, pero la palabra cotz sigue brillando, es un símbolo de identidad comiteca. Claro, ya lo dije, este letrero enorme, con horma de grafiti por ser esquivo, no es bien recibido por el propietario de la casa, pero Gerardo lo tomó por el lado amable (sin albur) aplicando el dicho de que palo dado ni Dios lo quita (sin albur, por favor, así dice el dicho: palo dado) y compartió la fotografía del desaguisado en las peliculitas del Facebook con el texto que acá leés: “Aviso parroquial: A las personas que pintaron COTZ en la cortina de la tienda, aprovechando el apagón; sólo se los manejo sin pelo. Espero no decepcionarlos”. ¡Genial! Si alguno de tus amigos de Guadalajara necesitara alguna explicación tendrías que decirle que en Comitán se maneja (este es un término que ahora manejan los jóvenes) el cotz con pelo y el cotz sin pelo. El primero está a punto de la extinción, porque ahora la moda es la depilación. Más explicaciones ya no des. Bueno, no des más. El texto es genial porque alude a los famosos avisos que acostumbran dar los sacerdotes al término de una misa. Acá, Gerardo, pastor culinario, avisó que en su local, del barrio de Guadalupe, donde vende quesos y otras delicias, maneja el cotz sin pelo. Posdata: Yuri nos lo dijo: en el apagón suceden muchas cosas, algunas tienen relación con el lenguaje y su pervivencia, otras tienen que ver con la tradición y los cambios generacionales, otras son como vampiros que, desde tiempos inmemoriales, aprovechan la oscuridad y salen al bosque.