sábado, 28 de agosto de 2021

CARTA A MARIANA, CON UNA CINTA LUMINOSA

Querida Mariana: con frecuencia se repite una pregunta irrelevante: Cuál es la Capital Cultural de Chiapas: ¿San Cristóbal o Comitán? Y digo que es pregunta estéril, porque de entrada desechan a los demás pueblos del estado. ¿Quién da por hecho que en Tapachula no se da un movimiento cultural importante? Bueno, para terminar pronto, ¿qué debemos entender por el concepto cultura? Vos sabés que a mí me gusta la definición que a cada rato repite el doctor Andrés Fábregas Puig, quien fue un espléndido director del Instituto Chiapaneco de Cultura. Él dice que cultura es todo lo que el hombre hace. Genial. Entonces eso de buscar la capital cultural parece rebajar el concepto. Bueno, ahora todo es tan enredado que la dependencia cultural del Estado se llama Coneculta: Consejo Estatal para la Cultura y las Artes. ¡Pucha! Como si el arte no fuera parte de la cultura. Acá hay un intento de hacer elitista al arte, colocarlo en otra canasta. Nos podemos detener en el tema durante un buen rato, porque da para mucho. Mejor hagamos a un lado la discusión que también sería ociosa, porque ¿cómo dar vuelta a esta apreciación equivocada del concepto cultura? En fin, lo que quiero contarte es que el otro día, Carlos Román, destacado intelectual chiapaneco, dijo algo donde trató de poner punto final a la famosa pregunta. Carlos dijo que Tuxtla Gutiérrez es la Capital Política; Tapachula la Capital Económica; San Cristóbal de Las Casas la Capital Cultural; y nuestro Comitán, la Capital de la Libertad. No hay duda ni motivo de discusión en asegurar que Comitán, ciudad libertaria, es la cuna de La Independencia de Chiapas. Hoy, querida niña, se conmemora el Bicentenario de la Independencia de Chiapas y de Centroamérica, porque el 28 de agosto de 1821 se firmó el Acta. Los historiadores, los que saben, han señalado tres espacios que fueron importantes ese 28 de agosto del siglo XIX: el templo de San Sebastián, el templo de Santo Domingo y el edificio donde ahora está el Centro Cultural Rosario Castellanos. Dicen que el padre Fray Matías de Córdova, en el templo de San Sebastián dijo a los fieles que habría una misa solemne en el templo de Santo Domingo, donde habló acerca del tema: Chiapas debía independizarse de la Corona Española. De ahí pasaron a la Sala Capitular del Convento. El mito histórico, genial, cuenta que ahí, ante la duda de algunos asistentes, doña Josefina García Bravo se puso de pie y dijo que si los hombres no querían, ellas, las mujeres, apoyarían el movimiento. Podemos imaginar que en ese instante hubo vítores, aplausos y la duda quedó disuelta, la firma del Acta se realizó, y con ello se modificó el destino de Chiapas. Esos tres espacios simbólicos siguen dando personalidad a nuestro pueblo. Ahí está el templo de San Sebastián, frente a un parque bellísimo y sosegado; ahí continúa el templo de Santo Domingo, en el mero corazón del pueblo, como testimonio del momento en que los conquistadores espirituales arribaron a estas tierras; y ahí está el monumental edificio del antiguo convento, hoy máximo recinto cultural de Comitán. Ahora, en la subida al panteón municipal existe una plaza que los comitecos conocemos como “El libro”, ahí hay una réplica gigantesca del acta. Los comitecos, lo sabés, siempre son ingeniosos y cuentan que cuando alguien siente que ya está cercana la muerte dice: “Cada vez estoy más cerca del Libro”. Bueno, pero los tiempos han cambiado, ahora no todo mundo es enterrado, muchos, al fallecer, son cremados. Con esto, el dicho comiteco dobla las manos y se hace más rotunda la máxima bíblica: “Polvo somos y al polvo volvemos”, en una cajita con las cenizas. Y hoy, en medio de la tercera ola de la pandemia, Comitán, Chiapas, México y Centroamérica conmemoran el día que nuestro pueblo se convirtió en la cuna de La Independencia. ¿Mirás la importancia del acto? Se habla de cuna, porque este concepto, refiere a la cama donde duermen los pichitos, pero, en una segunda acepción se emplea para designar el lugar de nacimiento de una persona o el origen de un hecho. Vos y yo hemos oído que muchas personas al referirse a otra dicen: “Es de buena cuna”. Vos, mi niña bonita, sos de buena cuna. Bueno, quienes nacimos en este pueblo somos de buena cuna, porque nacimos en la cuna donde la libertad (pájaro sublime) acarició su vuelo inicial. Carlos tiene razón, la Capital de la Libertad de Chiapas es Comitán. Ya sé que ahora brincará un tuxtleco y dirá que nos detengamos tantito y valoremos que en su ciudad nació Joaquín Miguel Gutiérrez y hablará de las bondades de su héroe; y un tapachulteco dirá que si en esas andamos, pues Tapachula fue la cuna de Fray Matías de Córdova y como el fraile fue el autor intelectual de La Independencia, el mérito de Capital de la Libertad le toca a esa tierra; y un coleto… uf. Es una discusión eterna y poco efectiva. Al igual que el concepto cultura, el concepto libertad está unido a la historia de Chiapas. Chiapas es un estado libertario, porque es el único estado que se federó a México, por propia voluntad. Lo digo, mi niña, el tema es infinito. Lo que debe quedar claro es que Comitán es un pueblo que sustenta valores morales y cívicos de relevancia. Comitán es un pueblo que mantiene la tradición más pura de los actos más puros. Comitán es cuna de la libertad, cuna de hombres y mujeres de buena cuna. Gracias a un hombre de buena cuna, el maestro Jaime Rodas Rovelo, tenemos un testimonio de cómo el pueblo celebró, hace doscientos años, la Independencia de Chiapas. Después de la firma del acta y de la notificación oficial, del 1 al 10 de septiembre de 1821 hubo una monumental celebración en el pueblo, para celebrar esa histórica decisión. El pueblo de Comitán en ese momento contaba, personas más, personas menos, con un diez por ciento de la población actual, era un pueblo pequeño, afectuoso, tranquilo. Hoy sigue siendo afectuoso, pero ya no es pequeño ni es tranquilo. ¿Qué actos realizaron los comitecos hace doscientos años? Bueno, lo primero que hicieron fue adornar las fachadas de las casas, colgar festones en ventanas, en pórticos y en balcones. Hubo misas solemnes, cohetería (faltaba más), repiques y alegría compartida. Bailes y lo digo en plural, porque el maestro Jaime cuenta lo siguiente: “…por la noche, se reunieron las señoras en la casa del H. Ayuntamiento donde se les puso un baile celebrado con espléndidos refrescos, de que disfrutaron contentas hasta las diez de la noche, que se retiraron. Este baile se repitió al día siguiente, terminando hasta las once de la misma”. ¡Ah, qué contentura de espíritu! ¿Mirás? El primer día se fueron a dormir a las diez de la noche, ya el segundo día terminaron a las once de la noche. ¡Pucha! La embelequería en todo su esplendor. Bien justificado, había entusiasmo en toda la población. Claro, acá hablan de señoras; es decir, las mujeres más visibles. Las mujeres más modestas del pueblo, también celebraron y se unieron al festejo general, pero desde afuerita. Y esto queda consignado en el documento cuando nos enteramos que el día seis de septiembre de 1821: “…los vecinos principales sirvieron una comida de 300 cubiertos al pueblo; y el siete las señoras hicieron otro tanto en número de 400…” Ahí está el hilo. En el documento del maestro Jaime aparece que las señoras acuden a bailes en la casa del H. Ayuntamiento y luego las señoras preparan una comida para 400 personas del pueblo…” Lo trascendente acá es el festejo comunitario. La sociedad entera celebra el acto libertario. Las clases sociales se unen en la celebración, las señoras (fifí, diríamos ahora) y las mujeres más modestas. ¿Hubo más actos? Por supuesto que sí. El maestro Jaime Rodas dice que el día 3 de septiembre “empezaron las corridas de toros, que duraron el resto de la semana”; además de los llamados “paseos cívicos”. Sí, corridas de toros. En Comitán siempre hubo afición por la tauromaquia. El doctor Belisario Domínguez, en su periódico El Vate mostró su desacuerdo, él se mostró como un responsable animalista. Ahora, en el siglo XXI existen comitecos que añoran las corridas de toros y otros que celebran que ya no se realicen. Pero, en 1821, para festejar la independencia, ¡hubo corridas! El maestro Jaime también consigna lo siguiente: “…el religioso español Fray Juan Perrote repartió de su peculio 50 trajes a las personas más pobres de la ciudad…” De todo hubo en la Viña del Señor. El maestro Jaime concluye este testimonio diciendo que en los festejos no hubo un solo desorden. El guateque se desbordó en alegría, pero se contuvo en actos violentos. El festejo reunió muchas manifestaciones populares. Conociendo la tradición cultural del pueblo comiteco, sin duda que hubo veladas artísticas de calidad. Hasta el momento no hay documento que testifique tales actos, pero de que los hubo ¡los hubo! Posdata: ¿cuál es la Capital Cultural de Chiapas? ¿Cuál es la Capital de La Libertad? ¡Saber! Carlos lo mencionó, pero hay personas que estarán en desacuerdo. La única certeza es que Comitán es La Cuna de La Independencia de Chiapas; es cuna de hombres y mujeres de buena cuna.