martes, 11 de julio de 2023

EN MEDIO DEL BOSQUE

A veces divido el mundo en dos. Ayer lo dividí en: mujeres que doman leones, y mujeres que cuidan perritos. La mujer domadora de leones posee el espíritu de la selva. Puede trabajar en un circo o en un zoológico, pero su mayor deseo es estar en casa donde hay cachorros que necesitan de su habilidad para sobrevivir, porque todo mundo cree que ser el rey de la selva es lo máximo, pero, en realidad, los leones son animales que necesitan muchos cuidados. ¿Cuántos reyes existen en el mundo? Pocos, las casas reales no son boljocoshes que vomiten miles de tzisimes, ¡no!, la nobleza es escasa, selectiva. Asimismo, los reyes de la selva son escasos, hay más ciervos y gacelas que leones. Por eso, la mujer domadora de leones sabe que es una mujer predestinada, porque también hay pocas en el mundo. Las mujeres cuidadoras de perritos abundan. Se sabe que el cuidado de un chuchito no requiere la destreza que sí exige el cuidado de leones. ¿Cuáles son las habilidades que posee la mujer domadora de leones? Pocas, pero, asimismo, selectas. La principal característica es la pulcritud ante la vida. ¿Qué significa esto? Reconocer que la realeza no se confunde con los plebeyos. Por esto, la mujer domadora de leones parece una mujer muy soberbia, que no se da con el pueblo, que siempre anda como la divina garza, pero esta imagen no corresponde a la realidad. La imagen más cercana y precisa es la de una mujer que siempre es como una equilibrista, que camina por lo alto, con mucho cuidado, con mucha precaución, para no caer, para no andar en el cieno donde anda la mayoría de animales: los tacuatzes, las ratas, las víboras, los gatos callejeros, los chuchos sarnosos. Conocí, hace años, a una mujer domadora de leones. ¡Ah, era bella, con un porte digno de las mujeres más sublimes!, pero, por alguna circunstancia que no supe, un día trastabilló y cayó hacia el vacío. Dejó de estar por encima de todos y se convirtió en lo que el vulgo, la plebe, llama reina venida a menos. Por lo anterior, la mujer domadora de leones es una de las mujeres más delicadas del mundo, si bien su espíritu está hecho de cristal, como el de las demás mujeres, su cristal es de Murano; su marco no es simple marco dorado, es un marco de oro; su sonrisa no es una simple mueca en el rostro, es como un nicho donde reposa el ave del paraíso; su aroma no es la mezcla de sustancias naturales, es la esencia del cielo donde moran los ángeles. Sí, la mujer domadora de leones no es una mujer cualquiera, jamás estará en una esquina esperando clientes o limpiando los sanitarios de un hospital; tampoco la hallarás sirviendo café en algún restaurante o jugando tenis en un torneo internacional en París. Ella, mujer predestinada, sabe que su misión en la tierra es proveer de sabiduría y templanza a sus cachorros, para que la nobleza siga existiendo en el mundo. La Constitución Mexicana prohíbe los títulos de nobleza, por eso ella no se llama reina ni llama reyes a sus cachorros, ella es, con mucha satisfacción: mujer domadora de leones; es decir, elimina cualquier rasgo de bestialidad y transmite la cinta de grandeza que es propia de seres privilegiados. A veces divido el mundo en dos. Mañana lo dividiré en mujeres que hablan en idiomas aún no inventados, y mujeres que prefieren hablar el idioma selectivo de los árboles.