viernes, 17 de enero de 2025

CARTA A MARIANA, CON ENCUENTRO MARAVILLOSO

Querida Mariana, platiqué con los profesores Ramiro Alermo Domínguez Ruiz y José Antonio Ruiz González, quienes estudiaron en la Escuela Normal Rural Mactumactzá. ¿En dónde? Sí, en la Mactumactzá. En estos tiempos hay personas que escuchan el nombre y lo asocian a conflictos. Dejá que te cuente y la imagen de la Normal Rural se modificará, lo aseguro, porque de ahí han egresado profesores con gran vocación de servicio, como mis dos amigos comitecos, como todos los compañeros de su generación. Ni me quedés viendo así con cara de que use lenguaje inclusivo. ¡No! En el tiempo que Ramiro Alermo y José Antonio estudiaron en la Mactumactzá sólo aceptaban alumnos varones internos. Te cuento, ellos son integrantes de la generación 72 - 76. Muchos estudiantes eran chiapanecos, pero también hubo un nutrido grupo de estudiantes oaxaqueños, porque los alumnos de la secundaria Reyes Mantecón tenían pase directo para estudiar en la Normal chiapaneca. ¿A quién corresponde la zona de Los Chimalapas? ¡Saber! La Normal Mactumactzá fue escuela que sirvió a oaxaqueños y chiapanecos con pasión y los formó dentro de los grandes valores. Mis amigos dicen que recibieron una gran formación porque la escuela les inculcó el gran valor de la disciplina, porque puede decirse que era semi militarizada. Mirá si no, a las cinco de la mañana sonaba la corneta para levantarse, hacían deporte, se echaban un baño, desayunaban en los comedores comunitarios (desayunos regulares, cuentan, no de restaurante de cinco estrellas) y se presentaban a los salones, donde recibían clases de 9 de la mañana a las 2 de la tarde. Luego era la hora de comida y volvían a los salones de clase de 3 a 5 de la tarde. Pobre de aquel que anduviera con modorra o con ensueño, ¡no!, el pueblo de México subsidia sus estudios y espera lo mejor de ustedes. La educación era estricta, para que ellos aprendieran lo que después retribuirían en el trabajo. Su generación egresó hace cuarenta y nueve años, ¡toda una vida! Por eso, ahora en estos días, profesores chiapanecos y oaxaqueños vendrán a Comitán para celebrar un reencuentro, para celebrar el orgullo de ser maestros que abrevaron en la gloriosa Mactumactzá y le han cumplido a la patria. Los anfitriones han preparado un programa cultural para recibirlos en el patio del Museo Rosario Castellanos, luego un convivio en uno de los hoteles más prestigiosos de la ciudad, La Casa del Marqués, y al día siguiente un paseo a Los Lagos de Montebello. Ah, qué hermoso abrazo para reencontrarse en nuestro pueblo mágico. Ramiro Alermo y José Antonio me platicaron que cuando salieron de la Normal, en 1976, fueron comisionados a trabajar en escuelas rurales de la zona 25, uno en Malé y otro en La Grandeza, en lo alto de las montañas, a más de 3 mil metros sobre el nivel del mar. Subían en camioncitos de redilas, con cadenas en las llantas, para desplazarse en lodazales. Las experiencias de vida fueron maravillosas, en las pequeñas escuelas, lejos de las ciudades, sembraron la semilla del conocimiento en las mentes y corazones de niños y niñas, a la vez que, como sucedía con el magisterio rural, auxiliaban a la comunidad con el cultivo de huertos, con recomendaciones sanitarias y consejos legales. Ellos bajaban a Motozintla una vez a la semana para la despensa y regresaban a la comunidad. ¿Comitán? Sólo en periodos vacacionales. Posdata: en la Normal practicaron deporte, aprendieron música y talabartería en los talleres, realizaron actividades agrícolas en las 15 hectáreas, en Plan de Ayala y aprendieron los valores esenciales de la tradicional escuela mexicana, de la gran escuela mexicana. Que viva la generación 72 - 76 de la Escuela Normal Rural Mactumactzá. ¡Tzatz Comitán!