jueves, 30 de enero de 2025
CARTA A MARIANA, CON UN PALOMAZO
Querida Mariana: mirá la foto que robé del muro del licenciado Ulises Daniel González Gordillo. Ahí está él tocando piano, en algún salón majestuoso. Escribió que interpretó “Solamente una vez”, del gran Agustín Lara. Entiendo que estaba en alguna ciudad de España. Recordé a una cantante mexicana que admiro, la Natalia Lafourcade, una chica que lanzó un disco con versiones personales de Tin Larín; es decir, la Natalia dio a conocer a sus miles y miles de fans música de un autor mexicano que ya tiene rato que no está en este plano físico. Y algo similar hizo el gerente general de CEPSU (cuyas oficinas están frente al Estacionamiento Ulises, lugar donde don Ulises Gordillo, personaje de grata memoria en el pueblo, tenía una gasolinera y una refaccionaria. En varias ocasiones acompañé a mi papá que pasaba a saludar a Don Ulises.
Recordé que un día vi un video de La Natalia de una noche prodigiosa que estuvo en el Carnegie Hall, la grandiosa sala de conciertos, en Nueva York. ¡Ah, pucha! ¡Nadita! Nuestra paisana mexicana se paró en el fastuoso escenario y cantó canciones mexicanas. Pues algo similar hizo nuestro pianista comiteco, porque en un salón, igual de lujoso (mirá el entorno) se aventó “un palomazo”, imagino que estaba con un grupo de amistades, vio el piano y sintió el llamado, el mismo que siente el aficionado al fútbol al ver un balón, se sentó, abrió el piano y tocó, tocó en forma sublime (escuché el video). Todo mundo disfrutó su actuación, quienes lo rodeaban y quienes tuvieron oportunidad de ver el video compartido en redes sociales.
Cuentan, no me hagás caso, que Tin Larín (Agustín Lara) sólo estuvo una vez en España, muchos años después que compusiera Granada, canción que dedicó a la ciudad española (…mi cantar se vuelve gitano cuando es para ti…). Pero en alguna ocasión leí que en España existe una estatua dedicada al autor mexicano, está en el barrio de Lavapiés (¿recordás la novela que leímos de Jorge F. Hernández, que se llama “La emperatriz de Lavapiés” y tiene como entorno la ciudad de Madrid?) Jorge es otro mexicano que honra a España, así como el compositor mexicano, así como nuestro artista Ulises Daniel, quien llegó a aquel país y se aventó un palomazo con música de nuestro país. Ulises Daniel (igual que Rosario Castellanos) nació en la Ciudad de México, pero tiene muchos años radicando en nuestra ciudad.
No todo mundo sabe que el gerente general de CEPSU es un gran artista, porque a veces en Comitán ignoramos la esencia de los seres humanos. Antes de escucharlo tocar el piano, en un salón de España, el licenciado David Esponda me llamó y me enseñó un programa del año 2003. ¿Conocés a quien está en la fotografía?, me preguntó. ¡Claro!, respondí (el programa era una fotocopia, la foto no era clara, pero sí, por supuesto, era el licenciado Ulises Daniel González Gordillo). El programa da a conocer el recital de piano que presentó Ulises Daniel en la Sala Xochipilli, la institución que invita es la Escuela Nacional de Música, de la Universidad Nacional Autónoma de México. ¿Sabés a quien estuvo dedicado el recital? ¡A Don Ulises Gordillo Pinto! (In memoriam).
La tarde del 7 de enero 2003, Ulises Daniel interpretó música de Bach, Mozart, Chopin, Prokofieff y de Manuel de Falla. ¡Ah, genial! Esa tarde un músico español estuvo en las teclas de su piano mexicano y el día que Ulises Daniel se sentó ante un piano español (hablo de lugares) interpretó música mexicana. La música es el lenguaje que borra fronteras y espacios temporales. El gran artista comiteco se aventó un palomazo. ¿Por qué se dice palomazo? Andá a saber, los que saben dicen que se dice así cuando alguien toca por gusto, porque le encanta mostrar lo que sabe hacer. Ese día, Ulises Daniel se aventó un palomazo en una sala española, sólo por el gusto de compartir, de jalar la cuerda mexicana y decir que un día Tin Larín se sentó frente a un piano y compuso la canción “Solamente una vez”, que es una canción muy bella, un poco mentirosilla en su letra, porque si recordás dice: “solamente una vez amé en la vida, solamente una vez y nada más…” ¿De verdad? No lo sé, yo digo que no. La mayoría de seres humanos tiene en su vida dos o tres experiencias amorosas que los coloca por encima de las nubes. Pero la canción de Tin Larín es bella, en acordes y en letra.
Posdata: disfruté el palomazo del licenciado González Gordillo y recordé a Lafourcade, y recordé al licenciado David Esponda y también recordé a Don Ulises Gordillo Pinto y, ya de mojol, recordé la canción de Agustín Lara y la novela de Jorge F. Hernández. ¡Cuánta vida en un lapso breve, pero fascinante!
¡Tzatz Comitán!