miércoles, 15 de enero de 2025

CARTA A MARIANA, CON UN VEHÍCULO COTZERO

Querida Mariana: juro que no fue mi intención. Vi el conductor de esta motocicleta y pensé: “esto es un vehículo cotzero”. Mirá lo que dije: vehículo cotzero, que se puede traducir, ya en plan bromista, como: veí culo cotzero. Y es que, perdón, todo está relacionado con esa maravillosa palabra comiteca, que es símbolo de identidad. Muchas anécdotas e historias tienen a la palabra Cotz como esencia de su columna. Hay muchos modismos comitecos que al paso del tiempo se han ido consumiendo, pero el Cotz es como la lámpara de nuestro faro cultural. Mayores y jóvenes siguen usándola. Es cierto, ya no la vemos pintada en las paredes como en los años sesenta. ¿Qué esperabas? Los tiempos cambian, ahora el cotz es viajero. He visto viniles pegados en muchos autos y camionetas. Ah, nos hemos modernizado. Y ahora, mirá, ¡una primicia! Me topé justo en el inicio de la subida a Guadalupe con este intrépido motociclista que colocó la palabra Cotz en la parte trasera del vehículo y en su casco de protección. ¡Qué elegancia la de Francia! ¡Qué café con pan el de Comitán! Comitán de las butifarras, del hueso con chaya, el Comitán cotzero de todos los tiempos. Conozco al conductor de este vehículo cotzero. ¿Se vale definir a este vehículo como un triciclo grandote, porque tiene, hasta donde entiendo y veo, tres llantas? ¿Cómo se denomina un triciclo cuando es vehículo exclusivo para adultos? ¿Se llama trimoto? ¿Cómo puede denominarse a una moto y a un motociclista que tiene como bandera al ¡cotz!? Los comitecos y comitecas amamos el cotzito lindo y jacarandoso. En los años setenta, en cuanto los jóvenes entraban a una fiesta en el patio enladrillado de una casa, con hermosos corredores, gritaban: ¡cotz para los marimberos! Nadie puede decir el origen de tal saludo, pero los marimbistas se enojaban y mientras más se encabronaban más recibían esta ablución, como balde de agua. Ahora hay personas que dicen ¡va cotz! como decir “¡de acuerdo!” Alguien pregunta: ¿vamos al cine?, y otro responde: ¡va cotz! El cotz es uno más de los árboles de nuestra identidad. Bueno, con decir que sin hablar inglés todo mundo lo conjuga: I cotz, you cotz, he cotz, she cotz… porque eso sí, ¡somos inclusivos! Él echa cotz y ella también echa cotz, los comitecos son echa cotz de naturaleza, arrechos de por sí. ¿Has oído alguna vez que alguien dice: “cotz a la corompitz y a la carcovia”? ¿Qué es corompitz? ¿Qué es carcovia? ¡Saber! Nadie puede explicarlo, pero todo mundo lo dice, suena como una posición sexual tan atrevida que ni Sade la imaginó. Echar cotz a la corompitz y a la carcovia es como un salto triple mortal. Y ahora, en las calles de Comitán, el Vengador Cotzero transita con su potente trimoto de lujo, porque el cotz exige autos a la altura de su prestigio. Sería un descrédito que de pronto halláramos la palabra escrita en una motito de esas sacadas por abonos chiquitos (sin albur). No, los viniles que he visto los he descubierto en camionetas pirruris y ahora en una excelente moto, que brilla de tan bonita. Cotzito lindo y jacarandoso, decimos y hacemos. Por eso, Don Flavio Guillén llegó a esta tierra y la llamó Comitán de Las Flores, por la belleza de sus jardines y, sobre todo, por la belleza de sus mujeres. Pensó llamarlo Comitán del Cotz, pero alguien le dijo: maestro, no podemos escribirlo así, ah, bueno, entonces digan que es de Las Flores, por la belleza de sus mujeres, en realidad había pensado en decir que las cositías echan cotz en forma linda y jacarandosa. Comitán de los chinculguajes y también del cotzito rico. A estas alturas ya no sirve decir que en nuestro pueblo se usa esta palabra que no es castellana, tal vez tzotzil, para nombrar el acto sexual. Cuando alguien invita a otro o a otra a echar cotz lo invita a hacer jueguitos de cama. ¿A quién se le ocurrió llamar al acto sexual con tan hermosa palabrita? Nadie sabe responder a tal pregunta. Lo cierto es que la palabra cotz se ha convertido en un símbolo de identidad de los comitecos y de las comitecas. Se dice, porque es verdad, que en algún país lejano, un comiteco camina por una banqueta y de pronto escucha: ¡cotz!, vuelve la vista y no encuentra a nadie, pero sabe que otro pinche comiteco está escondido detrás de un poste y se bota de la risa. Gritar ¡cotz! es lanzar la bandera de identidad comiteca. Posdata: Jamás hallarás esta trimoto circulando en calles neoyorquinas o parisinas, ¡no!, esta motocicleta sólo circula en este pueblo maravilloso. Comitán es un pueblo cotzero, nadie lo puede negar. ¡En buena hora! En buena hora, porque el cotzito es lo que ahora los chicos y chicas llaman “delicioso” y es lo que preserva a la humanidad, es vida, pues. ¡Tzatz Comitán!