sábado, 1 de noviembre de 2025
CARTA A MARIANA, CON REGALO
Querida Mariana: mi hermana Esther se acordó. Tuve un amigo que cada fin de año anotaba los cumpleaños en un calendario. Así, cada mañana, apenas se levantaba y ponía sobre la estufa a calentar el café, revisaba el calendario para ver de quién era cumpleaños. Ya con el café caliente y el pan tomaba el teléfono, marcaba y cantaba las mañanitas al cumpleañero. Era un ritual mágico, era la línea de vida que siempre tendía. Mi hermana se acordó. Supo que Arenilla cumplía su octavo aniversario y desde temprano me envió una etiqueta de felicitación. Etiqueta que me sorprendió porque, a diferencia de mi amigo, yo no tengo ese registro de cumpleaños, y en mi memoria, endeble, pichancha, no tenía anotado que nuestra revista impresa cumplía ¡ocho años!
Abrí el mensaje de mi hermana y sonreí. Ah, mi querida Esther Molinari siempre está pendiente de mí, de lo que hago; siempre está pendiente de los sucesos más relevantes de Comitán. No hay día de Dios que, desde su casa, en el Estado de México, cheque su celular, entre al Facebook y vea qué publiqué, qué sucede en el pueblo donde vivió nuestro papá, donde nació su hermanito.
Qué detalle tan bello tuvo. De inmediato le pasé la etiqueta a Paty Cajcam para que recordara que estábamos cumpliendo años, porque fue en el mes de octubre de 2017 que una mañana presentamos el primer número de Arenilla impresa, en el salón de actos de la Casa Museo Dr. Belisario Domínguez, lugar simbólico de nuestro pueblo.
Sí, ya cumplimos ocho años, nuestra revista es pichita, pero hermosa, madura, sorprendente. Se ha convertido ya en la revista cultural más importante de la región. Sus lectores la esperan con ansia. Teníamos la convicción, desde el primer número, que haríamos realidad un sueño y que con ello cumpliríamos el sueño de muchos lectores, de tener en sus manos algo de lo mejor de Comitán y de la región, y digo que algo, porque es imposible abarcar todos los dones que posee esta tierra. Esta tierra es tan pródiga que cada día es día de siembra y de cosecha, sembramos gajos que serán árboles y cosechamos los frutos de los árboles que sembraron nuestros antepasados, los que supieron que vivían en una tierra bendita, única, indecible.
Cumplimos ocho años y lo cumplimos, como lo hemos hecho cada día, ¡trabajando! Trabajando con ahínco, con pasión, para beneficio de nuestra sociedad, porque, vos lo sabés, nos debemos a cada uno de nuestros lectores. Digo que nos propusimos entregar una revista que estuviera a la altura de la grandeza de Comitán y lo hemos logrado. A veces pienso en preguntar al mundo: ¿has pensado qué sería de Comitán sin la presencia de Arenilla? Sé que muchas personas del pueblo no lo pensarían, pero a la vez sé que muchos lectores fieles responderían que nuestro pueblo ya tiene una estrella más y que ésta da luz, es faro para afianzar nuestra identidad.
El equipo buscó el lema: “Porque hablás de vos hablamos de ti”, con ello está dicho todo. Creemos en la fuerza de nuestro lenguaje, que le otorga personalidad al pueblo. Somos un pueblo que habla de vos; eso quedó de relieve en el chiste de Doña Albores, cuando llega un visitante al pueblo, entra a un tendejón y pregunta a la dueña: “¿Acá es donde hablan de vos?”, y la respuesta es inmediata: “hablarán de vos, porque de mi ¡no!, yo soy señorita”. Ah, pueblo genial, pícaro, jodoncito, trabajador, árbol de jocote, chismoso, sembrador. Todas las personas que conocen Comitán lo aman; tal vez somos nosotros quienes no nos damos cuenta de su grandeza, porque como lo vivimos cada día. Pienso en los ángeles y digo que éstos no reconocen las bondades del vuelo y del cielo. Lo mismo nos sucede a nosotros, por eso un día dijimos que haríamos una revista para que, en forma permanente, le recordáramos a comitecos y comitecas que vivimos en un pueblo glorioso. Si tenemos cola que nos pisen es una cauda de gloria, como de recién casada, sin mácula.
Cumplimos ocho años y hemos cumplido con la alta misión de ser portavoz del brillo de nuestro pueblo, en cada página hablamos de lo mejor de lo nuestro. Cada anuncio de nuestros patrocinadores también es muestra de lo que este pueblo es: un pueblo generoso, que se da con los otros. Le apostamos a Comitán, porque hemos leído libros de nuestra historia y reconocemos en cada página instantes sublimes, gloriosos. Se nos llena la boca cuando mencionamos a las grandes personas de nuestro pueblo, desde los más encumbrados (ya sabés quiénes son) hasta los más modestos, porque todos ellos han construido este enorme edificio que se llama Comitán. Cada uno ha contribuido con su grano de arena para dicha construcción, nosotros aportamos nuestro granito de Arenilla.
Mi amigo ya falleció, por eso no recibí su llamado de felicitación, por ahí quedó el viejo calendario con las fechas de cumpleaños de amigos, por ahí quedó el mes de octubre, mes de felicitación para la mejor revista de la región.
Nos sentimos orgullosos de lo que hemos logrado y seguimos aportando lo mejor de nosotros para que llegue a ustedes, querida mía. Porque este pueblo bien vale una misa, bien vale el mejor esfuerzo de sus mejores hijos, todos. Todos los que a diario aportan lo mejor de ellos desde sus trincheras. No hay trinchera menor, todas son válidas, todas son torreones para echar palomas al vuelo, para regar confeti, para aventar, como el capitán Camacho, semillas desde el cielo. Estamos cuidando lo que sembraron quienes vivieron antes que nosotros, le ponemos abono del bueno, del que se bebe como copa de comiteco.
Somos un pueblo grande, un pueblo que se merece la revista que entregamos. Lo hacemos convencidos de la gloria que nos cobija. A este pueblo nos entregamos, este pueblo nos merece y nosotros merecemos a Comitán. Mi amado Gutmita repite cada día estrofas de la canción de Roberto Cordero: “Comitán, Comitán de las flores, donde están mis amores, donde quieren de verdad…” Comitán de Pérez, Comitán de Flores, Comitán de Espinosa, Comitán de Molinari, Comitán de Argüello, Comitán de Ramírez, Comitán de todos, Comitán de Los Tomates, tomate una, tomate dos.
Posdata: Comitán nos merece, porque nuestra revista es una revista que es como un papalote volando sobre el cielo de Nicalocok. ¡Va pitutazo de comiteco para celebrarnos! ¡Para celebrar la vida productiva y generosa!
¡Tzatz Comitán! ¡Cotz Comitán!
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