lunes, 16 de febrero de 2009
El clon del nombre
Si digo Comitán no pienso más que en este bendito pueblo. A pesar de que los hombres somos seres únicos e irrepetibles tenemos nombres repetidos. Hay miles y miles de Alejandros, miles y miles de Rosalías.
Los nombres de los pueblos no se repiten con tanta frecuencia. La Guadalajara de México está atado con una soga de viento a la Guadalajara de España. ¿Cuántas Guadalajaras existen en el mundo?
El nombre de Comitán, si bien no es exclusivo, no se repite con tanta insistencia como el nombre de José o el nombre de Guadalupe.
A veces me topo con el nombre de Comitán en una calle que está bautizada con ese nombre, pero cada vez que me topo con ese nombre no puedo más que pensar en este maravilloso pueblo.
No me sucede lo mismo con los nombres de personas. Cuando me topo con el nombre de Bertha, por ejemplo, vienen a mi mente más de cuatro afectos que así se llaman. Hay un proceso de discriminación en la memoria para elegir el rostro más cercano.
Digo Comitán y no pienso más que en una nube, más que en este hilo de viento que se enreda en mi rostro y en mi corazón.