miércoles, 4 de febrero de 2009

Inside


NOTA: LA FOTO NO TIENE NADA QUE VER CON EL TEMA, PERO FUE UNA IMAGEN QUE TOMÉ AYER MARTES ESPECIALMENTE PARA COMPARTIRLA CON USTEDES. SUPLICO QUE VEAN CON DETENIMIENTO UNA FORMA CIRCULAR QUE APARECE EN LA CIMA DE LA SEGUNDA MONTAÑA.
No anduve por casa. Anduve por otros cielos y otros suelos. Ya con calma les platicaré por donde anduve.
Ahora que volví hallé un mensaje de Inside(en la ventanita amarilla de este patio). Amenaza ser un lector crítico. No puedo menos que dar gracias a Dios y comprobar una vez más que los lectores de este cuaderno son personas inteligentes. Lo menos que un escritor puede esperar es que sus lectores sean críticos.
La intención de "airear" los trapitos que antes era costumbre lavar en casa, es precisamente la de convocar un diálogo que provoque.
Soy un apasionado de los pensadores, de los hombres que expresan su opinión de manera libre.
Este cuaderno es una ventana. El lector que se acerca tiene una mirada especial y agradezco cuando alguien hace pública, también, su mirada. En ese instante este cuaderno logra su objetivo.
Una máquina Xerox imprime mil veces la misma imagen (lo único que puede variar es la tonalidad cuando el toner comienza a agotarse). Cada imagen que pinto es diferente, si se parece una con otra o tiene similitud con otras imágenes de otros es porque el hombre no hace más que pintar una sola imagen infinita. No tenemos más mundo que éste y no somos más hombres que estos. En cada mancha hay algo de otra imagen y en cada imagen hay algo de la gran mancha eterna. Me presumo artista porque un día una niña de siete u ocho años, no más, vio una de mis cajitas y "obligó" a su papá a comprársela. El papá le explicó que mejor le compraba otra cosa (supongo que quería comprarle algo más barato), le dijo que esa caja no tenía más que un elefante sobre la tapa. La niña sonrió y dijo algo como: "Eso es una maravilla, ¿no?".
Sí, Inside, me presumo artista porque esa vez, con la bendición de Dios, logré esa maravilla. Pensé entonces que sólo un niño; es decir, un artista, es capaz de colocar un elefante en un espacio tan breve. Pero, en fin, esto es lo que yo pienso. Y acá, de veras, de veras, no importa tanto lo que pienso. Lo que vale es lo que piensa el lector. Este cuaderno vive cuando alguien, como vos, entra y lee.
Un abrazo.
(De veras, hay algo en la foto, sobre la cima del segundo volcán. ¿Tienen una lupa? ¿Alguien sabe si algún instituto científico o astronómico construye algo ahí, algo como una inmensa parabólica? Si dentro de diez días no consigo información al respecto enviaré la foto al tal Maussan y comenzaré a confirmar que no estamos solos en el universo).