martes, 24 de febrero de 2009

POR LA MAÑANA


Ayer saludé a una señora. Hace años que no la veía. Le lancé una pregunta común. Ella me dio una respuesta inusual.
¿Cómo está?, le dije. Ella sonrió y me dijo: "Bien, con la risa a flor de labios". Y luego, sin que yo hubiera hecho algo por desenredar un hilo, ella comenzó a hilvanar su historia. Me dijo que hoy los muchachos ya no ríen. "Mi abuelita no nos dejaba levantarnos si no reíamos. Cuando ella entraba al cuarto daba los buenos días, abría las cortinas y nos apuraba a levantarnos, pero si nosotros no reíamos ella se acostaba encima de nosotros y cantaba, nos hacía cosquillas, hasta que nosotros reíamos. Entonces se paraba y nos decía Ya están listos para comenzar el día.
No es una historia de esas que aparecen en Selecciones del Readers Digest, al estilo de mi personaje favorito, es simple y sencillamente la respuesta a una pregunta sencilla ¿Cómo está?