miércoles, 23 de junio de 2010

EL PRÓXIMO PRESIDENTE DE COMITÁN SERÁ PILEÑO



La casa de la tía abuela Juanita era el punto de reunión. La casa era generosa, con un patio y jardín extensos, un árbol que parecía casa de todos los zanates de Comitán y unas albercas adonde llegaban muchos muchachos a bañarse. La tía, sentada en el corredor, extendía la mano y cobraba el peso para tener derecho de usar “los tanques” del agua de La Pila. Porque todos los Bermúdez se reunían en ese mítico barrio y en esa entrañable casa. En el patio jugábamos pelota o “escondidas”
Entre la “primiza” siempre aparecía Rafa, hijo de tío Jorge y tía Mercedes. Hace como quince días me topé con un cartel y vi que Rafa contiende por la Presidencia Municipal de Comitán. En la ciudad, igual que en todas las demás del estado, los candidatos efectúan recorridos por todo el territorio a fin de que la ciudadanía conozca su propuesta.
Rafa Bermúdez es candidato del PT y, estoy seguro, al jugar cerca de los tanques o en el huerto donde siempre estaba Chepito de todos jamás pensó que un día aspiraría al más alto privilegio al que un comiteco puede aspirar. Así como tampoco lo pensó el aspirante de la coalición PRI-Verde, Toño Aguilar, quien también es oriundo de un barrio tradicional de este pueblo: La Pilita Seca; es decir, el próximo presidente será de La Pila, de la pila seca o de la llena de agua.
A mí me gustaba que Rafa nos invitara a su casa porque ahí su mamá -la querida tía Meche- tenía el taller de las imágenes de San Caralampio. Cientos de imágenes de madera salieron de sus manos. Entrar a la casa de Rafa era entrar a un mundo mágico. Imágenes de todos tamaños aparecían sobre la mesa donde la tía trabajaba o sobre un estante donde ya estaban listas las imágenes para darles la capa de pintura.
Hoy, el niño que creció entre decenas de imágenes de madera, aspira a la presidencia del pueblo. Su lema es: “Por Comitán, ¡trabajemos juntos!”. No se trata de implorar a San Caralampio un milagro (que, acá entre nos, es “rete” milagroso), se trata de unirnos en torno a nuestra casa común: ¡Comitán! Entiendo que este llamado de mi primo rebasa el tiempo de campaña, se inserta en un grito que, independientemente de quien obtenga el triunfo electoral, debe llenar nuestras conciencias. Se trata de trabajar juntos, no para beneficio de intereses particulares sino para beneficio de nuestra comunidad.
Un día la tía abuela Juanita murió, lo mismo hizo la tía Meche. El taller desapareció de la casa de Rafa, y el árbol del patio de la casa de la tía abuela cayó. Pero la familia siguió unida, con la unión que es ahora el deseo de Rafa. Pienso ahora que su lema tiene que ver con ese árbol que cuidó nuestros juegos infantiles y sirvió de casa para tantos pájaros. Hoy, Comitán debe resembrar y proteger un árbol. Esto sólo se logra con el trabajo conjunto y con un objetivo común: ¡Comitán!
Estoy de acuerdo con Rafa: Por Comitán, ¡debemos trabajar juntos!