martes, 8 de junio de 2010

PAÍS DE PERDEDORES


¿Qué gana México cuando gana México? Es decir, ¿gana algo el país cuando gana la selección mexicana de fútbol?
La tarde en que México ganó el campeonato mundial de la Sub-23 ¡pasó nada! (salvo descalabros y accidentes de los aficionados de hueso "verde").
El país no avanza cuando gana la selección. Los publicistas de televisa y tvazteca nos dicen que el ejemplo de esos deportistas siembra el deseo en los jóvenes por jugar. ¡Mentira! Los millones de jóvenes que reciben el mensaje por televisión, más que las jugadas reciben el mensaje de la Coca Cola y de la Cerveza Sol. Si algo reciben los jóvenes mexicanos es el mensaje del consumismo, por esto hay más jóvenes borrachos que jugadores de fútbol. "La cascarita" ha hecho más jugadores que el Estadio Azteca.
Todo mundo sabe que cuando gana la selección hay más borracheras, ocurren más accidentes y más horas de trabajo se pierden.
México gana, de verdad, cuando los estudiantes estudian; cuando los trabajadores trabajan; cuando los científicos avanzan en proyectos; cuando el país tiene conciencia de su atraso.
México gana cuando la gente acude al parque por las tardes y escucha las campanas del templo y toma un helado y mira las palomas y siente el aire en su rostro.
México gana nada cuando su gente está frente al televisor consumiendo cerveza y papitas; cuando se llena de frustración porque el equipo no gana.
El país no avanza porque a cada rato la selección mexicana envía mensajes de mediocridad. "Ya será para la otra".
México pierde mucho cada vez que la selección gana.
¿Ya no es posible que México renuncie a su actuación en El Mundial? No, parece que no. Ahora el presidente de la república asistirá porque le conviene el mensaje que siempre envía la selección. Al gobierno le conviene un pueblo adocenado.
En las escuelas, maestros y alumnos se ponen de acuerdo para llevar televisiones y ver el partido adentro del salón. Las autoridades educativas del estado de Puebla recomendaron a los maestros que permitan a los alumnos ver los partidos y que vinculen el espectáculo con el conocimiento. Esto es posible, por supuesto que sí, pero el lazo histórico, geográfico, musical, artístico se verá roto por la innumerable cantidad de comerciales que los muchachos tendrán que ver. A final de cuentas el mensaje alienante será más intenso que la propia idea del país.
Ganamos nada y así somos felices.