sábado, 24 de julio de 2010

CUANDO TOCA LA CAMPANA


Cerró la puerta y al tallerista que había entrado al último le preguntó: "Si los objetos fueran gatos ¿cuál elegirías como mascota?". El tallerista tomó el lápiz y comenzó a chuparlo por la parte del borrador. Al conductor del taller le fascinaba estos comportamientos dubitativos. ¿En la punta del lápiz hallará la respuesta? se preguntaba y luego sonreía. Caminó hacia la ventana, vio el patio y pensó que si al tallerista le estuviera permitido dejar su asiento haría lo mismo que él y caminaría al ventanal y buscaría la respuesta en el patio, en la fronda de los árboles inmensos y viejos, o en el cielo.
"¡Un sacapuntas!", respondió el alumno. El maestro colocó sus manos detrás de su espalda y caminó como había visto que caminaba Peter Yates en una película. "Así que un sacapuntas". El tallerista, que jugueteaba con el lápiz, esperaba que el maestro preguntara ¿por qué?, pero el viejo era demasiado perspicaz y no caería en el juego. Se detuvo a mitad del salón, justo adelante del pizarrón blanco y dijo: "¡Mala respuesta! Porque si la mascota se convierte en instrumento de tortura, ¿para qué empleará el sacapuntas?"
Los demás compañeros festejaron la puya del maestro y el alumno se puso colorado, mascó el lápiz. Tocó la campana, todos levantaron sus cosas y salieron del salón, chanceando, empujándose.