sábado, 10 de julio de 2010

EN SU TINTA


¿Y por qué no empleamos el método del pulpo? Bastaría, en un proceso de elección electoral, colocar urnas con los nombres de los candidatos.
¿Imaginan lo que ahorraría la patria?
Las jóvenes indecisas podrían, perfectamente, elegir marido con este método tan eficaz. De igual manera, a partir de hoy, el Presidente de la República puede hacer uso del pulpo y sus "tentáculos" para nombrar a sus colaboradores más cercanos.
¿Por qué no, también, El Vaticano emplea un método similar a fin de que sea realmente la Mano de Dios la que elija al sucesor de Pedro?