miércoles, 11 de julio de 2018
CARTA A MARIANA, DONDE SE ANEXA LA QUINTA CARTA QUE ENVÍA HUGO TRUJILLO FRITZ
Querida Mariana: Hugo te envió otra carta. Hace días que la recibí. Sé que estás en otras vainas, por ahora. Pero no quiero que cuando volvás de Guadalajara te enterés del envío y me reclamés, así que te la mando. Como siempre que recibís carta de él, mi posdata es su envío. Sólo digo que espero que aprendás mucho. Con lo que me has platicado sé que la estás pasando muy bien, que has visto muchas películas interesantes y que ese escritor de guiones hindú debe ser un gran tipo. Cuidate, cuidate mucho. Va la carta de Hugo.
Hola, amiga, espero te encuentres muy bien en compañía de tus seres queridos; me enteré que el 12 de mayo fue día de tu cumpleaños, no sé cuántos, pero a una dama no se le pregunta la edad.
Como lo comenté en mi carta anterior, te voy a platicar algo de lo que viví en mi estancia en Comitán. Pues bien, empezaré diciendo que fue un poco decepcionante no poder conocerte, pero, bueno, en otra ocasión será. No pude saludar a muchos amigos y amigas; sin embargo, platiqué con un amigo (Fernando) que leyó la carta anterior que te envié, donde te invito a que contestes alguna de las cartas que Molinari te envía y me dijo que me veía como Dante, en busca de mi musa. Ja ja ja. Yo le contesté que tal vez tenía razón, pero me encuentro apenas en el Infierno; claro, de la mano de mi guía Virgilio (Molinari) para que me conduzca rápidamente por los senderos del Purgatorio y arribe, lo más pronto posible, al Paraíso, para encontrar a Beatriz, mi musa; hallándola, me permitirá escribir todos los pensamientos que tengo en la cabeza y que no he podido redactar. Este paso por el Infierno ha sido muy caliente, porque mi guía me lleva por un largo camino sinuoso, aunque muy ameno y bastante interesante, que ha logrado superar los obstáculos que me presenta el devenir de la vida cotidiana y de la convulsionada situación que los mexicanos vivimos. En verdad, Mariana, tú has podido hacer crecer mis intenciones de escribir lo que por mucho tiempo ha sido tan solo una idea y que ahora veo que se está volviendo una realidad.
Mi estimada Mariana, no sabés cuánto lamento no tener más tiempo en mi tierra, para platicar con mucha gente con la que deseo hacerlo, charlar acompañado de una buena cerveza bien fría y una buena botana y poder discernir todo eso que me parece horrible, que está sucediendo con las obras inconclusas, la falta de agua en varias barrios y colonias, los asaltos, los tiraderos de basura, los feminicidios, los problemas de tránsito y en general la violencia; más aún, ahora que se vivió una efervescencia política y que, en verdad, me da mucha tristeza no poder apoyar en el trabajo político que se necesita hacer con la gente, para coadyuvar en elevar el nivel de conciencia del pueblo trabajador, para que se organice y luche y no deje que los políticos profesionales hagan de los dineros del pueblo su botín para su enriquecimiento ilícito personal.
Mariana, estarás de acuerdo conmigo en que es tiempo de que la gente despierte y levante la voz para detener esta violencia, corrupción e injusticia que se vive. En fin.
También quiero comentarte que visité el nuevo Museo Rosario Castellanos Figueroa, en verdad me dio mucha pena entrar y encontrarme que de museo no tiene mucho, que digamos, excepto el nombre. Cambiaron el letrero de la fachada, pero resultó de muy mal gusto, claro que está mejor que ese horrible nombre de MUROC que le habían puesto. Desde la entrada te das cuenta que esto no tiene la intención de resaltar a un personaje que merece toda nuestra admiración y reconocimiento, te encuentras con unos aparatos para escuchar la historia de Rosario, pero todo eso lo puedes encontrar en Internet, con información más amplia y con diferentes puntos de vista; también hay fotos que, de igual manera, se encuentran en el Internet. Me extrañó no ver ningún apunte con su puño y letra o algo más personal, no sé, lo sentí muy desolador, con poca creatividad. No hay elementos que animen a admirar el museo y al personaje. Lo que sí me pareció bien fue la reconstrucción que hicieron de esa casa del señor De La Vega y de la playa de descanso que pusieron a la orilla de la calle, sin duda fue un acierto que debo reconocer y espero que la gente lo respete y cuide y no lo destruyan como destruyeron la que estaba frente a la CFE. Fuera de esto, el museo quedó a deber mucho, dado los millones que se gastaron. Da la impresión que sólo sirvió para justificar políticamente que este gobierno apoya la cultura en Comitán. Saliendo del museo me dirigí al mercado de artesanías, para ver qué podía comprar de recuerdo de mi visita al pueblo que me vio nacer y crecer. Volví a decepcionarme. Me encontré con un edificio que partieron en dos espacios. El edificio, como tú debes saber, antes albergaba un mercado, el mercado de Jesusito, como se le conocía; ahora, en una parte se encuentran unas oficinas del municipio y en la otra parte está el mercado de artesanías, en donde nada más hay dos tiendas, y lo peor es que casi no hay artesanías de Comitán, ni de Chiapas, o muy poca, y sí muchas mercancías de Guatemala. El edificio, que en otros tiempos era novedoso e interesante por su arquitectura modernista, ahora está abandonado, sin mantenimiento, ni pintura, ni flores, ni nada que lo haga atractivo para el turismo. ¡Qué gran decepción, no pude comprar nada! Lo único agradable que me sucedió al salir fue ver pasar al amigo Molinari, en su tsurito, y decirle adiós, no alcance a ver quién lo acompañaba; no vi si iba con Paty, su compañera, hubiera sido un gran momento para saludarla, pero desde luego, él me saludó moviendo su mano, yo respondí de la misma manera. Fue tan rápido, que lo único que logré fue sacarme la mala imagen que me quedó del mercado de artesanías.
Al pasar por el parque central tuve la misma sensación con todos los puestos que pusieron, donde venden pura artesanía de Guatemala, me dio la impresión de que esos puestos, más que un atractivo al turismo, es una concesión a las organizaciones electoreras, mal, muy mal. Bueno, mi estimadísima y querida Mariana, espero no haberte quitado mucho tiempo al leer las babosadas que te escribo, pero quise compartir contigo parte de mi viaje a Comitán. Que sigas pasando un día maravilloso.
Cuídate. Fuerte abrazo para vos.
Saludos a Molinari.
Hugo Trujillo Fritz
Al pie del Xinantécatl.