lunes, 16 de julio de 2018

CARTA A MARIANA, DONDE SE VISLUMBRA QUE LA CREATIVIDAD ES LA RESPUESTA




Querida Mariana: Vi en la televisión el partido final de la copa mundial de Rusia. Vi en los letreros de la periferia de la cancha el anuncio: “Creativity is the answer”. Mi conocimiento elemental de inglés tradujo: “La creatividad es la respuesta”. ¿Cuál es la pregunta? La pregunta es todo sueño del hombre. Sí, la campaña comercial de Adidas es un acierto. Este promocional es inspirador, de la misma manera que fue inspirador el slogan de Nike: “Just do it”, que (en mi inglés elemental) traduzco como: “Sólo hazlo”; es decir, al principio Nike nos dijo que debíamos atrevernos a hacerlo, pero como no se trata de aventarse como el Borras, ahora Adidas nos dice que la respuesta para toda empresa es la creatividad. Y esto, tan elemental y simple, es la respuesta universal. ¡Sí!
Vi en la televisión el partido final de la copa mundial de Rusia y vi que la ceremonia de clausura (previo al partido) no tuvo la brillantez que los analistas dicen tuvo el evento, porque a los organizadores les faltó creatividad. Hubo detalles innovadores que se perdieron a la hora que Will Smith, actor norteamericano, apareció en escena y se puso a cantar. Fue tan de domingo de plaza su participación que la creatividad escenográfica quedó oculta.
Sí, Adidas tiene razón, ¡creatividad es la respuesta a toda pregunta! Por esto, en México fallan muchas iniciativas. ¿Por qué en el país hay ausencia de creatividad? ¡Ah, pues muy sencillo! Porque la educación que reciben los alumnos en la primaria no cuenta con algún aprendizaje en tal sentido. ¿Se desarrolla la creatividad? ¡No! Se desarrollan aprendizajes imitativos.
Recuerdo con gran emoción la clase de dibujo que recibí en la secundaria: Dibujo de imitación. La maestra, en un pizarrón cuadriculado, copiaba el dibujo de un león que había trazado en su cuaderno. Nosotros, en un cuaderno con hojas cuadriculadas, seguíamos el trazo de la maestra. Con un poco de paciencia lográbamos un dibujo con trazos muy cercanos al original. Lo iluminábamos, lo llevábamos al escritorio, donde la maestra sonreía, nos felicitaba y “dibujaba” un hermoso diez. Nosotros éramos felices. El otro día revisé el cuaderno de mi sobrina Pau y hallé que tenía una serie de dibujos de caricaturas de Walt Disney. Su mamá me mostró los dibujos, con un gran orgullo, con una gran satisfacción de mamá ganso. ¿Entendés lo que quiero decir, querida Mariana? Si alguno de mis compañeros se hubiese rebelado con la idea de copiar el león del pizarrón y hubiera hecho trazos libres, con un león diferente, la maestra se habría molestado. El dibujo habría obtenido un cinco de calificación. ¿Mirás lo que digo? Mi sobrina Pau, que es una niña listísima, desperdicia el talento innato que traen todos los niños y lo dedica en copiar figuras hechas por dibujantes de Disney. Dibuja al ratón Mickey en lugar de crear un dibujo original del tacuatz Lampo, con trazos libres.
Y este ejemplo de la disciplina del dibujo es algo que está presente en todos los conocimientos que los niños reciben en este país, un conocimiento adocenado.
Vi el partido donde las selecciones de Francia y de Croacia disputaron el primer lugar del mundial de fútbol. Traté de hacer memoria: ¿He leído algún cuento o novela de un escritor croata? ¡No!, creo que no. En realidad, cuando supe que la selección de su país iba a jugar la final entré al Internet y busqué un mapa que me dijera la ubicación de tal país. Pero lo que sí recordé es que he leído muchas novelas y cuentos de autores franceses y lo primero que vino a mi mente fue “El principito”, de Antoine de Saint-exupéry (escritor francés). Este recuerdo me sirvió para apuntalar la idea de Adidas. Sí, la creatividad es la respuesta. En las escuelas mexicanas casi no enseñan a los alumnos a ser creativos, a formular pensamientos que dejen la horizontal y vuelen como enormísimos globos aerostáticos. Todo el conocimiento es como un papalote que tiene una cola hecha con fierro. Así no se puede volar, así no hay crecimiento, así no hay senderos creativos. ¡Qué pena!
“El principito” es un libro de gran creatividad, gracias a eso ha volado por todos los cielos del mundo. Su creador abandonó el mero acto de imitación y entró al prodigioso campo donde la imaginación es la ventana de la creatividad.
¿Qué clase de profesionales tendremos en el porvenir, cuando ahora como alumnos bajan la información del Internet en un proceso que se llama “Copia y pega”?
Posdata: Así no se puede volar, así no hay crecimiento, así no hay senderos creativos.