viernes, 10 de agosto de 2018

CARTA A MARIANA, DONDE SE PIDE QUE, COMO DICEN LOS JÓVENES, “¡AH, PUES, SEAN SERIOS!”




Querida Mariana: Hace dos días hallé en redes sociales un artículo de mi amigo Roque Gil Marín. Yo disfruto mucho platicar con Roque Gil. Siempre digo que su oficina es el parque central de Comitán, porque quien desea verlo puede llegar en las mañanas, de lunes a viernes, y lo hallará en una banca del parque, que es como su sillón personal. Los sábados y domingos descansa.
Y digo que me encanta platicar con él, porque me trata con respeto así como yo lo trato a él. Esto no quita que de vez en vez le haga alguna mínima broma, como por ejemplo el hecho de que le diga que estaba bien como licenciado, porque un día, así, de la noche a la mañana, comenzó a firmar como Doctor Roque Gil Marín. Estabas bien de licenciado, le digo y él me dice que tiene un doctorado en no sé qué disciplina universitaria. Yo sigo llamándolo licenciado.
Roque Gil es versado en la Historia de Chiapas y da conferencias acerca de actos relevantes en alguna conmemoración. Pero, además, yo digo que es un provocador maravilloso. Sabe tocar las fibras más sensibles de la audiencia y, de vez en vez, lanza petardos que son como bombas. ¿Qué se puede pensar cuando él asegura, en la tierra de Belisario Domínguez, que el héroe comiteco no nació en Comitán sino en Guatemala? Yo sonrío y le digo que es un rebelde genial.
Pero, lo que leí el otro día en el artículo que hoy comento sí pienso que es un exceso, porque una cosa es la charla sabrosa en su oficina (al aire libre y libertario del parque central) y otra cosa es que lo escriba, porque se sabe que (como enuncia la cita clásica) el verbo vuela, pero lo escrito permanece.
Tomando en cuenta que Roque Gil es integrante del Consejo de la Crónica Comiteca y que el cronista es el encargado de registrar los actos de una comunidad, de manera veraz y objetiva, pienso que ahora sí se pasó. ¿Por qué? Te cuento. Roque Gil escribió un ensayo a propósito del aniversario luctuoso de Rosario Castellanos, lo tituló: “La maestra Chayito”. En el cuerpo del escrito desliza algunas inexactitudes históricas como el hecho de que “El Instituto Nacional Indigenista -INI- la nombró Directora del Centro Tzeltal-tzotzil”. Rosario, en un ensayo que recientemente comenté, cuenta de voz propia que “gracias a la intervención de Gastón García Cantú y de Horacio Labastida fui enviada a San Cristóbal (al INI) en calidad de “mientras” como se dice”, y ahí estuvo “a cargo del teatro guiñol, uno de los medios con los que operaba la Sección de Ayudas Visuales a cuyo frente estaba Carlos Jurado”.
Pero este ligero desliz pasa como pequeña piedrecilla. Pero líneas adelante ya comete una incorreción mayor, dice Roque Gil: “Su primera novela se titula ‘De la vigilia estéril’”. Esto ya no es tan simple, es confundir la poesía con la narrativa, pero bueno, como mi amigo es travieso, pasa como una travesura más.
Pero esto no queda acá. Más adelante, Roque Gil lanza la primera bomba que no tiene más afán que mover las grietas de nuestra tierra, dice que la novela ‘Balún-Canán’, es “muy parecida a la que escribieron otros intelectuales chiapanecos como el maestro Armando Duvalier Reyes y el maestro Mauro Calderón”. ¿Por qué Roque Gil desliza esta idea que tiene cierto filo? Andá vos a saber. Te digo, le encanta lanzar bombitas.
Pero no acaba acá el ensayo de Roque Gil. Al término del escrito lanza la segunda bomba, que ya se aparta de una investigación profesional y entra en el terreno de la especulación, terreno que no es propio de los cronistas. Mirá qué dice mi amigo: “… y es así como en 1971 es enviada a la Ciudad de Tel Aviv – capital de Israel, en donde fue Embajadora Extraordinaria Plenipotenciaria de nuestro país, hasta que el día 07 de agosto de1974, encuentra la muerte de forma violenta, de lo que se dijo en los medios informativos internacionales que, debido a que ella se había identificado con los Agentes del Servicio Secreto de la Unión Soviética -URSS- a quienes les enviaba información privada, hecho que ya había sido descubierto por los Israelitas, por lo que los Rusos, a quienes servía de “Espía” la Ejecutaron prefabricándole un Corto-Circuito al tratar de encender su lámpara de buró, para impedir que los Judíos le pudieran quitar todo lo que delataría el espionaje soviético a su país”.
¿Cómo lo mirás? Lo dicho, mi amigo Roque Gil es un provocador, pero olvida que es cronista y que la ficción no es parte de la realidad, materia pura de la crónica.
¡Se pasa! ¿A poco no?
Es cierto, de vez en vez, algún escritor lanza diversas versiones del fallecimiento de Rosario. He escuchado decir que fue un suicido; otros aseguran que fue un accidente casero porque la propia Rosario había comentado el estado lamentable en que se encontraba la residencia y las conexiones eléctricas; y algunos más hablan de conjuras internacionales para segar su vida.
He escuchado muchas versiones, pero nunca había leído que un cronista se fuera por una sola versión y la diera como verdadera, ya que hasta el momento es imposible asegurar la veracidad de alguna versión y mucho menos asegurar que Rosario fue una espía al servicio de la URSS.
Posdata: Ah, Roque Gil es un provocador casi profesional. Le encanta tirar cachinflines y que el mundo se tire de los cabellos, mientras él, quitado de la pena, se sienta en la banca del parque central y desde ahí despacha sus artículos para diversos periódicos del estado. Roque Gil es tremendo.