viernes, 8 de febrero de 2019

5 DE FEBRERO



El 5 de febrero tuve el honor de ser el orador oficial en la Ceremonia del Centésimo Segundo Aniversario de la Promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la ciudad de Comitán de Domínguez, Chiapas. Paso copia del textillo que leí:


Buenos días.
Con el permiso de las autoridades y del pueblo.
Hoy es un día luminoso.
En Comitán, como en las demás ciudades de la patria, conmemoramos un aniversario más de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, conmemoramos a la Carta Magna, ¡al libro Madre! Los mexicanos reconocemos que en la Constitución están contenidos nuestros más elementales y sagrados derechos como ciudadanos, como seres humanos, como habitantes orgullosos de esta nación.
El 5 de febrero de 1917, un grupo de constituyentes dio a conocer el resultado de sus afanes y desvelos. Esos constituyentes privilegiaron el bien común, pensaron en los ciudadanos de entonces y proyectaron sus ideales en los ciudadanos del futuro, que somos los ciudadanos de hoy.
Esos constituyentes fueron visionarios. El año de 1917 está lejano en el tiempo, pero sigue estando muy cerca de nuestro ideal libertario.
Hoy es un día luminoso. Los cielos comitecos siempre han tenido una luz especial que ha hecho que sus hijos sean baluartes de las libertades, por ello no fue casual que hasta esta tierra llegaran a vivir dos mujeres que fueron hijas de aquellos constituyentes de 1917, quienes formularon el libro mayor. Hace dos años, cuando se cumplió el centenario de nuestra Constitución, en nuestro pueblo fueron reconocidas dos mujeres que vivieron en esta tierra. No fue casualidad que doña Antonieta Gutiérrez de Ortiz y doña María Antonieta Alonso de González llegaran a vivir a Comitán, la semilla buena siempre busca la tierra buena. Esta coincidencia histórica no hizo más que reafirmar que en Comitán somos fieles guardianes de los mejores actos de la patria. Los cielos de este pueblo cobijaron a dos hijas de constituyentes y sigue siendo savia vital de sus hijos y de los hijos de sus hijos. La semilla de la Constitución crece en esta tierra y abona nuestro suelo.
Hoy, conmemoramos un aniversario más de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Hoy reconocemos que en ella están contenidas las libertades máximas que buscan el bien común; pero también, no puede negarse, hay miles y miles de ciudadanos que no encuentran justicia porque la aplicación de la ley contenida en nuestra Constitución no es puntual.
En nuestro país muchas prioridades están pendientes, muchas injusticias crecen como cardos en cercos de alambres de púas, pero hoy, ¡es un día luminoso!
Hoy, la patria tiene esperanza, parece correr un viento más amable. El país, en las pasadas elecciones, votó mayoritariamente por un cambio. La expectativa era grande, lo sigue siendo. Los sabios nos han dicho que la empresa no es sencilla. Hay mucho por hacer en esta patria, pero el intento por hacer más digna esta nación ¡vale todos los esfuerzos! Hoy hay esperanzas de construir un país más justo, más ordenado. Lo mismo sucede en este pequeño corazón de la patria que se llama Comitán.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos está ahí para salvaguarda de todos los ciudadanos. Cada que la vemos, que abrimos y revisamos su contenido, su portada nos recuerda el lema para el desarrollo de este pueblo: Unidos mexicanos nos susurra; ¡unidos mexicanos! nos recomienda. Comencemos a conocerla, a aprender nuestros derechos, a exigirlos. Hagamos de todos uno y de uno ¡todos! La Constitución nos concede el derecho de libre tránsito, de libre elección, de respeto a las diversas formas de pensar; la Constitución, sabia de origen, nos dice que si a los intereses personales anteponemos el interés supremo de la patria, ésta crecerá grande, infinita, eterna.
Hoy es un día luminoso, en Comitán, y en toda la patria.
Gracias.