lunes, 17 de junio de 2019
CARTA A MARIANA, CON LAS MANOS MANCHADAS DE LUZ
Querida Mariana: ¿Qué es cerámica? Mirá, para no meterme en problemas, a partir del día de hoy, emplearé la definición que dio Mireya Elizabeth Toledo, la tarde del 10 de junio, en el Museo de Arte Hermila Domínguez de Castellanos. Mireya compartió la experiencia vivida en el taller de cerámica que impartió el artista de Yalumá: Manuel de Jesús Aguilar, y entre otras cosas dijo: “La cerámica es como magia”, y sus compañeros, al compartir sus testimonios, dieron sustento a esa definición, porque todos coincidieron en decir que hacer piezas en cerámica no es labor sencilla, pero es apasionante. De hecho, todos agradecieron la oportunidad de participar como alumnos en este taller convocado por el Centro Cultural Rosario Castellanos y por el museo de arte.
El maestro Manuel de Jesús expresó su satisfacción por el taller impartido y dijo que es esencial que la cerámica retome el camino que siempre definió el arte de esta región. ¡Sí, Comitán y pueblos circunvecinos tienen una tradición de ceramistas que abarca siglos! Basta ir a un museo para observar las piezas que permanecen en vitrinas bajo reflectores y que fueron colectadas por los arqueólogos en sitios de culturas prehispánicas.
La presencia de Manuel en este pueblo es de importancia vital. Ya, en una carta anterior, te conté cómo él construye en su comunidad (Yalumá) un espacio que tiene la pretensión de ser sede de estancias artísticas que ofrecerá para creadores de todo el mundo. ¡Ah!, será prodigiosa la experiencia que vivirán esos artistas al desplazarse a la montaña para obtener el barro que modelarán y cocerán en el horno donde Manuel prepara su obra, obra que ha sido expuesta y reconocida en varios lugares de la patria.
Pero Manuel no sólo pretende sembrar en patios ajenos, está sembrando en el patio de casa. Hay antecedentes de talleres de cerámica que se han impartido en el Museo de Arte, pero lo han tomado niños en cursos de verano, mas nunca (entiendo) se había dado un taller para adultos, para gente que, por vez primera, se acercó a modelar la tierra de nuestra tierra.
Estos talleres (tanto los ofrecidos a niños como los que toma gente adulta) son de gran importancia. En Oaxaca, hace años, se creó un movimiento generoso para convertir a esa tierra en una ventana creadora para la pintura. La tradición así lo exigía. De ahí son Rufino Tamayo, Rodolfo Morales y Francisco Toledo (el artista plástico vivo más importante de México). ¿Y en Comitán? Ya se dijo, el pueblo tiene alma de barro. En los patios de las casas comitecas antiguas siempre hubo una olla de barro que contuvo el agua que preservaba la vida. Esos objetos utilitarios seguían la huella de las ollas que usaban los mayas, pero en algún momento, se extravió el hilo artístico, porque los objetos utilitarios de los mayas cumplían además con un sentido ritual que exigía la decoración. Los objetos utilitarios han sido reconocidos como elementos artísticos sin parangón en la cultura del mundo. Ahora, ya se dio el primer paso en Comitán. Lo que buscan los creadores de este taller es que el juego del barro se convierta en una urna de luz. ¿Puede el mundo volver la vista a Comitán? ¿Puede Comitán convertirse en una ciudad de cerámica? Si los creadores comienzan, como los infantes juegan plastilina en los jardines de niños, a jugar con el barro y a soñar con las manos, la región puede recuperar el prestigio de la cultura maya para prestigio de esta tierra.
Quince alumnos acudieron a este taller. Mireya Elizabeth Toledo, Maira Paola Ramos, Alejandra Coronado, Emiliana Hinojosa, Sofía A. Ramírez, Alejandra Constantino, Alexis López, Isela Ruiz, Alberto Altuzar, Silvia Mairany Rivera, Luis Eduardo Cancino, Juan Carlos González, Nancy Joany Aguilar, Diana Elizabeth Bermúdez y María de los Ángeles Ortega, jugaron en el patio del museo, sintieron en sus manos el corazón de la tierra y lo moldearon. La tarde del 10 de junio, tarde en que se inauguró la muestra de los trabajos realizados, el director del Centro Cultural Rosario Castellanos, el poeta Arbey Rivera, se mostró feliz por el logro inicial de este camino que han comenzado a abrir. Bien dijo el poeta español que no hay caminos, éstos se hacen a la hora que, descalzos, los creadores enlodan sus pies con el barro y con el agua.
Posdata: Somos hijos del barro, de barro está hecho nuestro corazón