sábado, 22 de junio de 2019

CARTA A MARIANA, DONDE SE VISLUMBRA EL OFICIO DE LECTOR




Querida Mariana: Jorge me dijo el otro día: “Si Rosario Castellanos viviera ¿leería ARENILLA”? ¿Qué podía responder? Dije que sí, que tal vez ella, sin duda, dentro de toda la marabunta intelectual de su vida le gustaría enterarse de sucesos de la tierra donde vivió toda su infancia y parte de su adolescencia. ¡Cómo no querer saber qué sucedía en el pueblo que inspiró su novela “Balún-Canán”! Sí, tal vez en la noche, antes de escribir un poema y después del trajín del día, ella abriría su computadora personal, entraría al Facebook y husmearía un poco en muros de comitecos.
¿Por qué no? Su amigo Óscar Bonifaz, escritor y poeta comiteco, galardonado con el Premio Chiapas ¡lee Arenilla!, y está pendiente de los aires que oxigenan a este pueblo. Es como un acto recíproco, porque el pueblo también está pendiente de lo que Bonifaz hace. En la revista Arenilla han aparecido artículos de la vida y obra del paisano. En el número once (número que tiene acá en sus manos y lee atentamente) aparece una mención, breve, pero puntual. En la sección “La tiendita de doña Pifa”, los lectores encuentran lo siguiente: “En Comitán, a cada rato, usamos la palabra “chento”. Óscar Bonifaz, en su libro “Arcaísmos, regionalismos y modismos de Comitán, Chis.” define a la palabra chento de la siguiente manera: “Chento. m/f Presumido, vanidoso.”
Cuando un comiteco desea conocer la definición de una palabra hija de estas tierras acude al libro de Bonifaz que es su libro con más ediciones. Ahora él está chento, porque dice que, pronto, estará en circulación la edición número once.
Existe otro libro que complementa el del maestro Óscar: “Glosario (Habla popular comiteca)”, de José Luis González Córdova, libro que se agotó en su primera edición y que, por desgracia, no se ha vuelto a editar.
Estos dos libros son como de cabecera para comprender el significado de las palabras que usamos los comitecos y que son piedritas azules que nos hacen ser únicos en un mundo cada vez más globalizado.
La revista Arenilla es uno más de los elementos culturales que apuntalan la identidad de nuestra tierra. Todo mundo reconoce que Comitán tiene una personalidad definida. Cuando hablamos, cuando escribimos, los que nos escuchan, los que nos leen, dicen: “Son comitecos”; es decir, son hijos de una tierra bendita.
En el número 11 de la revista, los lectores encuentran testimonios y artículos que muestran parte de lo mejor de Comitán, que ilustran a los lectores de acá y de otras regiones cuál es la luz que nos abriga.
En este número, en el Editorial, hay una atenta invitación para que los comitecos siembren árboles en los sitios de sus casas. Ahí los taladores inclementes no pueden llegar, por lo que la pervivencia de esos árboles está casi casi garantizada.
Luego hay un reportaje que da cuenta de cómo una chica deportista, poco a poco, alcanza su sueño: María Fernanda García Domínguez, estudiante del Colegio Mariano N. Ruiz, y seleccionada estatal de Taekwondo, aspira a ser seleccionada nacional, para ello insiste en un valor esencial: la disciplina.
¿Qué más? Bueno, hay un textillo que cuenta cómo Rosario Castellanos, en un momento, agregó a su diccionario personal una palabra que usaban su hijo Gabriel y la nana de éste: Epatito. Ellos decían Epatito cuando querían decir que algo se hacía despacito. ¡Ah, uno puede imaginar a Rosario jugando con su hijo, diciéndole que escribiera la lección sin prisa, epatito, epatito!
Hay más, sí, mucho más. Un reportaje que reconoce el cariño y entrega de una pareja que cumplió sesenta años de matrimonio, ¡sesenta años! El maestro Roberto Campos Gordillo y doña María del Carmen Guillén Alfaro (ambos oriundos de Las Margaritas y residentes de Comitán) han formado una familia ejemplar, de sólidos principios. Es maravilloso hallar estas historias de amor en tiempos que las parejas se separan en forma alarmante.
En una página completa hay una fotografía en blanco y negro que reconoce el talento de un gran fotógrafo de esta tierra: César Canales, quien, con la fotografía titulada “El juego”, obtuvo el primer lugar en el concurso “Comitán y su magia”, que organizó Miraquién Magazine. No puedo, querida mía, describir la foto, es preciso que consigás tu ejemplar (que es gratuito) y mirés la belleza que César logró captar.
Luego hay un testimonio que dio Lulú Díaz Carreón acerca de sus papás. Medio mundo que vivió los años setenta en Comitán conoció a don Gilberto Díaz Molina y a su esposa, doña Bertha Isabel Carreón Córdova, quienes compraron y habitaron la casa que fue propiedad de los papás de doña Lolita Albores, nuestra recordada cronista vitalicia.
El número once, querida mía, tiene, además, un breve texto que reconoce el talento musical de la artista Sonia Conde; y la noticia del inicio de la Fundación Alexandra Del Castillo Castellanos, que tiene como objetivo fundamental el fomento de la lectura en niños y jóvenes. ¡Ah!, si pudieras ver el cuentito que se obsequiará en las escuelas, estoy seguro que te gustaría la edición. Todo en nombre de la memoria de Alexandra y en nombre de la niñez y juventud de México y de la región, incluso de Huehuetenango, Guatemala, porque la revista se distribuye en San Cristóbal de Las Casas, Las Margaritas, La Trinitaria, Tzimol, Comitán y Huehuetenango, Guatemala. Nuestro director comercial en aquel país, Carlos L. Rivas, es tan listo que, en ocasiones, va a Quetzaltenango y a la ciudad capital, Guatemala, a entregar nuestra revista. ¿Mirás? Parte de lo mejor de Comitán es conocido y reconocido en nuestro querido país vecino.
¿Hay más? Digo que sí. La tiendita de doña Pifa es un texto en breves cápsulas que es como un bosque sembrado de pinos donde la memoria hace su nido.
Luego, para este tiempo de lluvias, rescatamos (del libro “Glosario”, de José Luis González Córdova) una serie de palabras comitecas que son de uso constante en esta temporada, por ejemplo “Aguajal”, que es “normalmente lo que queda después de la lluvia”.
No es por nada, pero este número quedó bien bonito. Nos sentimos bien chentos. Nos da gusto saber que dos mil lectores reciben una bocanada de aire fresco e inteligente, porque el mojol de lujo es el cuentito. Sabés que esta revista tiene el objetivo de hacer llegar, cada bimestre, un cuentito para que los papás compartan con sus hijos, para rescatar aquella maravillosa costumbre en que los mayores leían cuentitos a sus hijos, antes de dormir.
Todo esto se debe gracias a la generosidad de los patrocinadores que aportan paguita para que la revista llegue en forma gratuita a dos mil lectores. ¿Sabés quiénes son los patrocinadores de este número? ¿Sabés quiénes ayudan para que Comitán y territorios circunvecinos tengan luz y reciban una revista digna, a la altura del prestigio que se merecen? Acá va la listita, para que vos también ofrezcás tu reconocimiento: San Marcos, Colegio Mariano N. Ruiz, Nataly Pastelerías, Villa Victoria, Muebli-Plus, Muebles para Comercio Hermanos Flores, Grupo Industrial López Pérez, AEC Computación, San José Clínica, Brenda’s Joyería, D’Amore, Dr. Lesther, Rayola, Moo Duk Kwan, City Express Comitán, Laboratorio San Francisco, Sigma Tecnologías, Estética Vanity, Instituto Tecnológico de Comitán, Good Year Comitán, Diagnostícate. Grupo Médico, Natura, Alfredo’s Rodizio, Mauricio’s Viveros, Fundación Alexandra Del Castillo Castellanos, Grúas Castillo, Centro Universitario José Vasconcelos Calderón, Hotel Posada del Ángel, Dr. Rubén Sánchez, Sonrisa Sana, Óptica Mayuan, Auditivos de Comitán, Soy Mamá, La Casa del Suéter, Gorditas El Güerito, Técnica Dental Avanzada, Studio Innova, Sisitel, Panadería La Espiga de Oro, Pillangó Café, Restaurante La Casita, Grupo Altova, y Crearte en Madera.
Posdata: La revista Arenilla ya se posicionó como una de las mejores propuestas editoriales de la región. Se hace con mucho amor, para que llegue limpia y clara a las manos de los lectores. Como mirás es toda una suma de voluntades. Por esto, casi estoy seguro, niña mía, que Rosario Castellanos, igual que Óscar Bonifaz y mil novecientos noventa y nueve más lectores, la leería, la disfrutaría y, tal vez, se sentiría orgullosa de que en esta tierra exista una revista que le apueste a la lectura, a la lectura inteligente, que contenga cuentitos que alimenten la imaginación de los niños que, en el futuro, salvaguardarán el Comitán que construyeron los mayores y que ahora toma forma en manos de los actuales moradores. ¡Hacemos lo que nos corresponde! ¡Todo en nombre de la grandeza de Comitán!