jueves, 10 de octubre de 2019

CARTA A MARIANA, CON IMAGEN TOJOL-AB’AL




Querida Mariana: Ayer ocurrió el prodigio tojol-ab’al, en Comitán y en la Ciudad de México. En nuestro pueblo, antes del concierto de la Orquesta Sinfónica de Chiapas, para conmemorar el séptimo año de la distinción de pueblo mágico, un grupo de tojol-ab’ales tocó el tambor y el pito, y acá se ve en la fotografía a un grupo de estudiantes y docentes universitarios tocando el tambor y el pito. Este grupo está en el auditorio de la Escuela Nacional de Trabajo Social, de la Universidad Nacional Autónoma de México; están en el auditorio que lleva el nombre del Doctor Manuel Sánchez Rosado, quien fue el primer director de la ENTS y falleció en 2013. El doctor Sánchez Rosado fue muy estimado por la comunidad universitaria de la UNAM y en su memoria el auditorio de la escuela lleva su nombre. Como acá se advierte, el auditorio es un espacio muy digno y la mañana del 9 de octubre un grupo de estudiantes y maestros de la Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar llevó el sonido de los indígenas tojol-ab’ales, lo llevó como símbolo de fraternidad. En tiempos de globalización, la música auténtica sonó con emoción en dos lugares, distantes en espacio físico, pero cercanos en el espíritu.
La delegación de Comitán asiste al XXIII Encuentro Nacional y XIII Internacional de Investigación en Trabajo Social, con el tema: “La investigación social en torno a los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Metodologías y estrategias de intervención.”, que se celebra en la Escuela Nacional de Trabajo Social, del 9 al 11 de octubre de 2019.
Y esta delegación de 22 alumnos, 3 docentes (maestra Nina, maestra Yolanda y maestro Sergio) y el rector, maestro José Hugo Campos Guillén, llegó a dar y a recibir; llegó a aprender y a enseñar; llegó a tender lazos de amistad entre Comitán y la Ciudad de México; a estrechar vínculos entre la Escuela de Trabajo Social de la UNAM, y la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar.
Esta delegación de comitecos llegó a mostrar porqué Comitán fue honrado con el distintivo de pueblo mágico hace siete años; tal distinción no fue más que un acto cultural donde se refrendó que este pueblo es mágico desde su origen.
Los estudiantes, sin duda, recibirán un cúmulo de ideas y conocimientos y establecerán amistades con alumnos de toda la república que acuden al congreso.
La ENTS define al Trabajo Social como “La profesión de carácter humanista cuyo objetivo es el diseño y la aplicación de estrategias o modelos de intervención que promuevan la participación de individuos, grupos, comunidades y la sociedad en general, en acciones que prevengan, atiendan o den solución a las necesidades y problemas que presentan.”
¿Mirás, mi niña? La carrera de Trabajo Social es eminentemente humanista. La Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar, sigue esa vocación luminosa. Los alumnos de la Ciudad de México no reciben algo que sí reciben los alumnos de la universidad comiteca: clases de tojol-ab’al. Este idioma es cercano a la identidad de nuestro pueblo mágico y es conocimiento fundamental para poder ser útil a las comunidades de la región. Por ello, en el acto inaugural del Congreso, los estudiantes y docentes comitecos ingresaron al auditorio y subieron al escenario con el ritual luminoso donde los indígenas abren los actos más importantes.
El 9 de octubre de 2019, en Comitán se celebró al pueblo mágico con el sonido de los tambores y del pito; y en la Ciudad de México, un grupo de comitecos llenó de sonidos maravillosos un espacio de la máxima casa de estudios del país. La Ciudad Universitaria recibió el sol tojol-ab’al, un sol que bendijo el camino de los mayas hace cientos de años.
Posdata: La Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar cumple con su vocación humanista. Vos sabés que, actualmente, se celebra, en las instalaciones de Los Sabinos, el Diplomado en Derechos Humanos, avalado por la Red Nacional de Escuelas de Trabajo Social; la Escuela Nacional de Trabajo Social, de la UNAM; y la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Los comitecos se llenaron con la luz de la UNAM. En el territorio del grito “¡Goya, Goya, Goya!”, se escuchó el grito de fe: “Sursum corda”.