miércoles, 30 de octubre de 2019

HOMENAJE A FRANCISCO




Cuatro días de festejo, porque se celebran cuarenta y cuatro años de edad; cuatro días de fiesta, de reflexión y de homenajes; del 28 al 31 de octubre de 2019, se le cantan las mañanitas a la máxima institución cultural comiteca y se ofrecen actos literarios, dancísticos, teatrales, música, conferencias, exposiciones plásticas, conversatorios, inauguración del Jardín de la Lectura, y homenajes, homenaje a uno de sus directores, Francisco Rodolfo Gordillo García, poeta y cineasta, quien falleció muy joven, en plena etapa creativa. Todo esto está permitiendo este sabroso guateque.
El poeta Arbey Rivera, director del Centro Cultural Rosario Castellanos, y su equipo de trabajo organizaron cuatro días de fiesta para celebrar cuarenta y cuatro años de su fundación. Al principio se llamó Casa de Cultura y fue la primera casa de cultura de Chiapas.
Óscar Bonifaz ha estado presente en los actos celebratorios, él fue el fundador de dicha institución, él fue quien puso los cimientos a esta casa, casa que es de todos, que ha dado abrigo a cientos de muchachos que han pasado por sus talleres.
El festejo ha permitido que, como expresó Arbey Rivera la tarde de homenaje a Francisco, se reflexione en la siguiente pregunta: “¿Por qué no se le ha dado la difusión necesaria a la obra poética de Fraancisco?”. De igual manera, Lupita, hermana de Francisco, al agradecer el homenaje a su hermano, mencionó que en esta ocasión se trataba de “honrar a las letras”, pero queda pendiente la revisión de su obra cinematográfica, porque las dos grandes pasiones de Francisco fueron ¡la literatura y el cine! Bueno, su otra gran pasión fue ¡la vida! Vivió pocos años, pero de manera intensa, uno de sus hermanos lo definió como ¡un gran parrandero!, a Francisco le encantaba la bohemia, la vida en convivencia, porque sabía que la esencia de la vida está en los libros, en el cine y, sobre todo, en la vida cotidiana. Era un gran lector y un gran cinéfilo.
La tesis para titularse como licenciado en Ciencias de la Comunicación tiene el siguiente título: “Sustancia fílmica de Andréi Tarkovsky”; al recibir su título de licenciado se inscribió en la Universidad Autónoma Metropolitana, para estudiar literatura.
La tarde de homenaje estuvo presente su primo Roberto, el famoso cantante Roberto Rojo, quien mencionó que cuando supo de este acto memorable pensó que debía estar presente, para cantarle, para bajar las lianas de aire que juntos vivieron. El cantautor dijo que su primo fue “tenaz, terco”. Sí, ante sus pasiones no bajó la guardia ni un instante, escribió libros de poesía y novelas, su primera novela, mencionó su sobrino Óscar, lleva el sugerente título de “Pequeñas campanas”.
Ya lo dijo el poeta Arbey: No se le ha dado la suficiente difusión a su obra literaria. De igual manera queda pendiente una revisión de su obra fílmica, porque, cuando muy pocos comitecos pensaban en hacer cine en este pueblo, Francisco convocó a un grupo de actores y realizó cintas, cintas que conserva su hermana Lupita, quien está dispuesta a prestar el material (en VHS o Beta, tal vez) para que se “trasvase” a los medios tecnológicos actuales y pueda realizarse un ciclo de exhibición, donde la historia del cine comiteco quede registrado en la memoria, porque ya Arbey dijo que la casa de la cultura comiteca “tiene memoria” y esta memoria debe crecer como un árbol para que siga dando frutos.
En el homenaje a Francisco afloró la “Sustancia vital”, brotaron rasgos de su carácter y de su personalidad, así como capullos de su creación. Francisco fue pretensioso, no se anduvo por las ramas, ni por las cuerdas invisibles de la medianía. Aspiraba a ser, y en esta aspiración compartía, porque muchos comitecos deben recordar las noches de proyección de películas, donde él daba una reseña introductoria. Deseaba compartir con sus paisanos el conocimiento adquirido.
¿Algo más? Sí, su hermana Lupita dijo que era celoso, muy celoso, un día antes que ella se casara todavía, al estilo comiteco, le preguntó: ¿Ya lo pensaste bien?
¿Algo más? Sí, Lupita lo definió como un ser “perfectamente imperfecto”.
Queda pues para la memoria de la casa común ciertos rasgos de vida de uno de los directores de la Casa de la Cultura, de Comitán. Tuvo tres grandes pasiones: la literatura, el cine y ¡la vida!
Queda pendiente la atenta lectura de su poesía y de su narrativa, queda pendiente la atenta revisión de su obra cinematográfica.
Por el momento, ya Arbey Rivera cumplió con regresarlo a la memoria, a la memoria colectiva, a la memoria de nuestra memoria.