lunes, 15 de febrero de 2021

CARTA A MARIANA, CON UNA PALABRA CASI EN DESUSO

Querida Mariana: anoche busqué un libro para leer. El libro que me hizo un guiño fue el de Armando Alfonzo: “Por amor a Comitán”. Leí “Comitecadas en verso” y en la comitecada que se llama “Blanco Comitán” me topé con el siguiente cuarteto: “Blanca es la cabellera de la abuela Blancos los arabescos de su fustán Blanco es el blanquillo de la polluela Y blanco es el sombrero del tayacán.” Sí, tenés razón, hay varias palabras que ya no son de uso común en el pueblo. Dos o tres muchachos ya no sabrán qué es un blanquillo, ahora la palabra que se emplea en lugar de blanquillo es huevo. ¿Fustán? ¿Quién usa fustán ahora? No sé bien, pero tu abuelita tal vez pueda decirte bien qué prenda era. Entiendo, no me hagás caso, que era una prenda de vestir que las abuelas usaban debajo del vestido, como lo que llaman “fondo”. Ay, ahora todas las chicas usan pantalón y calzoncito hilo dental. ¡Adiós fustán! Pero, la palabra que más llamó mi atención fue la de tayacán. Dice Alfonzo: “Blanco es el sombrero del tayacán”. ¿Quién era el tayacán? Bonifaz, en su libro de modismos, dice que tayacán es un caballerango. Los que están acostumbrados a palabras que se usan en la hacienda saben bien quién es un caballerango. Yo, de nuevo, fui al diccionario y hallé que un caballerango es un mozo que cuida y ensilla caballos en las haciendas. ¿Mirás? Tayacán, en nuestro pueblo, se usaba (o se usaba) para designar a un mozo. Sí, por derivación, yo escuché que algún señor llamaba tayacán a algún empleado; es decir, todos los mocitos eran tayacanes, aunque el patrón no tuviera caballo para ensillar. Entonces busqué si la palabra sólo se usaba en Comitán, y hallé que no. El diccionario dice que la palabra tayacán proviene de una palabra náhuatl: Teyancanqui, que se usaba para nombrar a quien cumplía funciones de director. ¡Ah!, con razón en Nicaragua la emplean para designar a una persona que es valiente, que no le tiene miedo al trabajo; y en Honduras la usan para nombrar a un guía o tutor de otra persona. Parece, entonces, que sólo en nuestro pueblo le restamos el valor intrínseco. Me sorprendió hallar que tayacán es una palabra que proviene del náhuatl. Bueno, sabemos que varios vocablos de nuestro dialecto comiteco vienen del náhuatl. ¿Vos sabés que el nombre actual de nuestra ciudad tiene su origen en una voz náhuatl? ¿Sí? Ah, qué viva sos. Yo no sabía. Don Ramón me dijo que cuando los aztecas llegaron a estos territorios, en mil cuatrocientos y feria, sometieron al poblado y le llamaron Komitl-tlan. Sí sabía que el sufijo tlan significa lugar o sitio. Ahí está como ejemplo Tenochtitlan. ¿Qué significa komitl? ¡Pucha! Menos sé, pero en el Internet hay una definición que tiene mucho sentido. Según este diccionario náhuatl, Komitl significa olla. ¡Ah, qué bonito! Komitl-tlan significaría entonces Lugar de ollas. La cerámica es oficio que, por fortuna, siguen practicando muchas personas. El otro día hubo un tianguis donde personas de San José Obrero ofrecieron sus productos de barro, que fueron hechos en el horno que tiene Manuel, el ceramista de Yalumá. Asimismo, el otro día, Ramón Folch comentó en redes sociales que había adquirido tres tinajas de barro, con artesanas de la comunidad Canalum, que son ollas bellísimas. Canalum es un poblado que está un poco más allá del Polideportivo, en una carretera asfaltada. Todos estos artesanos son prodigiosos herederos de quienes, antes de la llegada de los españoles, ya trabajaban el barro. Por eso, cuando llegaron los aztecas y vieron las bellezas que hacían dijeron: que este pueblo se llame Lugar de ollas. Y, capaz, que luego las llevaban como tributo. Posdata: toda esta vuelta para decir que anoche encontré la palabra tayacán en un libro de Armando Alfonzo. Tayacán era una palabra que yo escuchaba de niño. Era empleada como sinónimo de mozo. Los hacendados tenían a sus tayacanes, los señores del pueblo tenían a sus tayacanes, hombres que estaban para servirles. Me dio gusto hallar que el tayacán del cuarteto de Alfonzo tenía el sombrero blanco. Por lo regular los señores usaban bombines y los tayacanes sombreros de palma todos sucios, todos carcomidos por la hormiga gigante que se llama sol.