sábado, 28 de febrero de 2009
SUEÑOS SIN COLOR
Los muchachos de hoy no lo pueden entender. Muchos de mi generación tenemos una inconsciente fascinación por las fotos en blanco y negro.
Dos o tres lectores de este cuaderno han advertido el buen gusto de las fotos que ilustran mis textos. He insistido que no hago más que "bajarlas" de este chunche. Pero ya caí en la cuenta que busco y busco algo que no tenga mucho color.
Debe ser porque mi generación vivió la etapa de transición entre el cine en blanco y negro y el de color.
Era muy frecuente ir al Cine Comitán y ver películas mexicanas en blanco y negro. Todas las de "vaqueros" y las de Tarzán y las de Santo y Blue Demon eran en blanco y negro. Era tan común como levantarnos, ir a la cocina y tomar café con pan, al lado del fogón donde ya estaba puesta la olla donde hervían los frijoles para la tarde.
No sé pero hoy descubrí que mi mundo tiene mucho de blanco y negro. Y algo debe tener este universo pues, a pesar de todo el adelanto tecnológico (o tal vez por lo mismo), muchos artistas de la fotografía siguen empleando esta maravillosa tonalidad.
Por ahí me entero que los toros no ven el color. Todo su mundo es en blanco y negro. Por ahí también me entero que los hombres soñamos en color. Debe ser que tanto color de mis sueños me apabulla; debe ser que, entonces, prefiero vivir en un mundo donde el blanco y negro sea como un deseo.
Es tan armónica esa esencia que el negro nunca tiene connotaciones de oscuridad; es tan armónica tal conjunción que el blanco nunca deslumbra. Las fuerzas de cada uno se contraponen pero no se cancelan.
Siempre que veo una foto en blanco y negro algo de nostalgia aparece, pero no es una nostalgia que deprima, no, no, al contrario, es una nostalgia por la vida, por el presente, por saber que aún hoy, en plena época de tanto color plástico, es posible hallar una nube más modesta, más humilde.
Los muchachos de hoy no lo pueden entender. Si ven una película en blanco y negro de Woody Allen pensarán que es una película filmada en los años cuarentas. Se sorprenderían si se enteraran que fue filmada cuando todo mundo ya lo hacía en color.
Muchos de mi generación tenemos sueños en blanco y negro. Woody también.
viernes, 27 de febrero de 2009
GRANOS DE ARENA (9)
EN UN BAZAR A LA VELOCIDAD DE LA LUZ
Un ratón está adentro de una jaula de la veterinaria, roe un pedazo de queso. Una campana suena a la hora que la puerta se abre. Un hombre entra. El médico veterinario le dice al hombre: “Pasa, pasa, siéntate. Nada más termino de vacunar a este canario y platicamos un ratón”. El ratón para las orejas, juega a hacer palíndromos: ratón notar, mientras los hombres platican de él.
OTRA DE ROEDORES
“Te vendo un ratón”, le dijo Einstein a Stephen Hawking, pero éste, sabiendo que todo es relativo, no peló a don Albert y siguió metido en su hoyo negro.
HISTORIA DEL HOMBRE QUE CONFUNDÍA LA PALABRA MENTE CON LA PALABRA MENTA
Todo comenzó como un juego. Lamentablementa su menta degeneraba cada vez que comía una mente y eclosionó el día que un fulano de tal le dio una menteda de medra.
DE INTELECTUALES SIN INTELECTO DIGNO
Dice don Agapito del Intelecto y Ordoñez que en tiempos de Óscar Oliva algunos intelectuales arrastrados cantaban el himno a Chiapas de manera correcta: “…una oliva de paz inmortal”; pero al otro día que el poeta dejó el cargo le cambiaron la letra por: “…un palacios de paz inmortal” y ahora ya cambiaron la letra de nuevo e intentan sembrar la cruz del milagro en sus estepas.
PORQUE TODO TIENE NOMBRE, PORQUE TODO YA ESTÁ INVENTADO
Un día se dio cuenta que todo tenía nombre en el mundo. Decidió inventar “algo” para inventar una palabra que lo nombrara. Tomó una piedra, la partió en dos y a cada pedazo lo llamó “mediapiedra”. Estuvo satisfecho hasta que alguien le preguntó para qué servía la mediapiedra. Él dudó un instante, pero un segundo después contestó que era un invento para inventar palabras. Días después todo mundo comenzó a partir las cosas en dos a fin de inventar nuevas palabras. Así el diccionario se llenó de nuevas palabras: mediamedia, medioladrillo, mediosalón, mediacasa. El día que un noticiario local informó que un hombre había partido en dos a su mujer, el inventor fue acusado de ser el autor intelectual y fue sentenciado a cincuenta años de cárcel. Él, aún con cierto resabio de ironía, pidió al juez que le partieran su condena a la mitad, a fin de incluir en el diccionario una nueva figura jurídica: la mediapena.
PAISANOS QUE SUEÑAN CON “THE AMERICAN DREAM”
Un chiapanaco es aquél que entra a Burguer Boy y pide una doble de camarón con huevo.
LA NOCHE DE 2009 EN QUE ALGUNOS ESCRITORES CHIAPANECOS RECIBIERON EL ÓSCAR
Ricardo Cuéllar Valencia, por tres películas a la vez: “Un cuento sobre la felicidad”, “El desafío” y “El luchador”; Roberto Rico, por “El lector”; Y Blanca Margarita López Alegría, por “La duda”.
DE UNTADAS Y OTRAS HISTORIAS
La tostada estaba triste y enojada. La gota que derramó el vaso fue cuando oyó que un cargador le gritaba a otro: “Te voy a madrear, hijo de la tostada”. Desde niña sólo sirvió para que le untaran frijol o mayonesa. En Comitán la machacaban y la revolvían con chile para hacer algo que llaman “polvo juan” y que es una especie de chile piquín. ¿No había otro destino para una simple tostada?
Un día leyó la parábola del hombre que siempre se quejaba porque nunca tenía zapatos y se conformó cuando vio a un hombre sin pies. La tostada vio a su vecina la tortilla cuando le ponían carne de perro en la taquería de la esquina y se conformó con ser una simple tostada de pata.
DEL OTRO LADO DE ESTE LADO
Debe suceder lo mismo en cualquier pueblo, pero acá en Comitán decimos que los comitecos somos muy "patas de chucho" y andamos en todos los pueblos del mundo. Así como dicen que en Chiapas se levanta una piedra y se halla un poeta, así se abre una puerta en cualquier parte del mundo y aparece un comiteco que habla "de vos".
Ayer me escribió un afecto, me dice que estará laborando por algún tiempo en Sri Lanka. ¡Pucha y recontra pucha! Para mí, que el viaje más largo es cuando voy a Tuxtla a tomar pozol, se me hizo esa tierra como el fin del mundo. Y si bien no es el fin del mundo, sino tal vez el principio, el dichoso país está del otro lado del mundo.
En cuanto cerré mi correo busqué Sri Lanka en este chunche para más o menos saber por dónde queda y para descubrir qué ramas, qué vientos y qué ríos inundarán el espíritu de mi afecto.
Lo hallé cerca de la India y supe que recorrerá otras arenas muy distintas a las nuestras. Me conmueve pensar que Buda es quien truena sus chicharrones por allá.
Mi afecto mirará elefantes, así como nosotros miramos chuchos en la calle (bueno, imagino que también allá hay chuchos. He visto chuchos en todo el mundo. Sé que si existe vida extraterrestre, la mascota favorita de los hijos del planeta XZESG999 también serán los chuchos. Claro, los chuchos XZESG%%% no tienen la misma forma que los terrícolas. No sé, a veces creo que se parecen mucho a la forma que tenemos los humanos).
¿Cómo los de Sri Lanka juegan con los elefantes? ¿Los niños de Sri Lanka abrazan a los elefantes bebés como acá las señoras de la High society abrazan a sus chihuahueños?
Sri Lanka, ¡pucha, qué territorio tan lejos! Del mismo lejos que queda Comitán para ellos. ¡Pucha y recontrapucha!
jueves, 26 de febrero de 2009
UN TEATRO COMO ÁRBOL LLENO DE PALABRAS
A veces veo a los hombres como si hubieran perdido algo. Lamentan la derrota como si ésta fuese un baúl y alguien les arrebatara algo.
¿Por qué meten objetos inexistentes en las bolsas de su pantalón?
Ayer asistí a un concurso de declamación. Uno de los participantes (un muchacho de no más de diecisiete años) olvidó el poema a la mitad. Un silencio frío se hizo en toda la sala. El muchacho elevó la mirada. ¿Pensaba que el verso podía estar oculto en las lámparas que iluminan el escenario? Después de diez segundos, el muchacho se inclinó tantito, dio las gracias y bajó. El público y el concursante lamentaron el suceso. Nos quedamos como si hubiéramos perdido algo. ¿De verdad fue así?
¡Falso, no perdimos nada! ¿Cómo decirle a este muchacho que no extravió nada, que ningún hueco apareció?
Al contrario. Las palabras son como pájaros. A veces, estiramos la mano para descolgar una palabra y ésta, como si fuera parte de una parvada, ¡vuela!
La palabra es una sustancia volátil, no tiene raíces.
Ayer no perdimos nada, al contrario, recordamos que no poseemos nada.
Lo que pasó ayer en la tarde fue un encuentro, ¡un maravilloso hallazgo!
A todo mundo le sucede. De pronto, en medio de la plática más sabrosa, pareciera que olvidamos la palabra. "Acá, acá, lo tengo en la punta de la lengua", decimos. ¡Qué ilusos! Esa palabra ya vuela otros cielos, ya está parada sobre otro árbol. Cuando, a veces, pareciera que la recuperamos y decimos la palabra oculta, lo que en realidad sucede es que un ave diferente llegó hasta nuestros labios, porque, a veces, nuestra saliva es como alpiste para su hambre.
A veces veo a los hombres abrir hoyos como si hubieran perdido algo. No poseemos nada. Lo que sucede con frecuencia es que el objeto inasible nos posee y creemos que algún día lo tuvimos y cuando vuela nos queda la sensación de que lo perdimos. ¡Qué ilusos!
miércoles, 25 de febrero de 2009
MUCHO POR HACER
Este jueves, qué bueno, hay muchas actividades.
La Universidad Mariano N. Ruiz presenta: "Jaime Sabines, el más amoroso de los poetas";
El Grupo Armando Alfonzo presenta: "Un Homenaje a Roberto Martínez";
y la Universidad Autónoma de Chiapas invita a la presentación del libro: "Presbítero Eulogio Correa y Ochoa, Hacienda San Sebastián",de Amín Guillén Flores.
martes, 24 de febrero de 2009
POR LA MAÑANA
Ayer saludé a una señora. Hace años que no la veía. Le lancé una pregunta común. Ella me dio una respuesta inusual.
¿Cómo está?, le dije. Ella sonrió y me dijo: "Bien, con la risa a flor de labios". Y luego, sin que yo hubiera hecho algo por desenredar un hilo, ella comenzó a hilvanar su historia. Me dijo que hoy los muchachos ya no ríen. "Mi abuelita no nos dejaba levantarnos si no reíamos. Cuando ella entraba al cuarto daba los buenos días, abría las cortinas y nos apuraba a levantarnos, pero si nosotros no reíamos ella se acostaba encima de nosotros y cantaba, nos hacía cosquillas, hasta que nosotros reíamos. Entonces se paraba y nos decía Ya están listos para comenzar el día.
No es una historia de esas que aparecen en Selecciones del Readers Digest, al estilo de mi personaje favorito, es simple y sencillamente la respuesta a una pregunta sencilla ¿Cómo está?
lunes, 23 de febrero de 2009
2009 - Año de la insensibilidad
Un día fui niño. La mañana del 24 de febrero de 1961, mi mamá me llevó al kinder. En la puerta estaba la maestra Dely esperando a los niños. Mi kinder se llama "Francisco Sarabia".
La casa estaba pintada de verde, tenía un patio central delimitado por los salones. En la parte de atrás había un "sitio" y ahí una huerta. Las maestras nos daban unas regaderas pequeñas y con éstas regábamos las lechugas, el perejil, el cilantro y la acelga. Al regresar al salón la maestra nos daba crayolas y en un álbum con hojas de papel manila pintábamos los dibujos de las peras, manzanas y plátanos sin salirnos de la rayita.
¡Qué bueno que fui niño en 1961!
Ahora que el Congreso determinó que este 2009 sea el año de Jaime Sabines y los muros de las escuelas tengan versos del poeta, muchos apostamos por lo obvio: algunos muros tendrán errores ortográficos. Es comprensible. Los rotulistas no tienen la preparación académica adecuada y, a veces, cometen errores.
Lo anterior era previsible y justificable en un estado como Chiapas (por supuesto que esto es un contrasentido porque no ayuda a la educación).
Lo que sí es ¡inaceptable! es lo que vi hoy en la mañana.
Mi jardín de niños hace muchos años cambió de residencia. Mi escuela estuvo en el barrio de San José, ahora (en un edificio moderno y construido especialmente para el quehacer educativo) está en el barrio de Guadalupe.
¿Ya vieron el poema que eligieron para colocarlo a la entrada del jardín?
¡Qué bueno que ya no soy niño!
No imagino el impacto que llevaría al preguntarle a mi mamá: ¿Qué dice ahí? (en el supuesto de que aún no supiera leer bien).
Es una inconsciencia total y plena realizar proyectos sin la mínima sensibilidad.
¿Qué habría pasado en mi mente y en mi corazón cuando mi mamá leyera esos versos?
"Hay un modo de que me hagas completamente feliz, amor mío, ¡muérete!".
Tal vez mi mamá, que siempre ha sido una mujer sensible, pondría en práctica aquello de que a veces es bueno decir una mentira piadosa e inventara algo como: "La luna...se puede dar de postre a los niños cuando no se han dormido".
¿Saben leer los niños de tercer grado que ahora acuden al jardín de niños?
¿Qué responden las mamás cuando los niños de primero y de segundo grados preguntan: ¿qué dice ahí, mami?
¿Las mamás leen los versos sin inmutarse?
¿Es un poema correcto para la entrada de un jardín de niños?
Sé que ustedes saben que no me espanto ante nada; sé que ustedes también son lectores con mentes abiertas, pero, también, soy una persona con un mínimo de sensibilidad.
Si los niños de ahora desayunan con noticias violentas sería justo que, cuando menos, a la entrada de su escuela hallaran un mensaje de esperanza.
Los encargados de este "proyecto genial" debieron elaborar una carpeta con poemas especiales para muros de escuelas primarias; otra para escuelas de educación secundaria; y, claro, un cuaderno especial para muros de jardines de niños. ¡Qué inconscientes son los adultos inconscientes!
¿Quién es el responsable de esta estupidez, por decir lo menos?
UN HOMBRE DE AIRE
Un abrazo al destacado periodista Miguel González Alonso,
por su cumpleaños y como agradecimiento por el disco que me obsequió.
Don José Luis Cancino y Cancino sueña mientras las ondas electromagnéticas viajan por el aire. Las ondas son como pájaros invisibles.
Los comitecos viejos cuentan la historia del primer aparato de radio que alguien llevó a Comitán: el propietario anunció el prodigio y parte del pueblo se amontonó alrededor del aparato. Todo mundo aguzó el oído pero únicamente escuchó un ruido de caldera asmática tartamuda. Ese día, el mundo de Comitán aprendió una nueva palabra: Estática. Si la XEW no se escuchaba con claridad era debido a que esa palabra, como si fuera un mar de nubes, se interponía en el camino de las ondas. Hubo intentos científicos por explicar la palabreja, así como hubo intentos por aclarar cómo era posible que de ese aparato, llamado radio, brotaran las voces más sublimes de los locutores y cantantes de lujo de esa época dorada de la radio. Todo intento fue vano. Aún hoy, en pleno siglo XXI, seguimos sin entender bien a bien cómo esas ondas electromagnéticas poseen la capacidad de convertirse en voces adentro de los radios.
Los sueños de don José Luis también viajan por el aire. En los años cincuentas esos pájaros invisibles, llamados ondas electromagnéticas, chocaban contra montañas y caían con las alas destrozadas. Los niños de las montañas levantaban esos pájaros, los metían en jaulas y, sin necesidad de prender radio alguno, oían, cada mañana, cómo esas aves cantaban con la voz de Pedro Infante, de Jorge Negrete o de Carusso; mientras en Comitán lo único que se escuchaba era la estática. Se oyó tanto que la gente pensó que eso era la radio, algunas mujeres platicaban en el mercado: “¿Vos ya lo oíste cómo canta de ronco doña Estática?”. “Ya lo oí, pero caso me gusta, yo prefiero oír a Gardel en el tocadiscos de mi marido”.
Por fin, una tarde, los radios de Comitán dejaron de tener estática. No sólo se escucharon las transmisiones de la ciudad de México o de Guatemala, también se escucharon las emisiones de la primera radioemisora del pueblo. La historia de la radio en Comitán comenzó a escribirse y en esta historia tiene un lugar especial don José Luis Cancino y Cancino, quien fue gerente de esa primera radioemisora, con las siglas de XEUI.
Hoy los pájaros ya no chocan más, los niños de las montañas sólo pepenan hojas secas que al pisarlas hacen ruido como si tuvieran estática. Ahora, los pájaros invisibles vuelan muy alto, como pelotas de ping pong rebotan sobre satélites y llegan con las alas extendidas a todos los radios de Comitán (ya no se conforman con esto, ahora también vuelan en “la red” y los internautas comitecos pueden escuchar estaciones radiofónicas de todo el mundo, sin ninguna estática).
Una tarde de éstas, Comitán rindió un homenaje a don José Luis. Sus compañeros de trabajo le reconocieron su capacidad y su don de gente. El maestro Roberto Gordillo Avendaño (quien fue compañero de trabajo de don José Luis en aquella mítica estación, y hoy es destacado conductor de radio Exxa-fm) me dijo un día que don José Luis había sido un amigo con todos los empleados más que un patrón.
Sin los pájaros invisibles la radio no puede ser, sin el aire no hay chistera para que el mago haga el prodigio de la voz. Don José Luis Cancino fue un mago. Hoy sus compañeros, y Comitán entero, le reconocen su capacidad de ser quinqué, de seducir el silencio y de tener las alas llenas de aire.
domingo, 22 de febrero de 2009
CALLE DE MI CALLE
Un pintor suizo famoso soñaba con integrarse de manera plena a su pueblo. A veces yo también sueño con ser una calle más de este pueblo llamado Comitán.
El universo, decía el artista, es un todo y la montaña nevada no es más ni menos que yo.
Cuando estudiaba en la preparatoria (en el edificio que ahora ocupa el Centro Cultural Rosario Castellanos) mis amigos me invitaban a ir a los ranchos. Yo veía la emoción en ellos cuando hacían los preparativos. Debo confesar que en mí no brillaba esa flama. Me gustaba compartir momentos con mis compas, pero nunca deseé con fervor esas idas a los ranchos. Como no sé nadar debía quedarme a la orilla de las pozas o de los ríos o, de vez en vez, meterme adentro de una cámara de llanta de tractor (aún hoy que la escribo, la imagen me sigue pareciendo absurda). En lugar de que me rodeara el agua clara algo como una boa negra me constreñía el espíritu y el cuerpo.
Sobre todo en Semana Santa me gustaba quedarme. A veces, Javier también hacía lo mismo que yo y juntos recorríamos esas calles desiertas. Nos sentábamos en la banqueta de su casa y mirábamos cómo el tiempo abría los ojos sólo para volverlos a cerrar en una modorra sin pausa.
El artista suizo pintó los Alpes sin descanso, caminó sin tregua cada uno de los valles para captar la esencia de su país, para integrarse, para volverse parte de la nieve, del sol esquiando sobre ese blanco eterno.
Como mis compas insistían en que los acompañara, yo hacía una trampa. Un mes antes le pedía a mi papá, de favor, que ¡no me diera permiso! Cuando ellos llegaban a suplicar a mi papá para que me dejara ir, mi papá se ponía en su papel y decía que estaba yo castigado, que tal vez para la otra. Mis compas salían tristes de la casa y yo trataba de poner la misma cara de frustración de ellos. Un segundo después ellos recuperaban su emoción al preparar la ida y yo, por dentro, también recuperaba mi pueblo.
Cuando mis compas regresaban, el muestrario de aventuras se exponía ante nuestros ojos. Javier y yo no teníamos mucho que contar. ¿Qué puede contar un hombre de un pueblo cuyas calles están vacías, cuyos balcones siempre están cerrados? ¿Qué decir cuando, sólo de vez en vez, pasaba un carro y las mujeres caminaban enlutadas sin hacer ruido al dirigirse al templo? ¿Qué de emoción puede tener pasar por el frente del templo y mirar las imágenes cubiertas con un manto morado?
El artista suizo caminó solo esas veredas interminables.
Mis compas nos relataban mil aventuras extraordinarias, lamentando el regreso al pueblo. Si por ellos hubiera sido se estarían más tiempo en el rancho. Javier y yo no teníamos nada que contar. Tal vez nos daba pena decir que, sentados en la calle, nos habíamos quedado en el pueblo para volvernos un poco esa banqueta, esa calle, ese balcón de Comitán.
sábado, 21 de febrero de 2009
GRANOS DE ARENA (8)
Con un abrazo para el Maestro Enrique García Cuéllar,
quien cumple años mañana.
PORQUE HAY ALGUNOS QUE CREEN QUE ES IGUAL LO MISMO QUE LO MESMO
Un chiapanaco es aquél que mira un grupo de escoceses y cree que es un grupo de chuntaes con rumbo a la feria de San Sebastián.
DIÁLOGO CON JAIME SABINES, EN UNA CANTINA DE TUXTLA, DIEZ AÑOS DESPUÉS DE MUERTO
Este año todo Chiapas lo recordará con mucho amor, porque el Congreso determinó que 2009 sea su año. ¿Cómo la ve, don Jaime?
“Soy una cicatriz que ya no existe, / un beso ya lavado por el tiempo”.
Pero a Usted parece que el tiempo le hace lo que a Juárez.
“¡Qué fácil es la ausencia!”
Usted no está ausente, en Chiapas está más presente que nunca. Ahora pintan decenas de muros con sus poemas.
“No soy un poeta: soy un peatón”.
Y sin embargo, sus lectores lo consideran un gran poeta. Su poema “Los amorosos” es como un rezo para los amantes.
“El amor no tiene remedio / y sólo quiere jugar”.
Todo es como un juego, la vida, la muerte, los homenajes. ¿No cree?
“No me digan ustedes en dónde están mis ojos, / pregunten hacia dónde va mi corazón”.
LOS MUROS QUE HABLAN
En Arana todo mundo traza el destino diciendo: “Hijo de muro ¡murito!”, pero el hijo del Muro de Los Lamentos soñó con romper la tradición. Le molestaba ver cómo cientos de hombres se paraban frente a su papá y botaban sus piedras espirituales sobre él. Si tan al menos -pensaba murito- los hombres cargaran nubes en su conciencia. Así, murito decidió ser una ventana. El primer día que se colocó sobre un muro miró que todo mundo no le hacía caso. Parejas de enamorados se recargaron sobre el muro para besarse y cachondearse; cientos de jóvenes, con botes de pintura en spray, hicieron sus grafitis sobre el muro; miriadas de pájaros se estrellaron contra el muro y miles de perros orinaron sobre los adobes.
Los hombres y animales de estos tiempos están acostumbrados a medir sus sueños a través de muros. Murito, decepcionado, bajó del muro y aceptó su destino. Ayer estuvo contento porque un rotulista que no terminó la primaria le pintó un verso de un poema de Sabines: “Que Dios bendiga a Dios”.
HISTORIA DEL HOMBRE INOCENTE QUE CONFUNDÍA LA PALABRA CAMA CON LA PALABRA MESA
Su novia lo invitó a comer y él se subió a la cama; cuando ella lo obligó a ir a la mesa él terminó la relación y dijo que su novia era una casquivana.
COLOFÓN
Los hombres piscis aman a las mujeres sagitario que, en otoño, cuelgan hojas de libros sobre los árboles.
UNA BURBUJA
Hace muchos años asistí a un taller de apreciación estética. La conductora entró al auditorio y, sin saludar, dijo: "Si cuando ven un cuadro sienten algo como una asfixia ¡están frente a una obra de arte!".
Desde entonces algo como esto determina mi apreciación artística. Cuando veo una película de Kurosawa, por ejemplo, algo de esa burbuja asfixiante aparece. Cuando todo es plano no hallo ninguna emoción. La reflexión aparece cuando un artista me enseña algo que no es obvio.
Mañana domingo es la entrega del Óscar. Desde hace años veo la transmisión. No niego que me gusta observar ese glamour. Cuando algún artista se emociona yo me emociono con él.
Estoy consciente que tal entrega carece de esa asfixia, pero, de vez en vez, es bueno olvidarse de la reflexión. Además, de vez en vez, aparece una película que, lejos del boom mercantilista, roza ciertas orillas de la creación genial. De vez en vez, la Academia otorga el Óscar a un Woody Allen o a un director italiano por la película "Cinema Paradiso".
viernes, 20 de febrero de 2009
La transparencia de París
Hoy en la mañana leí a Nadia Villafuerte, en el periódico El Heraldo de Chiapas. Leí la crónica de un instante en París, la crónica de un viaje reciente que ella realizó.
El próximo mes de marzo se inaugurará en esa ciudad faro el Salón del libro. México es el país invitado de honor.
Dos de mis afectos serán integrantes de la representación mexicana: Fabio Morábito y Carmen Boullosa (Carmen está ahora mismo en Madrid, fue a presentar uno de sus libros).
Fabio y Carmen son poetas y narradores, ambos son nubes que vuelan esos territorios a sus anchas y a sus alas.
La obra de ambos ha sido traducida al francés (requisito para ser elegido como parte de la delegación); la obra de ambos es excepcional (son, por lo tanto, distinguidos representantes de nuestras letras).
Hoy que leí a Nadia, algo de la neblina luminosa de París voló sobre mi ventana.
Que la luz de este día que hoy ilumina el templo de nuestro santo más amado: San Caralampio, ilumine el camino de estos poetas por París; que ilumine por siempre, el espíritu de cada uno de los lectores de este cuaderno.
(Nota: Fabio es el de la foto).
jueves, 19 de febrero de 2009
BANDO POR EL CUAL SE DECRETA QUE EL AÑO 2010 ES AÑO DE NINGÚN POETA
¿Qué es el acto poético? En apariencia es una cosa simple pues es como juntar arena. En lugar de arena se trata de amontonar palabras. Y digo amontonar porque a final de cuentas el vaso del espíritu es un reloj de arena por donde, puntual, cae cada palabra en el río del tiempo.
Es tan simple que, por su propia simpleza, medio mundo se cree poeta.
Sabines fue un amontonador atolondrado. Si uno lee sus poemas hay muchos en donde las palabras se atoran en su intento de corcel, de viento. Así como el río no elige sus piedras, sus hojas, los troncos que cabalgan sobre él; de la misma manera, Sabines deja que el aire le sople las palabras sobre la palma de su mano siempre abierta.
¿Qué sucede con Efraín Bartolomé? Sus lianas de luz también están amontonadas, porque el silencio precisa de un túmulo exacto de palabras.
¡Basta por hoy!
¡No se vale jugar un juego que uno no posee!
miércoles, 18 de febrero de 2009
TODO DEPENDE DEL COLOR DE LA JAULA DESDE DONDE SE MIRA
Voy seguido a La Trinitaria, un pueblo que antes tenía un nombre bello: Zapaluta. Voy a comprar caramelos de miel. La Trinitaria es uno de esos pueblos en donde, como dice el escritor centroamericano Carlos Cortés, “no pasa nada desde el big bang”. Precisamente por esto me gusta ir. Ahí el sol estira sus pies como si se acostara sobre una hamaca tejida con nubes.
En ese pueblo existe un zoológico pequeño. Algunos comitecos dicen: “¿Qué tal? Sólo eso nos faltaba, que los de Trinitaria nos ganaran”. Lo dicen como si los habitantes de Trinitaria hubieran alcanzado un desarrollo de primer mundo; lo dicen con cierto resabio de envidia, como si los comitecos nos hubiéramos quedado rezagados.
El otro día entré a ese espacio. El entorno es mágico, hay árboles inmensos en la orilla de un riachuelo sin alas. Los árboles se han vuelto sabios de tanto oír las historias que cuenta el arroyo. Un hombre me cobró la entrada, a cambio de mis monedas no recibí ningún papel. El hombre me advirtió que no encontraría fauna espectacular, “son animalitos de la región: monos, loros, venados, tortugas y cocodrilos”. Ante esta advertencia me sorprendí al hallar un avestruz. “Eran tres ejemplares -dijo el encargado- pero ya se murieron dos”. Me acerqué a la malla de alambre, que parece a punto de derrumbe, y miré el animal. Nunca había estado tan cerca de uno de estos animales que quién sabe cuál es su tierra originaria. El animal me vio, se echó sobre el suelo y, en movimiento de péndulo frenético, llevó su largo cuello hacia ambos extremos de su cuerpo. El animal golpeaba su cabeza contra su cuerpo como si fuera un badajo, una vez en su costado izquierdo y luego hacia su costado derecho. ¿Qué me decía ese animal que se golpeaba de manera cíclica y frenética? ¿Era un movimiento natural o una actitud propiciada por el encierro permanente de un animal que, sin duda, en libertad corre por campos extensos?
El ayuntamiento de La Trinitaria debe destinar una buena cantidad de dinero en el sostenimiento de ese espacio creado, supongo, con intenciones pedagógicas, de recreación y como atractivo turístico. Después que pagué, estuve a punto de reclamar el boleto a cambio de mi dinero, pero luego vi al hombre un poco también como enjaulado en ese espacio y ya no dije nada.
Después de la jaula del avestruz pasé a una donde, al principio no vi nada. En el centro estaba un árbol seco, busqué por sus ramas para ver si por ahí hallaba algo con alas, pero las ramas estaban vacías. Busqué en el suelo y vi una cadena que salía del tronco. Al final de la cadena estaba un monito, echo bola, escarbando. ¿A quién se le ocurrió encerrar a un chango adentro de una jaula y, como si ese encierro no fuera suficiente, encadenarlo?
Como ya dije antes creo que este espacio lo crearon con intenciones positivas, pero, tal como lo vi ese día, ahora es un espacio triste, muy triste.
Tal vez ese chango es un animal travieso, desmadroso, pero no creo que sea justo que esté encadenado.
Cuando, de niño, iba al circo, descubrí que algo extraño ocurría en mi interior. Cada vez que los payasos salían a hacer sus payasadas al centro de la pista veía cómo los demás niños reían mientras yo sentía una piedra atorada en mi garganta y en mi corazón. Lo mismo pasaba cuando miraba a los perritos vestidos con faldas trepando sobre cuerdas o saltando por aros. Nunca pensé que eso fuera bueno para esos animales, siempre vi falsas esas sonrisas absurdas y gigantescas sobre las caras empanizadas de los payasos.
Cuando salí del zoológico llevaba una enorme piedra en la bolsa de mi corazón. Ahora, sé que cada vez que vaya a La Trinitaria, me sentaré en la plaza frente al templo, cerraré los ojos y miraré al changuito encadenado, rascando sobre el suelo, buscando la nube que alguien le robó.
martes, 17 de febrero de 2009
POETA CON O SIN DECRETO
Las bardas se llenan con versos de Sabines. Los grafiteros oficiales dibujan letras por decreto. Este año, por obra y gracia del gobierno, es año de Sabines.
En realidad no era necesario tal despliegue de recursos, pero es bueno que Sabines honre a Sabines.
Si esto fuera costumbre sería una verdadera siembra. Si, de pronto, recordáramos que también existen más poetas.
Nunca a nadie se le ocurrió colgar poemas de Efraín Bartolomé de las lianas de las selvas urbanas; nunca a nadie se le ocurrió tatuar las nubes con poemas de Oliva.
Los poetas también son más queridos si están cerca de la flama de la veladora política.
Hoy la flama crece más intensa porque Sabines honra a Sabines y esto le conviene más a Sabines que a Sabines aunque sus palabras estén colocadas en extremos.
Las bardas se llenan con versos de Sabines. Ayer miré un niño que leía esos versos, me pareció ver que al niño le crecían alas, ver que la pared se alzaba tantito por encima del suelo.
Y aunque el slogan de este sexenio procura los hechos y desecha las palabras, la palabra del poeta es un hecho y está hecha de una ensarta de palabras fogón, palabras tea.
lunes, 16 de febrero de 2009
El clon del nombre
Si digo Comitán no pienso más que en este bendito pueblo. A pesar de que los hombres somos seres únicos e irrepetibles tenemos nombres repetidos. Hay miles y miles de Alejandros, miles y miles de Rosalías.
Los nombres de los pueblos no se repiten con tanta frecuencia. La Guadalajara de México está atado con una soga de viento a la Guadalajara de España. ¿Cuántas Guadalajaras existen en el mundo?
El nombre de Comitán, si bien no es exclusivo, no se repite con tanta insistencia como el nombre de José o el nombre de Guadalupe.
A veces me topo con el nombre de Comitán en una calle que está bautizada con ese nombre, pero cada vez que me topo con ese nombre no puedo más que pensar en este maravilloso pueblo.
No me sucede lo mismo con los nombres de personas. Cuando me topo con el nombre de Bertha, por ejemplo, vienen a mi mente más de cuatro afectos que así se llaman. Hay un proceso de discriminación en la memoria para elegir el rostro más cercano.
Digo Comitán y no pienso más que en una nube, más que en este hilo de viento que se enreda en mi rostro y en mi corazón.
domingo, 15 de febrero de 2009
MI ABUELA ESPERANZA
¿Qué sería de nosotros sin los otros? A mí me tocó la suerte de convivir con mi abuela materna.
Ella vivía en Tacubaya, en la ciudad de México. En ocasiones llegaba a visitarnos a la casa de Comitán. Yo abría su veliz de cuero y hallaba dos o tres velas. Cada una de estas velas significaba un mes de estancia. Ella era muy creyente y ofrecía la luz de la vela cada primer día de mes.
Me gustaba tener cerca a mi abuelita. Por esto, en varias ocasiones metí una vela de más en su veliz. Ella lo descubría, me llamaba y me decía que estaba bien, que se quedaría otro mes, pero no más, porque ella sabía que por mí colocaba cientos de velas en su veliz para que no se fuera.
Mi abuela era una mujer sencilla. Había crecido en una finca de por el rumbo de Acapetahua. Fumaba, fumaba mucho. Durante las tardes iba a visitar a las amigas que había logrado hacer en este pueblo. Llevaba una bolsa arrugada de plástico donde metía decenas de cuadernitos con oraciones. A veces, cuando regresaba a casa, me llamaba y me pedía que yo la acompañara en sus rezos, yo aceptaba con disgusto, pero una vez que comenzaba el rezo me olvidaba de mi enojo y disfrutaba su voz que era una mezcla de canario y de cántaro roto por tanto cigarro fumado.
¿Qué sería de nosotros sin los otros? ¿Qué seriamos sin ese aroma de canela que las abuelas bondadosas y sencillas ponen en nuestro corazón? Yo amé a mi abuelita y doy gracias a Dios porque, de vez en vez, ella llegaba con su cargamento de dos o tres velas, con su cargamento de luz, a la casa de Comitán.
sábado, 14 de febrero de 2009
MONÓLOGOS QUE SON DIÁLOGOS
Conchita Avendaño es poeta. Ella radica en San Cristóbal de Las Casas, anoche estuvo en la Casa del Arte, en Comitán. Acudió a presentar un libro de poemas. Óscar Bonifaz, Marvey Altuzar y José Segura (un escritor Tlaxcalteca) la acompañaron.
La Casa del Arte tiene un patio, un espacio breve que es muy comiteco. No recuerdo si el patio tiene piso de ladrillo, no he puesto atención, pero lo debió tener algún día, porque un aroma de ladrillo se desprende de ese espacio.
La invitación a la presentación del libro de Conchita fue inusual (al menos en Comitán). La invitación decía que la propia autora haría una escenificación de la obra (en un momento alguien habló de dramatización, y esto sonó más dramático aún).
Después de los comentarios de los presentadores, Conchita se plantó como un gran árbol, enormísimo árbol, en el breve escenario improvisado y actuó. ¡Conchita es artista! Con desenfado comunicó su obra.
Hace tiempo oí un poema que ella leyó, en esa ocasión me gustó el texto. Ella dice que escribe para comunicar, para compartir. Anoche no sólo hizo uso de la palabra, cantó y bailó. Anoche no fue una simple lectura de poemas, fue una puesta en escena de su obra poética. Anoche no hallé el mismo prodigio en su palabra, no hallé la misma luz en sus poemas. Tal vez fue porque anoche no hubo esa burbuja íntima que da la lectura a la luz de una vela. Anoche, Conchita fue como una lámpara de mil bujías. Los asistentes aplaudieron con generosidad al término de la "actuación" de Conchita. Agradecieron la entrega de la artista.
Anoche, la Casa del Arte se anotó un diez.
Estamos formando públicos, poco a poco, poco a poco.
viernes, 13 de febrero de 2009
POLVO SIN HUELLAS
El día 10 de febrero es la tradicional entrada de flores en honor a San Caralampio. En un lugar llamado El Chumis se concentra la gente que participa en la romería.
Por cuestiones de trabajo no pude asistir como espectador. La gente que fue coincide en que este ritual ha degenerado. Ahora participan hombres vestidos de mujeres como si el festejo fuera un simple carnaval.
Los tiempos cambian y, por ende, existen transformaciones, pero sería deseable que junto a las nuevas manifestaciones pervivieran los rasgos tradicionales. Las autoridades municipales encargadas de promover la cultura deberían fomentar los elementos originales que le daban razón de ser a esta manifestación. Hoy todo es muy plástico (y los encargados del sector llamado "cultura" están mimetizados en esas aguas engañosas).
miércoles, 11 de febrero de 2009
LA LUZ DE LOS CAMINOS
En memoria de José Bermúdez Macal, afecto de toda mi vida,
y con un abrazo para Queta, José Rodrigo, César y Quetita.
Hubo una vez un hombre que nació en Comitán y fue a vivir a Puebla. Vivía feliz en aquella ciudad, para lograrlo colocaba diques a las aguas del pasado. Cuando algún aire de nostalgia por su pueblo natal quería posarse en su árbol, él podaba las ramas en intento de exorcismo.
En cierto instante el cielo de Comitán pareció desvanecerse de sus cielos, pero ¿de veras es posible cancelar la tierra, los muros, las plazas y la gente que amarraron los primeros nudos? ¿Es posible prender fuego a los barquitos de papel dispuestos para navegar los ríos de la infancia? ¿No zozobran estos barcos en otros cauces?
Hace una semana fui a Puebla. Todo hubiera querido en esta vida, menos realizar ese viaje donde asistí al entierro de ese hombre que era parte fundamental de mi vida. Como él era un gurú, un hombre excepcional, se preparó a conciencia para la muerte, pero los que nos quedamos no tuvimos la preparación para, de pronto, pinchar la burbuja asfixiante de su ausencia física. Los hombres somos posesivos; a veces no entendemos que somos espíritu y nuestro destino no es territorio para estar con los pies en la tierra.
Pero como él conocía nuestra fragilidad no sólo abrió sus alas, también untó aceite en cada una de nuestras plumas.
Él siempre me dijo que si al despertar yo oía el jolgorio de los pájaros ¡la vida continuaba! Me bastó llegar al panteón y acercarme a un árbol para sentir sus manos sobre mi corazón.
Cuando regresamos a casa me enteré que Pepe, mi afecto, había hecho un pedido especial: Que colocaran adentro del cajón la pequeña imagen de San Caralampio que tenía sobre un mueble de su casa poblana.
Ahí entendí. Por decisión su cuerpo fue enterrado en Puebla pero se hizo acompañar con una nube comiteca.
Cuando un árbol es enorme pareciera que sólo tumbándolo es posible hacer que cambie de lugar. Pero hay hombres que son árboles inmensos y sueñan con tener alas y sueñan tanto que un día sus raíces abandonan la tierra donde crecieron ¡y vuelan! Dado que los hombres comunes no están acostumbrados a ver árboles hombres volar sobres sus cabezas, los hombres árboles vuelan cuando el sol duerme. Los neófitos suponen que estos hombres poseen sistemas de sonar como si fueran murciélagos, sólo los iniciados saben que un faro divino los guía en su vuelo.
Pepe fue un hombre árbol enormísimo. Ahora pienso que en su casa, por las noches, cuando ya su cuota de felicidad poblana lo había rebasado, él se sentaba, ponía un disco de treinta y tres revoluciones en su viejo tocadiscos, escuchaba marimba, veía la breve figura del santo más amado de Comitán y algo de su pueblo natal se enredaba en su corazón. Ahora pienso que la túnica de San Caralampio lo cubre en su viaje hacia una Ítaca inmensurable. Ahora entiendo que el destino de Pepe fue ser hombre árbol con vocación de vuelo. El día que murió no hizo más que reafirmar su destino: su ansia de ser ave, cielo.
martes, 10 de febrero de 2009
Libro electrónico
El libro ha hablado, desde siempre. Su voz ha sido muda pero ha retumbado en la conciencia del mundo.
Hoy, el libro electrónico ya es una realidad. Es como una pequeña libreta que permitirá "bajar" miles de libros. Un lector podrá elegir un libro y "bajarlo" en cosa de segundos. ¡Toda una biblioteca al alcance de la mano de manera inmediata! ¡Qué maravilla!
Hoy, el libro electrónico, igual que sus primos (los libros en papel), también habla, pero no lo hace de manera muda ¡lo hace a toda voz!
Los sordos podrán escuchar los libros. El libro electrónico no sólo es una biblioteca enorme, también es el "viejo" digital que cuenta historias. ¡Qué maravilla!
Claro que, como todo en la vida, este invento del hombre tiene inconvenientes.
¿La voz que se escucha es la voz de un robot sin sentimiento? ¿Cuando debe emocionarse, el aparato da las inflexiones de voz necesarias? ¿De qué manera da cuenta de los horrores de los campos de concentración? ¿Cómo lee los pasillos oscuros que recorre Pedro Páramo? ¿Cómo vuela sobre los cielos de Alicia en el País de las Maravillas?
El mundo corre el riesgo de convertirse en un escucha. Tal vez mucha gente decida simplemente oír las historias, cancelando así su capacidad lectora.
La noticia mala es que estos aparatos no están a la venta en México. Quien puede conseguirlos debe, necesariamente, hablar inglés.
La noticia buena es que, por fortuna, aún tenemos los libros de papel. Si queremos leer podemos hacerlo con los mismos vientos de todos los siglos; si preferimos oír podemos pedirle a un afecto humano que nos lea la historia. Podemos recostarnos sobre las piernas de nuestro afecto y mientras oímos la historia y cerramos los ojos podemos sentir el calor de sus piernas y la caricia de su mano sobre nuestro cabello. ¡Esta es la noticia buena!
Hoy, el libro electrónico ya es una realidad. Es como una pequeña libreta que permitirá "bajar" miles de libros. Un lector podrá elegir un libro y "bajarlo" en cosa de segundos. ¡Toda una biblioteca al alcance de la mano de manera inmediata! ¡Qué maravilla!
Hoy, el libro electrónico, igual que sus primos (los libros en papel), también habla, pero no lo hace de manera muda ¡lo hace a toda voz!
Los sordos podrán escuchar los libros. El libro electrónico no sólo es una biblioteca enorme, también es el "viejo" digital que cuenta historias. ¡Qué maravilla!
Claro que, como todo en la vida, este invento del hombre tiene inconvenientes.
¿La voz que se escucha es la voz de un robot sin sentimiento? ¿Cuando debe emocionarse, el aparato da las inflexiones de voz necesarias? ¿De qué manera da cuenta de los horrores de los campos de concentración? ¿Cómo lee los pasillos oscuros que recorre Pedro Páramo? ¿Cómo vuela sobre los cielos de Alicia en el País de las Maravillas?
El mundo corre el riesgo de convertirse en un escucha. Tal vez mucha gente decida simplemente oír las historias, cancelando así su capacidad lectora.
La noticia mala es que estos aparatos no están a la venta en México. Quien puede conseguirlos debe, necesariamente, hablar inglés.
La noticia buena es que, por fortuna, aún tenemos los libros de papel. Si queremos leer podemos hacerlo con los mismos vientos de todos los siglos; si preferimos oír podemos pedirle a un afecto humano que nos lea la historia. Podemos recostarnos sobre las piernas de nuestro afecto y mientras oímos la historia y cerramos los ojos podemos sentir el calor de sus piernas y la caricia de su mano sobre nuestro cabello. ¡Esta es la noticia buena!
lunes, 9 de febrero de 2009
Ameneyro en el restaurante Matisse, de Comitán
El grupo Ameneyro estará en Comitán el próximo catorce de febrero.
Es un grupo de gran calidad musical. Por lo tanto, es una oportunidad magnífica para pasarla bien con la pareja, en un lugar excelente.
Para que mis lectores tengan una idea más aproximada del grupo, copio a continuación un texto que aparece en su página oficial: www.ameneyro.com:
Ameneyro es un grupo de renovación musical en el sureste mexicano.
Su modo de hacer música es como si se tratase de una gran banda sonora para todo lo que les rodea en la vida.
Sin verse sometidos a una estética predeterminada, se empeñan en encontrar nuevas perspectivas de la música en México. Sus influencias van desde música mexicana, latina, popular, clásica, hasta el jazz, género del que extraen sus más activos creadores.
Con su 3a. produccion "Doncella" (Dada Records/2008), la crítica especializada del jazz nacional los ha denominado un grupo de vanguardia del jazz en México por la identidad de su música.
A la vuelta de la esquina
Hay días en que todo está sobre la palma de la mano. Días en que basta salir a la calle para toparse con el sol enchamarrado.
Tal vez siempre es así, tal vez la mirada es la que está más alerta.
Cuando esto sucede, los días pierden su rostro plano. Es como si la vida, de pronto, se trepara sobre cada esquina, sobre cada poste. Como si la vida fuera un pan, la silla del café, las palomas que cagan las fachadas de los templos, el paraguas que se abre como un sol negro.
Los días en que todo es obvio hasta el aroma de cada uno de los aromas es como una línea visible. Podemos ver el camino que deja la menta o la hierbabuena en los viveros de por el rumbo de Yalchivol. Podemos oler el moho que cubre las paredes de las casas de por el rumbo de La Castalia.
En estos días aparece la convicción de que cada barrio de Comitán tiene su propio olor. El centro huele a atole de granillo o jocoatol; el barrio de San Sebastián huele al cuero con que trabajan los talabarteros; y La Pila huele a incienso y a lamento.
Hay días en que todo está a la vuelta de la esquina. Tu sonrisa y tu recuerdo no son más que un hilo de agua que se enreda en el cabello del viento.
domingo, 8 de febrero de 2009
La mirada de mi abuelo
Ángel Molinari llegó niño de Italia. Tal vez nunca sabré cuál fue la motivación del bisabuelo. ¿Por qué un día -o una tarde, nunca lo sabré- él subió a un barco llevando consigo al pequeño Ángel?
¿Por qué Chiapas fue el destino? Tal vez ni ellos mismos supieron por qué.
Mi abuelo dejó su infancia italiana y trepó en árboles plantados en Chiapa de Corzo y luego se tapó con una cobija de niebla en calles de San Cristóbal. En este pueblo maravilloso nació mi papá.
Las muchachas italianas desaparecieron de la vista de don Ángel y en su lugar aparecieron las muchachas bullangueras de estas tierras benditas de Dios.
Pero la mirada siempre acude puntual a los cielos de la infancia. ¿Soñaba el abuelo con el sol del Mediterráneo, de vez en vez? ¿Su mirada se llenaba de ese mar que tuvo que cruzar durante saber cuántos días o meses?
¿A qué jugaba ese niño en Italia? ¿Qué juegos "tuvo" que jugar dos meses después? ¿A qué jugamos sus descendientes? ¿Jugamos el eterno juego de sentir que algo de aquella tierra está embarrada en nuestro rostro y en nuestro espíritu?
¿La mirada también es parte de lo que los hombres heredamos?
Ya he contado que Florencia fue el sueño de muchos años. Un buen día París ocultó las calles de esa bendita ciudad italiana. Nunca supe qué paso. Florencia era en mí como decir Comitán y sin embargo un día canceló su cielo. Hoy procuro convertir a Comitán en mi Florencia. Después de todo el niño Ángel bebió más cielos de pozol que cielos de sambuca.
sábado, 7 de febrero de 2009
Los cielos profanos
NOTA: LA IMAGEN ES DEL "CIELO" QUE CUBRE LA ESCALERA PRINCIPAL DEL PALACIO MUNICIPAL DE PUEBLA.
Los hombres construyen cielos. A veces cincelan su mirada, sus manos, y ponen manos a la obra. Construyen cielos más próximos.
Me fascina la forma en que los hombres construyen cielos. En los bazares improvisan tiendas con cielos de plástico rojo o verde o azul. Bastan cuatro soportes para levantar un cielo. A veces bastan tres puntos de apoyo. Nunca he visto un cielo que se apoye en sólo dos puntos de apoyo, imposible pensar en uno solo. ¿El verdadero cielo, en cuántos puntos se apoya? El verdadero no se apoya en nada. Por esto, cuando era niño intentaba armar un cielo más cercano sin necesidad de pilotes. Me bastaba imaginar que el cielo verdadero era un inmensa sábana y que yo podía jalarla hasta casi tocarla.
Los hombres construyen cielos. A veces son simples plásticos, a veces son cielos de cemento. En ocasiones construyen cielos por donde la luz se cuela. Me gustan los cielos donde la luz juega a enredarse entre cristales de colores.
viernes, 6 de febrero de 2009
Alas y Raíces
"Abre los ojos", me decía mi mamá, cada vez que, yo niño, tropezaba. Desde entonces tuve cuidado en tener los ojos bien abiertos.
Un día del dos mil y feria supe que Valeria Valencia (Directora en ese momento de la sección de Cultura del periódico "El Heraldo de Chiapas")renunciaba a su encargo para dedicarse de tiempo completo al cuidado de su hija recién nacida. Valeria, igual que medio mundo, tenía necesidad del trabajo, pero privilegió la atención para su pequeña. Un poco como decir: "Esta edad ya no volverá nunca" o como decir: "Este es el instante Divino en que sembraré alas sobre el alma de mi hijita". Así que, en acto valeroso o de intrépida inconsciencia, ¡renunció y se dedicó al cuidado de su hijita!
Hace dos o tres días supe que Valeria fue nombrada la encargada de "Alas y Raíces", una oficina de Coneculta-Chiapas.
Yo, que me acostumbré a tener los ojos bien abiertos, vi cuando Valeria cerró los suyos. ¿A quién se le ocurre semejante absurdo?, dijo alguien cuando se enteró que Valeria había renunciado. ¿En qué momento ella cerró los ojos y decidió caminar así?
Hoy sé (y también Valeria lo sabe) que es posible caminar con los ojos cerrados. A este acto no se le llama arrojo, es, simplemente, un acto de confianza infinita en la infinita certeza Divina. ¡Claro, basta apersogarse de la mano de Dios para confiar en el siguiente paso a cada paso!
Valeria siempre estuvo segura de que, en ese instante, lo importante era sembrar alas en su hijita. Hoy, Dios le brinda la oportunidad de injertar alas en otros árboles.
Un abrazo desde acá a mi niña de todas las alas y todos los cielos.
jueves, 5 de febrero de 2009
Para completar un árbol genealógico
miércoles, 4 de febrero de 2009
Inside
NOTA: LA FOTO NO TIENE NADA QUE VER CON EL TEMA, PERO FUE UNA IMAGEN QUE TOMÉ AYER MARTES ESPECIALMENTE PARA COMPARTIRLA CON USTEDES. SUPLICO QUE VEAN CON DETENIMIENTO UNA FORMA CIRCULAR QUE APARECE EN LA CIMA DE LA SEGUNDA MONTAÑA.
No anduve por casa. Anduve por otros cielos y otros suelos. Ya con calma les platicaré por donde anduve.
Ahora que volví hallé un mensaje de Inside(en la ventanita amarilla de este patio). Amenaza ser un lector crítico. No puedo menos que dar gracias a Dios y comprobar una vez más que los lectores de este cuaderno son personas inteligentes. Lo menos que un escritor puede esperar es que sus lectores sean críticos.
La intención de "airear" los trapitos que antes era costumbre lavar en casa, es precisamente la de convocar un diálogo que provoque.
Soy un apasionado de los pensadores, de los hombres que expresan su opinión de manera libre.
Este cuaderno es una ventana. El lector que se acerca tiene una mirada especial y agradezco cuando alguien hace pública, también, su mirada. En ese instante este cuaderno logra su objetivo.
Una máquina Xerox imprime mil veces la misma imagen (lo único que puede variar es la tonalidad cuando el toner comienza a agotarse). Cada imagen que pinto es diferente, si se parece una con otra o tiene similitud con otras imágenes de otros es porque el hombre no hace más que pintar una sola imagen infinita. No tenemos más mundo que éste y no somos más hombres que estos. En cada mancha hay algo de otra imagen y en cada imagen hay algo de la gran mancha eterna. Me presumo artista porque un día una niña de siete u ocho años, no más, vio una de mis cajitas y "obligó" a su papá a comprársela. El papá le explicó que mejor le compraba otra cosa (supongo que quería comprarle algo más barato), le dijo que esa caja no tenía más que un elefante sobre la tapa. La niña sonrió y dijo algo como: "Eso es una maravilla, ¿no?".
Sí, Inside, me presumo artista porque esa vez, con la bendición de Dios, logré esa maravilla. Pensé entonces que sólo un niño; es decir, un artista, es capaz de colocar un elefante en un espacio tan breve. Pero, en fin, esto es lo que yo pienso. Y acá, de veras, de veras, no importa tanto lo que pienso. Lo que vale es lo que piensa el lector. Este cuaderno vive cuando alguien, como vos, entra y lee.
Un abrazo.
(De veras, hay algo en la foto, sobre la cima del segundo volcán. ¿Tienen una lupa? ¿Alguien sabe si algún instituto científico o astronómico construye algo ahí, algo como una inmensa parabólica? Si dentro de diez días no consigo información al respecto enviaré la foto al tal Maussan y comenzaré a confirmar que no estamos solos en el universo).
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