viernes, 14 de agosto de 2015

DESFILE DE FERIA




En los desfiles de feria caben todos los excesos. Ahí se concentra la vida, y la vida es la suma de mil manifestaciones. Las personas se reúnen para ver el paso del desfile. Los espectadores aplauden, rechiflan, critican, alaban, sancionan y, algunos, avientan globos llenos de agua. En el paso del desfile está la vida y en las vallas humanas ¡también!
Esta fotografía da cuenta de un desfile. Acá se ve un carro alegórico. ¡Ah, qué bonita palabra la palabra alegoría! El diccionario dice que es la representación artística de un hecho simbólico. ¡Sí, toda manifestación humana es simbólica!
El día de esta fotografía, muchos carros alegóricos se presentaron. Unos eran carros especiales para la Reina y para las princesas. Otros eran carros de a dos por el peso, con globos y tiras de papel crepé. La gente arremolinada miraba con sano morbo, con entusiasmo, con alegría.
Este carro, ¿qué representa? Es un grupo de muchachas y muchachos que llevan letreros, de color rosa. Acá se alcanzan a ver algunos letreros con estas palabras: “Familia”, “Inclusión”, “Gracias” y “Esperanza”. La muchacha bonita que lleva el letrero de “Familia”, la muchacha del pantalón con respiradero en el muslo, ríe, ríe como si con su gesto aceptara el mensaje de inclusión que su compañera porta. Este carro fue un carro propositivo, alegórico al ciento por ciento. ¿Qué simbolizaba? ¿Qué simboliza el color rosa? Rosy me dijo, esa mañana del desfile, que un listón de color rosa es el símbolo de la lucha contra el cáncer de mama. ¡Ya entiendo!, pensé.
Claro, por eso, Xavier está sobre la tarima del camión (Xavier es quien está con la gorra rosa y con la cámara en mano).
Para quienes no saben quién es Xavier les diré que él, en compañía de Lourdes, su esposa, crearon e impulsaron el boletín “Imaginarte”, un boletín que es parte fundamental de la historia de Comitán; pero, además, Xavier es un impulsor incansable de acciones sociales. Mucho de ese entusiasmo por la vida debe haber sido contagiado por su papá, don Héctor. Yo recuerdo que don Héctor, cuando los amigos adolescentes teníamos un equipo de béisbol, llegó una tarde al campo de entrenamiento, sacó unas hojas y nos enseñó cómo llevar un score profesional. Las hojas tenían un formato para anotar las jugadas de cada entrada. ¡Ah, qué prodigio! Esa tarde, un poco húmeda, entendimos por qué el beis era un deporte más inteligente que el fútbol soccer. El soccer no necesitaba de esas hojas. Don Héctor llegó y, de manera generosa, como si abriera una manopla de beis, nos regaló el conocimiento estadístico aplicado al deporte.
Así, de igual manera, esa mañana de desfile, Xavier (trepado en el camión) abrió las manoplas y regó pétalos, pétalos de color rosa, del mejor color para la prevención.
Xavier es un convencido de la prevención y de la detección a tiempo. Él insiste que todas las mujeres deben tener suficiente información acerca de ese problema. Si el cáncer de mama se detecta a tiempo es curable. Por ello, entonces, esa mañana había que aprovechar, enviar el mensaje a los cientos y cientos de personas que acudieron a ver el desfile. El mensaje era: que todas las mujeres que ahí estaban presentes siempre se hagan presentes.
Ah, qué sabrosa la feria, qué sabrosa la vida. En las ferias caben todos los excesos. Lo digo porque, dos o tres o cuatro o cinco camiones atrás, otro alegórico llamaba la atención: el carro de la cerveza Sol, con chicas en short y sostenes oscuros y cintas plateadas. Ah, qué desborde de piel. Los shorts (su nombre lo indica) se quedan cortos ante la generosidad de las nalgas; y los sostenes, ¡ni se diga!, todos son rebasados por pechos espléndidos y magnánimos. “Ah, qué ganas de ser niño”, comentó un señor que estaba a mi lado y que, con la baba a punto de yoyo, miraba esos prodigios de la naturaleza.
Y pensé que la acción de Xavier era igual de generosa. Que las mujeres, todas, estén orgullosas de sus pechos; que las mamás amamanten a sus críos en el abrazo más desprendido; y que las amantes dejen que sus amados jueguen con ellas el juego más espléndido. Que las mujeres, todas, vivan plenas. Y para que esto suceda, las mujeres deben reflexionar en los conceptos que los muchachos, de color rosa, enarbolaban: “Familia”, “Inclusión”, “Gracias” y “Esperanza”.
En los desfiles caben todos los excesos, caben todas las posibilidades. En el desfile de feria de este año, un carro alegórico hizo la diferencia: el carro de la Esperanza y de la Inclusión. Gracias Xavier, Gracias a esa Familia y a todas y todos los que alimentan esta lucha en contra del cáncer de mama.