viernes, 6 de mayo de 2016

EL TATUAJE




Imaginá que te llamás tattoo, que sos como una semilla sembrada en la piel. Imaginá que sos un tattoo. Cada persona que te vea mirará tu imagen, por esto, al imaginar que sos un tatuaje tenés que saber que serás un árbol generador de imágenes.
Podrás elegir la parte del cuerpo donde querés tener tu nido. Podrás ser como una ventana a la vista de todos; pero, asimismo, podrás elegir el espacio más íntimo para jugar a las escondidas. Si elegís un lugar público, como cualquier esquina de pueblo, todo mundo te verá; si elegís un lugar misterioso sólo podrás ser visto por algunos elegidos.
Si elegís ser tattoo en una mano, por ejemplo, todo mundo te verá, algunos anhelarán tocarte, acariciarte; se acercarán y, con un dedo, seguirán tus líneas. Otros, sobre todo si son jefes de personal, te verán con recelo, dirán que sos un mal ejemplo para los demás y, lo más seguro, es que la propietaria de tu flor no sea elegida para el puesto, porque, cómo esa compañía tan prestigiosa, puede tener entre sus integrantes a una mujer con manchas permanentes en el cuerpo.
Porque algunos te considerarán una mancha, como si fueras una hurraca en medio de un cielo impoluto; algunos te verán como una señal diabólica; otros creerán que sos un mensaje divino; y algunos más te apreciarán como un fragmento de un mural artístico, como una parte de ese mural que está repartido en millones de pieles, de cuerpos, de seres humanos. Porque, eso sí, debés saberlo, sólo los humanos llevan tatuados las pieles. No existe un animal que lleve uno de ellos en su piel peluda. ¿Has visto cómo los que eligen tatuajes, a veces, se tatúan animales? En los brazos y en los pechos aparecen palomas, tigres, pumas, coyotes, gallos, pájaros con las alas extendidas o con las alas apachurradas. Hay cientos, miles de diseños, sólo para que vos elijás qué querés ser.
¿Qué lugar de la piel elegirás? ¿Querés ser tattoo en el cuello, para que te vean sólo cuando la chica de tu elección se acomode el cabello y el amante la bese y le lama esa parte exclusiva? ¿En el brazo? Si caminás por el brazo te admirarán cuando la chica se desnude y se ponga el traje de baño y con ese bikini color rojo camine sobre la arena de la playa. Todos volverán la mirada y admirarán, aparte del movimiento sensual de la chica, el tattoo que lleva en el brazo derecho y que es la imagen de un león que duerme en la sabana.
Pero, casi estoy seguro, elegirás un lugar más íntimo. Porque sé que vos sos una persona intimista, alguien que no le gusta, como gallina, andar cacaraqueando cada vez que pone un huevo. Elegirás, casi estoy seguro, un lugar que se esconde tras una bambalina de seda. Elegirás un pecho o la entrepierna, porque sabés que la chica se rasura el pubis y lo tiene lisito como si fuese un bebé. Ahí, encima de la puerta húmeda, vos, como araña posmoderna, te posarás para siempre, sólo para que cuando el amante de la chica, a la hora que meta la mano y le quite el calzón rojo del bikini rojo, ella cierre los ojos para que vos abrás los tuyos. Porque vos sos quien recibe las caricias y los besos de él, cuando, como pájaro, se posa sobre tus ramas. Toda la demás tela de la piel de la chica le pertenece a ella, pero el espacio donde está tu hogar es sólo tuyo y vos recibís la bendición del sol cuando éste calienta tu árbol.
Sí, sé que elegirás un lugar íntimo, un lugar donde los amados se alumbren con tus sombras. Porque serás como una lámpara oscura llena de luz.
Ya sé qué lugar elegirás. ¿Qué figura preferirás?
Imaginá que sos un tatuaje. Imaginá que te llamás tatuaje.