lunes, 9 de octubre de 2017

CARTA A MARIANA, DONDE SE HABLA DE LA PROPUESTA HILDA




Querida Mariana: Si alguien hiciera una encuesta en Comitán, un alto porcentaje de ciudadanos diría que las banquetas con laja son un peligro. Muchas personas se quejan. Las entradas a las cocheras son toboganes peligrosísimos que provocan caídas con los consecuentes daños físicos.
Pronto comenzarán a salir (como tzitzim en temporada de lluvia) los candidatos a la presidencia municipal y harán mil ofrecimientos a fin de ganar el voto.
¿Y qué tal si los candidatos, todos, firman una carta compromiso para ejecutar la Propuesta Hilda? ¿Qué tal que se comprometen para que, en caso de obtener el ansiado puesto, estén del lado de lo que la ciudadanía solicita? ¿En qué consiste tal propuesta?
Te cuento: Hace años, la señora Hilda me llamó por teléfono a la casa. Recuerdo su nombre porque es tocaya de mi mamá. Me apena no recordar su apellido. Ella pidió verme. ¿Era posible que llegara a su casa? Dije que sí sin saber lo que deseaba. Fui a su casa (no si aún vive ahí, dos o tres casas más allá de donde está la Pizzería Sanse).
Su solicitud era muy sencilla, pero complicada. Me pidió que redactara un texto que entregaría al presidente municipal, a manera de petición que haría en nombre del pueblo de Comitán. Su exigencia era muy atenta. Vi en su rostro, que se contraía cada vez que desamarraba sus palabras, un rasgo de preocupación. Le alarmaba el peligro de las banquetas, me contó que dos de sus amigas habían resbalado y se habían fracturado, una la pierna y otra un brazo. Decía, con justa razón y con lógica apabullante, que la conformación topográfica de este pueblo no era para que las banquetas tuvieran lajas tan resbalosas. El sentido común dice lo contrario, comentó doña Hilda, la razón dicta que las banquetas tengan materiales antiderrapantes por la dificultad natural de sus subidas y bajadas. ¿A quién se le ocurrió colocar lajas resbalosas a las banquetas de Comitán?
Escribí lo que solicitó y ella solicitó a la autoridad, de manera atenta y respetuosa, que se atendiera su petición y que consistía en lo siguiente: Que cada mes se cambiara las lajas de la banqueta de una calle a fin de hacer más seguras los espacios por donde caminan los comitecos. La autoridad, de manera atenta y respetuosa, hizo caso omiso de la petición. Jamás respondió el oficio, como tenía la obligación de hacerlo, porque es garantía constitucional, de acuerdo con el artículo octavo, que a la letra dice: “Artículo 8. Los funcionarios y empleados públicos respetarán el ejercicio del derecho de petición, siempre que ésta se formule por escrito, de manera pacífica y respetuosa; pero en materia política sólo podrán hacer uso de ese derecho los ciudadanos de la República. A toda petición deberá recaer un acuerdo escrito de la autoridad a quien se haya dirigido, la cual tiene obligación de hacerlo conocer en breve término al peticionario”; es decir, la autoridad debe responder por escrito, de manera positiva o negativa, pero debe responder. Bueno, pues ni eso. Se sabe, en cuanto la autoridad ostenta el poder olvida las promesas de campaña.
Ahora que los aspirantes comienzan a alborotarse sería bueno que la sociedad les solicite firmar la Propuesta Hilda, y que con su rúbrica establezcan el compromiso de arreglar una banqueta por mes. Nuestra ciudad es una ciudad que vivirá por siglos. No es posible que durante los años por venir la gente de edad tenga que caminar por esas banquetas resbalosísimas.
Colocar lajas en las banquetas fue un gran error. Ya no importa saber quiénes fueron los responsables de tal insensibilidad. Ahora hay que ver hacia adelante. Que, poco a poco, se corrija tal tontería.
¿Estarán dispuestos los aspirantes a establecer tal compromiso? ¿Piensa la sociedad comiteca que la Propuesta Hilda es de beneficio para la colectividad?
Una banqueta al mes significa la dignificación de treinta y seis banquetas en el trienio. Es un porcentaje mínimo, pero puede ser un avance para que cada gobierno realice tal acción. A la vuelta de pocos años Comitán podrá ser una ciudad más segura para los visitantes, pero, sobre todo, para los que acá residen.
Quienes “enlajaron” las banquetas no radican acá, por eso andan campantes en otras calles de Dios.

Posdata: Se trata de hacer una ciudad más habitable, más humana. En cuanto se oficialicen las candidaturas se presentará la Propuesta Hilda a cada aspirante. ¿Qué pasará?