viernes, 13 de octubre de 2017

DEL PAN QUE NO ES PARTIDO POLÍTICO




En Comitán, como en muchos pueblos del mundo, hay una preferencia por el pan. El arquitecto Trujillo me confesó un día que no puede dejar el pan; es decir, tiene recomendación médica de dejarlo, pero él cede a la tentación. ¡Ah, qué rico el pan de Las Torres! ¡Ah, qué sabroso el pan de por Microondas! ¡Ah, el pan de doña Lupita!
Así como a la hora del amigo los comitecos ofrecen una cerveza bien fría, pero acompañada con unas costillitas adobadas, chile al pastor y tostadas de manteca; de igual manera, en la tarde ofrecen un cafecito. “Pero, con pan”, dice de inmediato el invitado. Café, ¡pero con pan! En realidad: ¡pan!, aunque no haya café ni leche ni chocolate. ¡Ah!, tan sabrosas las semitas, las rosquillas chujas y las costras. Comitán es tan aficionado al pan que uno de sus principales antojitos es el ¡pan compuesto!, como si alguien dijera que el pan simple ¡está descompuesto! Decenas y decenas de años consumiendo el pan comiteco ha provocado que las personas difícilmente acepten nuevas propuestas. Se sabe que la fuerza de la costumbre es columna vertebral del comportamiento. Cuando llegó “La flor de México” que se especializa en pan de la Ciudad de México, sólo las personas que estaban acostumbradas a comer las conchas y los bolillos se acercaron. Hoy los paradigmas han cambiado. Mucha gente aceptó la variedad. Hay gustos para pan comiteco y gustos para pan de la Ciudad de México y para pan de La Trinitaria y para pan de San Cristóbal de Las Casas. En fin, pan para gustos diversos. No hay necesidad de aferrarse a una sola variedad.
En materia política ha sido lo contrario. El PAN casi no tiene fuerza en Comitán. Acá la tradición política siguió la inercia que avasalló a la república que, como dijo Vargas Llosa, se acostumbró a la “dictadura perfecta” del PRI. Por un instante Comitán se volvió Verde, pero, como sucedió a nivel nacional, Comitán regresó como oveja al redil tricolor. En la actualidad la autoridad comiteca es del Partido Revolucionario Institucional. A nivel nacional vemos que el desencanto ha vuelto a florecer, millones de mexicanos se arrepienten de haberle dado otra oportunidad al PRI. ¿Qué sucede en Comitán? ¿Cómo nos fue con el regreso? A nivel nacional millones de electores están viendo hacia otro lado ¿Es opción el PAN a nivel nacional? En una ocasión lo fue y el inepto de Vicente Fox logró ser elegido presidente de la república. ¿Es opción el PAN en Comitán? Parece que no, porque no realiza propuestas inteligentes. Es una pena, porque bien podría integrarse al abanico de aspirantes y ¡en una de esas! Parece que el único pan en Comitán es el pan de todos los días, el que preparan en los hornos comitecos.
Con la misma lógica de la fuerza de la costumbre, el pan integral no ha sido una opción real en Comitán. Es casi difícil de creer que en una ciudad de más de cien mil habitantes no existe la opción de un pan más sano, un pan que, probablemente, le hiciera menos daño al cuerpo del arquitecto Trujillo.
El otro día caminaba por la calle donde está la oficina del Registro Civil y me topé con la Panadería “Corazón de trigo”. Llamó mi atención el dibujo del corazón, un corazón (si se me permite el término: integral, holístico). Entré y hallé que hay panes con ajo (ricos) y panes con cardamomo (riquísimos) y pensé que esta opción es muy válida y necesaria.
¿Por qué los anteriores intentos de panaderías integrales no han prosperado? Porque a los comitecos (como a cualquier sociedad) les cuesta cambiar sus hábitos alimenticios. Pero, cuando una opción puede ser una buena elección habría que modificar paradigmas.
La sociedad mexicana está acostumbrada a tomar Coca Cola y, a pesar que sabe que le hace daño, le cuesta trabajo cambiar paradigmas. La sociedad mexicana está acostumbrada a tener gobernantes ineptos y corruptos y, a pesar que sabe que le hace daño, le cuesta trabajo cambiar paradigmas. A los comitecos les cuesta trabajo cambiar su pan comiteco. Ahora sí que, como dijera Polo Borrás, ¡que con su pan se lo coman!