miércoles, 20 de noviembre de 2019

CARTA A MARIANA, CON VARIOS FESTEJOS




Querida Mariana: Es 20 de noviembre. Sabés que en México se conmemora el Aniversario de la Revolución; se conmemora con un desfile que, quién sabe por qué razón, es un desfile deportivo, como si el movimiento armado hubiese sido un mero juego de tenis o de básquetbol. ¿Reflexionamos los mexicanos en las consecuencias de este movimiento social? No, dice la mayoría, es fiesta, Alejandro, es pachanga.
Por eso se impone que, en las celebraciones íntimas, cuando menos, haya cuetes y harto jolgorio. En Comitán, el equipo de ARENILLA-Revista celebra el cumpleaños de Cielo Janeth; y en San Cristóbal de Las Casas, en este 2019, habrá un festejo relevante: la inauguración de la biblioteca que, a partir de las dos de la tarde, más o menos, será conocida con el nombre de Óscar Palacios Vázquez. ¿Quién es Óscar Palacios? Bueno, por si no estás enterada es un destacado poeta, escritor, dramaturgo, y ex funcionario de la cultura oficial de Chiapas.
Sucede que el periodista Fredy López Arévalo construyó una residencia de artistas, en la comunidad San Juan Bautista, en San Cristóbal de Las Casas, y en un acto amistoso y de reconocimiento por la labor literaria que ha realizado el maestro Óscar decidió bautizar a la biblioteca de la residencia con el nombre de su amigo. Y éste es un acto de gran trascendencia en la vida cultural de Chiapas, por todo lo que representa, porque (seamos honestos) no todos los días se honra al libro y a los escritores. El Estado, por lo regular, realiza obras públicas que bautiza con nombres de políticos, así hallamos escuelas que se llaman Juan Sabines Gutiérrez o Juan Sabines Guerrero, que reconoce a dos ex gobernadores de Chiapas. La lógica dictaría que los espacios educativos llevaran nombres de educadores. Pero la lógica no es el pan sobre la mesa mexicana. Por esto, fanfarrias y cuetes, al acto donde Fredy inaugura una biblioteca en su espacio cultural y la nombra con el nombre de un destacado escritor de Chiapas. Ya dije que es un acto de amigo, pero también es un acto que reivindica la lógica del arte, como para decir (parafraseando a Shakespeare) que no todo está mal en Dinamarca.
Con este acto, Fredy reafirma su vocación de desfacedor de entuertos, porque, ¿cómo creés que bautizó a su espacio cultural?, lo nombró Yuria, ¿Yuria?, ¡sí! Palabra que Sabines (Jaime, ¡Jaime!) popularizó en un poemario y con la que bautizó al rancho que tuvo al lado de la carretera que va de Trinitaria a Los Lagos de Montebello, y que ahora es un mero referente literario e histórico; pero ahí está que viene Fredy y por sus “gustos” bautiza a la residencia de artistas con el nombre de Yuria, y con este enroque de nombres logra una trasmutación de espacios: el Yuria de Los Lagos de Montebello renace en el Yuria de San Juan Bautista. ¿Mirás, además, el simbolismo? El 20 de noviembre de 2019 bautizarán la biblioteca Óscar Palacios, en San Juan Bautista, y todo mundo sabe que San Juan (su nombre lo indica) fue el que bautizó a Jesús, y (es sana costumbre) en los bautizos chiapanecos se hace un gran festejo, para desear que a la criatura le vaya bien en la vida (como le ha ido a Óscar), por lo que, después del bautizo de la biblioteca, habrá marimba, birria y traguito (Fredy llenará la mesa con botellas de vino, de tequila, de mezcal y harta cerveza).
Chiapas celebra el cumpleaños de la muchacha bonita llamada Cielo (¿hay Día del Cielo? ¿Día de Las Nubes?), y celebra la inauguración de la Biblioteca Óscar Palacios Vázquez, y, por supuesto, conmemora un aniversario más de la Revolución Mexicana, la que hizo que a los gobernantes posrevolucionarios (como dirían los clásicos) les hiciera justicia la revolución y tuvieran escuelas púbicas con sus nombres.
La biblioteca de Yuria comienza con un acervo de 800 títulos. Muchos amigos de Óscar, de Fredy y de la cultura en general se acercaron para hacer donaciones (Fredy dice que queda en infinita espera de más donaciones). Qué bueno que, particulares, abran espacios culturales para que los niños y los jóvenes abreven de esa agua maravillosa; qué bueno que este 20, los artistas y amigos que se concentren en Yuria abreven del agua maravillosa que se llama tequila o mezcal. ¡Que Chiapas beba los cielos de Cielo y celebre con libros y marimba el eterno guateque de la vida!
Posdata: Por mi parte, querida mía, envío abrazos, uno al maestro Óscar y otro a Fredy. Cuetes para la iniciativa de Fredy, cuetes para la creación de Óscar; y, por supuesto, un abrazo a Cielo con mil nubes.