lunes, 5 de octubre de 2020

CARTA A MARIANA, CON DOS ACTOS CREATIVOS

Querida Mariana: Hoy te cuento de dos actos creativos. ¿Ya viste qué duendes tan bonitos? ¡Ah, son duendecitos que teje mi Paty! Yo le dije que son como duendecitos creativos, porque los duendes buenos ayudan a crear mundos fantásticos. El otro acto creativo del que te hablaré es de mi pequeña amiga Mariana Gómez Guillén. ¿Recordás a tu tocaya? Es una joven escritora que, además de poseer talento, lo está cultivando, lee y escribe. Ojalá que los duendecitos de la creación sigan abonando en su parcela. A mí me produce gusto cuando veo que la creación se manifiesta. Sí, me gusta que mi Paty teja y me gusta que Marianita escriba. Ellas hacen sus prodigios con alegría, con pasión. Eso es lo fundamental en el acto creativo. ¿Mi Paty recibirá una presea por sus creaciones? ¿Marianita será la gran escritora y recibirá el Premio Chiapas? Ah, ¡saber! Cuando Mariana me envió su primer texto tenía once años, no sé si ya cumplió doce, no lo sé, pero es muy joven. Sé que no todo mundo hace lo que mi Paty, sé que no todo mundo hace lo que hace Mariana. Digo que lo más importante del acto creativo es gozar el instante y compartir. Muchas personas se quedan sólo en el primer peldaño, gozan su creación y ponen punto final. Otras personas se animan a crear y luego a compartir. Vos y yo sabemos que cuando algo se comparte genera diversas reacciones, a algunas personas les gusta y a otras les disgusta. Los creadores gozan cuando ven una reacción positiva en los otros. El círculo se cierra. Pero, hablando en plata, tampoco esto es el objetivo de la creación. El objetivo último no se centra en la aceptación del otro, del espectador, ni en el reconocimiento de la crítica, ¡no! El fin central del acto creativo es el gozo individual, el instante en que el creador toca los territorios donde los duendecitos de la imaginación brincan la cuerda y saltan felices. Mariana me mandó un texto con un mensaje por WhatsApp. ¡Ah!, es mi privilegio recibir su saludo. Mariana tiene casi la misma edad de mi sobrina Pau, ambas son lindas y talentosas. Mariana me dijo que hacía tiempo no había escrito algo, pero fue a la casa de sus abuelos y ahí su abuelo le contó algo que fue el detonante para escribir el texto que escribió y que ahora, con permiso de ella, comparto con vos. Tal vez cuando mirés la foto de los duendecitos de mi Paty algo de tu espíritu sea tocado; tal vez cuando leás el texto de Mariana, de igual manera, sintás que tu espíritu se conmueve. Ella da un testimonio de estos tiempos y de siempre. Tiene once o doce años, no más. Su mirada es aguda y su alma es sensible. A ver qué te parecen ambos actos creativos. Te paso copia del texto de Mariana, ya vos dirás. “EL MUNDO NO PARARÁ DE GIRAR. Para don Paco Hoy, al verme entre la lluvia y la puerta de mi casa, me di cuenta que prefería estar en mi casa que bajo la lluvia, pero aun así no quería entrar. Cuando la cuarentena termine pasaré todo el tiempo afuera con mis amigos, bajo el cielo azul o incluso bajo la lluvia. Aunque me deprime la época que vivo, sé que saldremos adelante, aunque después de esto todo sea diferente. “Mi fe es algo que no he perdido, aunque a veces pienso que lo he perdido todo, me convenzo de que mi fe es lo único que necesito. La verdad es que el hombre es grande de alma y pequeño en sus acciones. Creo que las buenas acciones vienen del alma, las acciones que valen la pena vienen de ahí, ¡del alma!, y mi acción es seguir adelante con mi fe y alma, y cuando esto termine, mi experiencia estará conmigo el resto de mi vida. “Lo cierto es que el mundo no dejará de girar por mí, por eso yo tengo que ir a su paso, al igual que la mayoría de las personas. El día de hoy me di cuenta que hay personas que quieren quedarse atrás, ya no quieren continuar por diferentes razones, pero ¿por qué no continuar yendo al paso de la vida? Esto es porque estamos constantemente en una guerra con nosotros mismos, averiguando qué nos falta, qué es lo que queremos. Hay que aceptar que estamos en constante cambio, un cambio que nosotros no podemos detener. Los cambios pueden ser buenos o malos, pero aun así, ¡la vida sigue! No por un cambio tu vida debe detenerse, ni por un obstáculo debes quedarte atrás. A veces me figuro a la vida como una hoja de papel, me figuro a mí misma como una hoja de papel muy servible, muy utilizable, pero ¡muy frágil! Que una hoja se rompa no significa que ya no sea servible, que hay que desecharla. ¡Por favor, no deseches tu vida, no deseches tu trabajo! ¡Hay más por vivir, hay más por conocer, hay más que querer! Incluso yo, que soy una persona muy analítica, aunque también muy inquieta, me equivoco, caigo, pero siempre trato de ponerme de pie, porque no hay más qué hacer. Por eso, cuando estés triste, preocupado o enojado ¡sonríe! Llorar es demasiado fácil. O también, toma un descanso, es válido. “La vida no es simple, ni fácil, y aunque algún día se acabe, el punto es luchar hasta el final, porque luchar es lo que te pide la vida, ¡luchar por todo!, ¡luchar por lo que crees!, ¡luchar hasta que no haya más qué hacer! ¡Hasta tu última gota de sudor, hasta tus últimos pasos, hasta tu último aliento! Mariana Gómez Guillén.” Posdata: Si veo los duendecitos que crea mi Paty, mi espíritu es tocado. Si leo el texto de Mariana, de igual manera, mi espíritu es tocado. El fin último de la creación es tocar, conmover, iluminar, abrir hendijas en los muros, hacer volar las hojas secas, inspirar. No sé vos, pero yo agradezco que mi Paty comparta sus obras creativas, y agradezco a Mariana que comparta su creación. ¡Que los duendecitos de la creación sigan tocándolas! ¡Que Mariana siga preparándose, que siga gozando del maravilloso acto de creación literaria!