miércoles, 7 de octubre de 2020

CARTA A MARIANA, CON UN LIBRO

Querida Mariana: el 7 de octubre se conmemora el sacrificio del máximo héroe civil de México: Belisario Domínguez. Para honrar su memoria, el Senado de la República entrega cada año la medalla con su nombre. En ocasiones, la entrega ha respondido a intereses extraños y los nombres de los recipiendarios no han correspondido a la grandeza de la presea. Pero, en las demás ocasiones, quienes han recibido la medalla han sido personas que, con su vida, han hecho más digna a la patria. La fotografía que te anexo es de la portada de un libro que fue publicado por el Senado de La República y el gobierno del estado de Chiapas, el Gobernador era Manuel Velasco y el comiteco Mario Uvence era el Presidente del Comité Conmemorativo Estatal de “2013, Año del Doctor Belisario Domínguez”. El título del libro sintetiza el contenido: “La medalla Belisario Domínguez y la cultura en México”, contiene semblanzas de cinco intelectuales y artistas mexicanos que recibieron la medalla. El libro es muy bello. Vos sabés que, a pesar de ser un amante de los libros, no soy muy aferrado a ellos. He perdido tantos en tantos cambios de casa que no soy obsesivo. Los libros que he extraviado han vuelto como aves migrantes. Pero, también, debo confesar que hay libros a los que tengo especial cariño, bien por la forma en que llegaron a mí o por la belleza de su contenido. Este libro lo estimo porque contiene ambas sustancias, es generoso obsequio de un amigo y, como ya lo dije, es un libro muy bello. Su tiraje es de dos mil ejemplares. Pienso entonces que, gracias a la generosidad de mi amigo, soy uno de los dos mil afortunados. En un estado donde vivimos más de cinco millones de personas es un privilegio ser uno de los dos mil lectores que poseen esta maravilla. Sé que ya reconociste la pintura de la portada. ¡Sí! Es una pintura del Dr. Atl (Gerardo Murillo). Bueno, el Dr. Atl es uno de los personajes reconocidos en este libro. ¿Quiénes son los otros cuatro representantes de la cultura mexicana? Jaime Torres Bodet, Ernesto de La Peña, Miguel León Portilla y Rufino Tamayo. ¡Ah!, es un exquisito muestrario de la grandeza de estos hombres grandes. Cinco inteligencias sublimes. Los cinco nombres portan con orgullo y dignidad la medalla que lleva el nombre de nuestro paisano. El libro, por supuesto, da elementos para corroborar lo dicho: la medalla Belisario Domínguez colgó de manera digna en los pechos de los nombrados. En este libro aparece el sueño del Dr. Atl de crear “una urbe aristocrática del espíritu”, una ciudad donde se reunieran “las mentes más preclaras del humanismo, la ciencia y la tecnología”. ¿Mirás? Uf, era una maravillosa utopía, y para realizar esta ciudad de la cultura, el Dr. Atl, entre otros lugares, pensó en construirla en la región de los Lagos de Montebello. El Dr. Atl (cuentan personas mayores) visitó Comitán. Doña Carmelita Ortiz, esposa del maestro Javier Mandujano Solórzano, me contó que el Dr. Atl estuvo en su casa, dos o tres veces, ahí comió, ahí bebió una limonada que le ofrecieron. El Dr. Atl quería hacer una gran ciudad donde las artes fueran el pan de cada día. ¿imaginás por dónde iba su sueño? ¿Lo imaginás? Pucha, qué sueño tan grande. Nunca logró hacer realidad su deseo. Hubiese sido genial que ahora, en estos tiempos, pudiéramos ir a Los Lagos y hallar un gran conjunto de edificios donde el arte fuera el pan de todos los días, la creación sería el caldero que iluminaría al mundo. Artistas e intelectuales de otros países llegarían para convivir y compartir conocimientos con sus pares. Uf, genial. No me preguntés por qué el Dr. Atl, eligió a la zona de Los Lagos como uno de los posibles lugares para hacer realidad su sueño. Pienso que una posible respuesta cuelga de los árboles como tanate lleno de orquídeas, la zona es un remanso de paz, una burbuja donde la naturaleza es ala para el aire. Este librincillo es un gran libro. Demuestra cómo, en ocasiones, la Comisión del Senado de la República vuelve la mirada hacia lo más selecto de la cultura. Nadie puede negar los méritos y virtudes de los cinco personajes que acá aparecen. ¿Algo en contra de los cuadros de Tamayo? (Tal vez sólo Lucha Villa, quien le encargó un retrato para una portada de disco y al final Rufino hizo un prodigio que se aleja mucho de la fotografía de la artista). ¿Algo en contra de la siembra que realizaron grandes educadores como Jaime Torres Bodet o Miguel León Portilla o el gran lingüista Ernesto de la Peña? Nadie levanta la voz, lo único que se levanta es el orgullo por la obra de estos grandes mexicanos. Posdata: No sucede lo mismo, digo, con otros compas que han sido premiados. ¿Cómo premiar a Fidel Velázquez si él fue un charro sindicalista, un líder que no sirvió con lealtad a su gremio? Pero, bueno, ojalá que la persona premiada en el 2020 sea alguien que dignifique a la patria y honre la obra sublime de Belisario Domínguez.