viernes, 2 de octubre de 2020

CARTA A MARIANA, CON UN CAMBIO DE PERCEPCIÓN

Querida Mariana: a medida que pasa el tiempo cambia nuestra percepción del mundo. Cuando fui niño, el mes de octubre significaba la celebración del Descubrimiento de América. En ese tiempo no se hablaba de Encuentro de Dos Mundos. ¡No! Cristóbal Colón, nos decían los maestros, había descubierto América. En el patio de la escuela, los compañeros desfilaban con banderas de muchos países y así celebrábamos el Día de La Raza. En fin, era un tachilgüil de términos. Lo disfrutaba, porque una niña bonita que me gustaba siempre salía del poste donde estaba el tablero de básquetbol y daba vuelta al patio con su bandera de Guatemala. Era, como me había dicho un señor de Quetzaltenango, una patojita. Pero, al crecer, el mes de octubre también significó la conmemoración del sacrificio del comiteco Belisario Domínguez, máximo héroe civil de la patria. El director nos decía que debíamos llegar con camisa blanca y marchábamos hasta el panteón municipal, lugar donde está la tumba del héroe. Y luego, ya en preparatoria, el mes de octubre significó el recuerdo ingrato del 2 de octubre de 1968, día de la matanza de Tlatelolco. Ahora, ya viejo, el mes de octubre me interesa para conocer el nombre de la persona que recibirá la medalla Belisario Domínguez, que cada año entrega el Senado de La República. Ya vos y yo hemos comentado cómo esta presea también ha sido desvalorada en algunas ocasiones. Cuando hago el recuento de los nombres de las personas que la han recibido veo lo que todo mundo ve: hay nombres que honran la distinción y otros que le echan un poco de polvo. Por eso siempre estoy pendiente de la ceremonia y, sobre todo, del momento en que el Senado da a conocer el nombre de la persona que la recibirá. A los comitecos nos interesa que la persona elegida sea digna merecedora de la honra, porque eso honra al héroe y honra al pueblo que lo vio nacer: nuestro Comitán. El decreto de instauración de la Medalla Belisario Domínguez es muy preciso: “Se crea la Medalla de Honor Belisario Domínguez del Senado de la República, para premiar a los hombres y mujeres mexicanas que se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente, como servidores de nuestra Patria o de la humanidad.” Está muy claro. “Que se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente.” Claro, nada menos puede pedirse para alguien que recibirá la medalla de un hombre que fue un ilustre servidor de México. La vida de Belisario Domínguez (tío Belis, como muchos le dicen cariñosamente en nuestro pueblo) honra a nuestro pueblo. Los merecedores de la medalla deben honrarla. Cuando así sucede, honran también a Comitán. La mayoría, por fortuna, son personas que sí la han merecido, pero hay algún nombre que da ganas de borrarlo de la relación de recipiendarios. Pero la vida es como es. A veces, el interés personal se coloca por encima del interés colectivo, del interés de la patria. Y cuando digo lo que representa octubre para mí, encuentro un hilo que enhebra dos actos. En 1968, año de la Matanza de Tlatelolco, el Rector de la UNAM era Javier Barros Sierra, quien (en forma póstuma) fue merecedor de la Medalla Belisario Domínguez en 2010. A Barros Sierra le tocó encabezar marchas con alumnos universitarios en defensa de la Autonomía Universitaria. Recordá que hubo un momento en 1968 que soldados del ejército entraron a Ciudad Universitaria para detener a estudiantes e intelectuales involucrados en el Movimiento. Todavía en estos tiempos provoca tristeza y coraje ver las fotografías donde los soldados están al lado de Rectoría. Son imágenes con polvo en chile, porque el campus universitario es el espacio ideal para jóvenes estudiantes y no para militares. Barros Sierra fue un intelectual que honró a la UNAM, la máxima casa de estudios de México, y, por supuesto, su nombre honra la Medalla Belisario Domínguez. ¿Quién recibirá la medalla en este 2020? En 2018, el periodista Carlos Payán recibió la medalla; y en 2019 la recibió Rosario Ibarra de Piedra. En 2018, el Senado ponderó premiar a quien, así lo expresaron, es un defensor de la libertad de expresión; y en 2019, el Senado premió a doña Rosario, por, así lo dijeron, ser defensora de los Derechos Humanos. Posdata: ¿Quiénes son los chiapanecos honrados con la medalla? Puedo estar equivocado, pero encuentro sólo a cuatro paisanos: Salomón González Blanco, de Catazajá; Andrés Serra Rojas, de Pichucalco; y Laco Zepeda y Jaime Sabines, de Tuxtla Gutiérrez. ¿Algún día Comitán recibirá la gloria de tener entre sus hijos a una galardonada? Por ahí, tal vez, está creciendo la pichita que reciba esta gloria. ¡Que así sea! Ilustro esta cartita con una pintura de Tamayo. Sólo como pretexto para refrescar la mirada. Sí, Rufino Tamayo también recibió la medalla. Su nombre honra la lista, digo yo.