jueves, 28 de enero de 2021

CARTA A MARIANA, CON UN CARRITO

Querida Mariana: a mi Paty le encantan los Mini Cooper. Son como de llavero. En el pueblo hay paisanos que tienen esos autos, que son simpáticos, caros, ah, sí, son para personas de gusto exclusivo que pueden darse el lujo. Pau dice que son los Minions de los autos. Se me hace una comparación genial. En esta foto hay un auto simpático. ¿Ya lo viste? Está solito en esa banqueta. La fotografía la tomé del libro “El rincón más suave de mi patria”, de Armando Alfonzo Alfonzo. Un amigo de don Armando Alfonzo lo ha definido como “el comiteco que más amó a Comitán.” Pues cómo no. Mirá cómo definió al pueblo: “el rincón más suave de mi patria.” Es una definición genial, dictada, precisamente, por ese amor. México tiene miles de rincones prodigiosos, pero el más suave es ¡Comitán! El libro, como todos los libros que publicó don Armando, es de gran riqueza. Este libro contiene una serie de fotografías tomadas por don Hugo Alvarado Coello y por don Armando. Por desgracia no hay un registro de qué fotografía corresponde a qué autor, por lo que no se sabe quién tomó esta fotografía del auto simpático de ese tiempo. ¿En qué año fue tomada la foto? Tampoco podemos saberlo. Viendo los edificios de la Manzana de la Discordia vemos que aún no está el gran edificio de varios pisos que tuvo la Farmacia Regina, por lo que, tal vez, la fotografía fue tomada en los años sesenta. ¿Ya miraste qué pueblo tan plácido era Comitán en ese tiempo? Había autos, sí, pero la gente aún caminaba por la calle sin prisa (bueno, hay muchos paisanos que lo siguen haciendo, pero ahora corren el riesgo de ser atrapados por un potente 4x4). Mirá casi en la esquina, un par de compas platican quitados de la pena. ¡Qué bonito ese auto! No me vayás a hacer caso, pero casi puedo asegurar que ese carrito era de don Ramiro Ruiz Alfonzo, el propietario de la Proveedora Cultural. Cuando menos hay una señal que podría dar sustento a mi teoría: está estacionado justo frente a la entrada de la Proveedora Cultural, que fue un lugar mágico para quienes fuimos niños o jóvenes o adultos en los años sesenta, porque ahí vendían figuritas para completar los álbumes, ahí vendían cuadernos y lápices para llevar a la escuela y ahí (¡Dios bendiga la memoria de don Rami, por siempre, para siempre!) vendían libros y revistas. Ahí compré mis primeras novelas y libros de teatro y de cuentos y de mil temas más y las revistas de monitos de Tawa, de Kalimán, de Memín y las primeras Playboy. Cuando vi la fotografía llamó mi atención, aparte del carrito, el letrero que está en primer plano, colgado ahí en el barandal de la segunda planta de la Proveedora Cultural (no quisiera caer en el terreno de la ficción, pero casi puedo asegurar que el color era rojo. No el letrero, ¡no!, el letrero tiene el fondo blanco, ¡no!, digo que el color del auto de don Rami ¡era rojo!) El letrero con fondo blanco, en sus letras más grandes, dice: Medicina Interna. ¡Ya, claro! Ahí estaba la casa y el consultorio particular del doctor Rubén Ortiz Chavarría, egresado de la UNAM. Este prestigiado médico llegó a Comitán y acá se casó con doña Hortensia Aranda Besares. El doctor Chavarría nació en Copainalá y pequeño se trasladó a Tuxtla con su familia y luego fue a estudiar a la Ciudad de México y un día llegó a nuestro pueblo y acá se quedó a vivir, se casó con doña Hortensia Aranda Besares y formó una familia. El doctor ya falleció, en Comitán lo recordamos con afecto, todo mundo de acá lo conoció como doctor Chavarría, porque el apellido materno era menos común que el Ortiz. En Comitán, el doctor Ortiz fue el doctor Roberto Ortiz Solís, quien fue presidente del pueblo; el estadio donde juegan fútbol soccer lleva su nombre. Cuando en las redes sociales aparecen fotografías antiguas de esta calle, muchos comitecos recuerdan los negocios que hubo ahí: farmacia Regina; el Súper de doña Angelina; la venta de autos del señor Rodolfo Nápoles; por supuesto, la Proveedora Cultural; la tienda de las Ancheyta; la Joyería Escobar y, en la esquina frente al parque central, la Casa Yannini. Hay que consignar también, entonces, el consultorio particular del doctor Rubén Ortiz Chavarría, quien trabajó en dos instituciones públicas de salud: por las mañanas asistía al Centro de Salud y por las tardes en la Clínica del ISSSTE. Posdata: Los que saben dicen que los autos reflejan mucho de la personalidad de sus propietarios. Debe ser. Este auto precioso, simpático, genial, correspondía al carácter de ese comiteco impar: don Rami Ruiz Alfonzo. Espero no equivocarme y que, en efecto, este mini auto haya sido propiedad del dueño de la Proveedora Cultural. Perdón, mi niña, hablo de otros tiempos, tiempos que ya no fueron los tuyos, los tuyos son estos tiempos, pero, tal vez, compartir esta fotografía del libro de don Armando te sirva para conocer un poco más de tu pueblo, porque eso sí, Comitán es tu pueblo, el rincón más suave de la patria. A mí me encanta platicar con vos de personajes maravillosos de este pueblo: el doctor Chavarría, don Rami Ruiz, don Armando Alfonzo, don Hugo Alvarado, don Límbano Moreno, doña Angelina, doña Hortensia Aranda y muchos más.