martes, 5 de enero de 2021
CARTA A MARIANA, CON UN POCO DE MEZCLA
Querida Mariana: sin duda que has oído lo de “más mezcla, maistro (maestro)”, y también lo de “arquitecto de tu propio destino”. Son dos dichos que están relacionados con la construcción y, por supuesto, con la vida.
En el juego de la palabra y de la imaginación, de ARENILLA-Video: Imaginá que te llamás, tuvimos la participación de José Alberto Gómez Conde, arquitecto comiteco, de los buenos. Y con él jugamos con el concepto de mezcla.
Pero, vos sabés, la mezcla no sólo es materia de arquitectos. Dije que la mezcla es concepto propio de la construcción y los seres humanos somos seres en permanente estado de construcción, para construir nuestros espíritus necesitamos mezcla, y, como en la arquitectura, si no hacemos una buena mezcla, el edificio espiritual puede derrumbarse.
Vos sabés que un tiempo estudié arquitectura en la Universidad del Valle de México. Ahí tuve una maestra que me enseñó a ver el horizonte. Mucho de lo que ella me enseñó lo aplico hoy en mi vida. Abandoné la arquitectura y seguí el dicho de ser “arquitecto de mi propio destino”. Y, ¡mirá lo que es la vida!, mi maestra decidió también botar la arquitectura y se dedicó de lleno a las artes plásticas y hoy es una destacadísima artista plástica que ha expuesto en muchos países, además del nuestro.
En la pintura, de igual manera, algo esencial es la mezcla de los colores. Yo soy un pintor figurativo, hago el boceto de las figuras (humanos y animalitos) y luego, hago mezclas, y le doy color al soporte. El misterio está en la mezcla. Los pintores abstractos juegan con eso, el color está por encima de la forma.
Y vos, ¿cómo vas haciendo tus mezclas vitales para hacer tu edificio espiritual?
Te comparto lo que José Alberto respondió en este juego de la palabra y de la imaginación. A José Alberto le preguntamos: Imaginá que te llamás mezcla, ¿de qué sustancias te valés para formar tu espíritu?
José Alberto, experto en mezclas, respondió de esta manera: “Diría que, en la profesión que tenemos como arquitecto, la principal mezcla que usamos es el concreto, que es cemento, arena, agua y grava; consolidados estos elementos dan mucha fortaleza. Creo que, en lo particular, la mezcla que utilizaría, en el tema personal, primero sería Dios, tener fe en algo, pienso que es algo muy importante; luego tendría a la familia, que es la que nos forma y da valores, a través de nuestra vida y nuestra formación inicial; y después sería el conocimiento, el conocimiento es muy importante, porque nos da herramientas para poder servir a la sociedad, o servir como un profesional a las personas que requieren nuestros servicios. Esos serían mis principales elementos: Dios, la familia y tener conocimiento.”
Ahí quedó. José Alberto, profesional de la construcción, dijo que la conjunción de cemento, arena, agua y grava produce un nuevo material que tiene fortaleza.
¡Ah, genial! Para las construcciones interiores personales, no hay una sola receta. La del arquitecto Gómez Conde acá está expuesta. Él considera que los principales elementos son Dios, la familia y el conocimiento. Tal vez vos tengás otra idea. Todo se vale. Lo importante es lograr una mezcla idónea.
Posdata: mi maestra nos dejó hacer una maqueta, como era la primera vez que haríamos en su clase esta clase de trabajo, al final remató con lo siguiente: “Busquen buenos materiales, no la vayan a hacer con puro papel, porque se hará caca.” Alguna compañera no le gustó el término, pero yo pensé que era correcto. Cuando no usamos los elementos precisos, y en las dosis adecuadas, el espíritu humano también puede hacerse caca. Somos testigos de ello. Hemos visto a seres humanos que se quiebran, porque no tuvieron el cuidado de elegir los mejores elementos para construir su espíritu.
José Alberto elige tres elementos: Dios, familia y conocimiento. Ahí queda el juego, ahí queda la reflexión.
¡Más mezcla, maistro!