sábado, 30 de enero de 2021

CARTA A MARIANA, CON CIELOS LIMPIOS

Querida Mariana: el lunes 25 estuve en la radio. Iván Ibáñez, conductor del noticiario Noti-Vos, de Radio Batidillo, me invitó para platicar acerca de un tema apasionante: la cultura. Por ahí él lanzó dos preguntas: ¿qué sucede con la cultura en estos tiempos de pandemia?, y culturalmente, ¿seremos una nueva humanidad? Como mirás, el tema es apasionante y extenso, inagotable. Iván me dio pie para entrar de lleno, dijo que, ahora, dos temas son prioritarios: la salud y la economía. Aproveché para decir que la cultura está íntimamente relacionada con ambos temas. La cultura nos aporta salud espiritual y, en países altamente desarrollados, aporta un buen porcentaje del PIB (producto interno bruto). A mí me encanta la definición antropológica (se la aprendí al doctor Andrés Fábregas Puig), que dice que cultura es todo lo que hace el hombre. En la radio, Iván reafirmó ese concepto, la cultura comprende la forma en que vestimos, en que hablamos, cómo comemos, qué comemos. En Occidente usamos cubiertos de metal para comer, en Oriente usan palitos de madera. ¡Genial! ¿Qué sucede con la expresión máxima de la cultura, en tiempo de pandemia? Es decir, qué sucede con la cinematografía, con la literatura, con la danza, con el teatro, con la ópera, con la música, con las artes plásticas. Como a mí me encanta la literatura, por encima de las demás artes, le solicité permiso a Iván para hablar de la Feria Internacional del Libro y luego aterrizar en nuestro terruño. Tomé datos del Internet, en la FIL 2019 más de ochocientas mil personas asistieron a la Feria Internacional de Libro, en Guadalajara. ¡Pucha! Una tonelada de gente. Hacé de cuenta cuatro o cinco veces la población total de Comitán. ¡Qué gentío! Eso fue sensacional. Que ese objeto cultural llamado libro convoque a tantos miles de personas ¡es una noticia fabulosa! Llegó 2020 y poco a poco nos fuimos enterando que un virus (el Covid-19) iba a joder planes. Los organizadores de la FIL decidieron que no se dejarían joder. ¿No podemos hacer la Feria en forma presencial? ¡La hagamos virtual! ¡Y la hicieron en forma virtual! Las estadísticas, entonces, variaron, porque, como muchas personas permanecen en casa, desde ahí, conectados a través de los chunches tecnológicos, asistieron a muchos actos de la FIL 2020. ¿Sabés cuántas personas vieron la FIL 2020? ¡Veintiún millones de personas! ¡Desde 84 países! Toneladas y toneladas de lectores. Iván preguntó si esta cantidad maravillosa de personas se tradujo en venta de libros. No lo sé. Pero a mí me maravilla pensar que esos millones de lectores recibieron el mensaje emitido desde Guadalajara. Esta fue la primera reflexión. La pandemia evitó hacer la FIL en forma presencial, pero se realizó en forma virtual y la respuesta fue más que satisfactoria, en términos de cobertura. Esto me permitió aterrizar en Comitán. Algo similar ocurrió con el Festival Internacional de las Culturas y las Artes Rosario Castellanos. En 2019, el Festival se realizó en forma presencial; pero en 2020, por la contigencia sanitaria, el Honorable Ayuntamiento Constitucional de Comitán de Domínguez, a través de la Dirección de Cultura y con el apoyo de CONECULTA, decidió hacerlo en forma virtual y, en buena hora, por primera vez en la historia un altísimo porcentaje de la cartelera estuvo constituido con la participación de artistas locales. La paguita (cien mil pesos) se repartió entre los artistas participantes, quienes resultaron seleccionados por un jurado de calidad. No faltó el que quiso aventar polvo, diciendo, como siempre: “¡Ay, comitecos!”, en intento de restar calidad a lo local. Esta pandemia nos ha hecho reflexionar en la identidad. Artistas de todo el mundo comparten, a través de las redes sociales, obras de teatro, conciertos, presentaciones de libros, exposiciones pictóricas y mucho más. Cada pueblo tiene sus rasgos culturales que les otorga identidad. ¡Claro! El Rosario Castellanos no fue visto por los millones que vieron la FIL, pero fue presenciado por muchos, desde diversos lugares del mundo. Tal vez las autoridades tienen forma de revisar las estadísticas de asistencia y los lugares desde donde el Rosario fue visto. Los que saben de estas vainas, nos han dicho que el mundo no volverá a ser igual. La pandemia no cesará de la noche a la mañana. ¡No! Esto va para largo. ¿Qué tanto? Nadie lo sabe con certeza. Por ahora, en muchos países ya se vacuna contra el virus. No se sabe bien a bien la efectividad; es decir, el mundo deberá seguir respetando las recomendaciones sanitarias: conservar la sana distancia, hacer uso de cubrebocas y caretas, no tocarse la cara y lavarse constantemente las manos, con agua y jabón. Si pueden quedarse en casa, la recomendación es esa: ¡Quédense en casa! Comitán se dispone a celebrar en este 2021 un acto de gran trascendencia: La Independencia de Chiapas y de Centroamérica. Como todo mundo sabe, nuestro pueblo fue la cuna de dicho acto prodigioso. Comitán es la cuna de la Independencia de Chiapas y de Centroamérica. ¡Ah, nadita! ¡Somos un pueblo grande, enorme, genial! No hay certidumbre de cómo estará el mundo en agosto de 2021. Si la vida siempre ha sido incierta, en estos tiempos lo es más todavía. Tal vez el Comité de Festejos deba pensar en actos virtuales. Y, digo yo, dentro de esos actos de Bicentenario, debe incluirse el Festival Rosario Castellanos. Que se aproveche la oportunidad, donde el mundo volverá la vista hacia nuestro terruño por la celebración de ese hecho histórico y se presente parte de lo mejor de la cultura de Chiapas y de Centroamérica. ¡Sí! Que la programación contenga lo mejor de la producción de artistas de nuestro estado mexicano y de los países vecinos. ¡Celebremos nuestra independencia en forma conjunta! ¡Lo hagamos mostrando al mundo lo mejor de la cultura de la región! La pandemia ha demostrado que el Internet es una gran herramienta para compartir la cultura (recordando que cultura es todo lo que hacemos). La globalización interconecta las diversas culturas del mundo. La cultura de Comitán (vos la vivís, la disfrutás) es riquísima. Las herramientas tecnológicas ahora son nuestras aliadas para compartir nuestra cultura con todo el mundo. El mundo está abierto a las propuestas novedosas. Es momento que en nuestro pueblo alguien (no sé quién) dé el primer paso para aglutinar todas las propuestas culturales para llevarlas al mundo. Es necesario contratar a un grupo de expertos (contratar, invertir). Expertos que sepan de identidad cultural, de herramientas tecnológicas y, de manera esencial, sean duchos en mercadotecnia, para que la oferta de productos culturales llegue a todo mundo y todo mundo adquiera lo que Comitán produce. ¿Imaginás que llegue nuestra oferta a ciudades como Nueva York, París, Estocolmo, Ottawa, Buenos Aires, Oslo, Madrid y demás ciudades importantes del mundo? El otro día me enteré que Sergio, el chef del restaurante Ta’bonitío, produce una sal de tzisim. ¿Mirás qué genialidad? Va ya con sentido empresarial, con buena presentación. Pienso que, así como compramos sal del Himalaya no faltará el que, en el Himalaya, desee probar esta sal hecha con la esencia de la hormiga culona, como es nombrada en Sudamérica. Y la propuesta de Sergio es sólo un ejemplo de lo que esta ciudad puede dar al mundo. Tenemos grandes propuestas culturales con textiles, con cerámica, con artesanías en madera y más, mucho más. En esta época de pandemia, época dificilísima, han cerrado muchas empresas en todo el mundo, pero, al mismo tiempo, muchos inversionistas visionarios han abierto empresas, novedosas, donde ofrecen sus productos a todo el mundo y todo el mundo los aplaude y les compra. La semana pasada, una amiga mía terminó un curso de inglés, recibió su diploma de la institución cuya sede está en Barcelona, España. No sólo mi amiga estudió ahí, hay millones de personas en el mundo que lo hacen, que gastan en el aprendizaje de otro idioma. ¿Cuándo se realiza una campaña inteligente que dé publicidad a cursos de tojolabal? Muchos interesados se inscribirían desde muchos lugares del mundo, esto daría trabajo a muchos hablantes y estudiosos del idioma. Llegaría paguita a nuestra región. Posdata: ¿seremos, culturalmente hablando, una nueva humanidad? Debemos reinventarnos. El mundo, querámoslo o no, ya cambió. Cambió en forma abrupta, dramática. Pero, ahora, por fortuna, el mundo está a la vuelta de la esquina, gracias a la tecnología. Los expertos nos dicen que muchas personas que se han contagiado han logrado sobrevivir, gracias a que poseen un buen sistema inmunológico. Las sociedades son cuerpos vivos, lograrán sobrevivir las que se reinventen, las que sepan afrontar la crisis y, unidas, logren construir sistemas culturales inmunes.