jueves, 2 de septiembre de 2021

CARTA A MARIANA, CON UNA IMAGEN

Querida Mariana: esta fotografía es de 1979. Un grupo de albañiles se encarga de retirar escombros de las casas que formaban la llamada manzana de la discordia. Al fondo se aprecia el techo del Salón Lino Morales; el ciprés, fiel acompañante de la torre; la fachada del templo de Santo Domingo y parte de la techumbre y arcos de lo que ahora es el Centro Cultural Rosario Castellanos. Se alcanza a ver unos plásticos que protegen el corredor del polvo. Se aprecia que en ese año, la fachada del templo estaba descuidada, se ven manchas de humedad en la torre del campanario y, en la parte superior, unas matas que crecieron contentas. En la página comitandelasflores.com hay una descripción precisa de la fachada y del interior del templo, respecto a la fachada dice: “La portada es de un cuerpo. El ingreso es a través de un arco de medio punto, con un alfiz con cornisa, flanqueado por dos nichos; sobre la cornisa un óculo abocinado y sobre éste, un nicho central con peana; un astil y pináculos coronan la portada”. Ah, términos arquitectónicos deliciosos. Pucha, dice que tiene un alfiz con cornisa. Sí, todo muy bonito, pero ¿qué es un alfiz? Sólo los expertos reconocen dichos términos. Está muy bien, porque así, los legos, pepenamos algunas palabritas domingueras. En fin, investigué en este chunche e hice la traducción: la fachada tiene una puerta con un arco, a su lado dos nichos, arribita un marco rectangular con un techito. Justo a la mitad lo que se llama un ojo de buey, que permite el paso de luz al coro y encima del óculo abocinado otro nicho con una peana, que dice el diccionario de términos arquitectónicos es una base para colocar una escultura, sobre todo una imagen religiosa. Si ahora, con cubrebocas y careta, te parás frente al templo hallarás en su portada todos los elementos acá consignados: está la puerta donde entran y salen los fieles, a su lado dos nichos (al lado de un nicho está la placa del cuarto centenario de la evangelización), arriba del marco el vitral redondo y más arriba el otro nicho con la peana. Ahora pintado en un color amarillo bien coqueto. Pero, un momento, ¿ya miraste que en 1979 en el nicho superior aparece algo como una imagen sobre la famosa peana? No sé si mi vista ya me hace ver de más (recordá que ya uso lentes para leer). Pero yo sigo viendo una imagen religiosa, imagen que actualmente no existe. Los fieles que vivieron el Comitán de los años setenta nos podrán decir si lo que miro es real o creación de mi imaginación. Si la imagen es real, ¿en dónde está? Yo supongo, sin certeza, que dicha imagen representaba a Santo Domingo. La lógica eso indica, pero la lógica nada tiene que ver con el mundo surrealista en que vivimos. La lógica diría que un relieve de la fachada del templo de San Sebastián correspondería a una imagen del santo al que está dedicado el templo. ¡Pues no! El relieve presenta a un caballerango con sombrerito y una espada sobre un caballo. Alguien me dijo que es la imagen de Santiago Apóstol. Ah, yo no sé. Traigo esto a colación, porque la imagen que estaba en el nicho superior central del templo de Santo Domingo tal vez correspondió al santo patrono de Comitán, pero tal vez no. Te encargo que le preguntés a tu abuelita si recuerda esa imagen en el nicho del templo. Según yo, en 1979 ahí estaba, ahora ya no está, ahora el nicho está bien bonito, pero vacío. En 1979 Comitán ganó mucho, pero también perdió. Ahora, el parque central está ampliado, desde todos lados se aprecia el monumental templo de Santo Domingo, pero, los nostálgicos extrañan la manzana derruida. Las casas, lo sabemos, también son asideros para la memoria colectiva. Los niños que ahí corrieron de un lado para otro en la calle, echando volados para cambio de figuritas, añoran ese espacio que les otorgó tanta felicidad en un Comitán tranquilo. Pero, ahora, entonces, también debemos agregar a la lista de pérdidas la imagen del santo que estaba en el nicho superior de la fachada de Santo Domingo. ¿Alguien puede dar razón, en caso de que mi vista no me engañe? Posdata: Ganamos y perdimos. Así es la vida. A veces, la ganancia no compensa lo perdido. A veces, la pérdida rebasa la ganancia y nos quedamos con la sensación de que el trueque fue infructuoso.