martes, 21 de noviembre de 2023

CARTA A MARIANA, CON UNA FILA

Querida Mariana: el chiste es sobado: la señora toca el hombro al joven que está delante de ella y pregunta: ¿acá es la cola? No, señora, ese es el hombro, la cola está más abajo. Por eso, desde siempre, a mí no me gusta usar la palabra cola sino la palabra fila. Hacemos fila por muchas razones: para comprar el boleto de cine, el del partido de fútbol, para comprar tortillas, para entrar a un sanitario público, para entrar al estadio, para entrar a la sala del aeropuerto, para pasar a los andenes del Metro y, ¡oh, qué bendición!, para pedir la firma del autor de un libro. En esta fotografía hay una fila que no es frecuente en nuestro pueblo. Varias personas hacen fila para llegar hasta donde está José Ángel Aguilar firmando ejemplares de su primer libro: “Isiomo. Crónica de los días”. Ahora diré que he hecho fila en todos los ejemplos que anoté: he hecho fila para comprar el boleto de cine y luego para entrar a la sala; he estado en la fila de las tortillas, para comprar boleto en el Estadio Cuauhtémoc y luego para entrar a ver un partido del Puebla contra el América; para comprar un boleto del Metro y luego esperar que los demás pasen por el torniquete; para ingresar a la sala del aeropuerto Benito Juárez, de la Ciudad de México; y también para pedir el autógrafo de un autor. Por fortuna, las filas en nuestro país no son como las filas en Cuba. Digamos que en nuestro país las filas son necesarias por momentos (he visto filas grandes para pagar el servicio de televisión por cable) o son filas que ofrecen la esperanza de conseguir un cacho de felicidad (he visto fanáticos de fútbol fascinados, brincando de gusto, con los boletos en lo alto, porque tienen las entradas para el partido Chivas-América). He visto sonrisas, intercambio de palabras, cuando un lector llega al lugar donde el autor firma libros. José Ángel estuvo contento, estuvieron contentos los lectores que tuvieron el libro en sus manos e hicieron fila para conseguir el autógrafo; y contento estuvo mi jefe, el Maestro José Hugo Campos Guillén, Rector de nuestra Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar, al hacer comentarios en la presentación del libro en el último día de trabajos del Foro Nacional: Prácticas Escolares desde las Experiencias Formativas, celebrado los días 16, 17 y 18 de noviembre de 2023, foro que fue organizado por la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior en Trabajo Social. La breve ficha de José Ángel Aguilar García da cuenta que él nació en Comitán, en 1982; es licenciado en Filosofía, por el Instituto de Estudios Superiores Tomás de Aquino; ha publicado crónicas y entrevistas para el medio digital “Crónicas de la Calle Libertad” y, eventualmente, en “El Diario del Istmo”; ha sido profesor de Lógica y Filosofía; y es miembro del Servicio Profesional Electoral Nacional. El Rector de nuestra universidad escribió en contraportada: “Como parte de los actos culturales del Foro Nacional Prácticas Escolares desde las Experiencias Formativas se publicó el presente libro “Isiomo. Crónica de los días”, de José Ángel Aguilar García. “Esta serie de crónicas es muestra del talento del escritor comiteco y fiel reflejo de la dinámica social de los pueblos del mundo. “La Universidad Nacional Autónoma de México, la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior en Trabajo Social y la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM convocaron al Foro Nacional, celebrado los días 16, 17 y 18 de noviembre de 2023, donde la Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar fue nombrada sede. Un honor”. Posdata: después de la presentación que corrió a cargo del Maestro José Hugo Campos Guillén y del autor, muchos lectores hicieron fila para llevarse el autógrafo de José Ángel. Por lo regular la pregunta es: “¿A nombre de quién?”, el lector o lectora da su nombre y el autor dedica el ejemplar en forma especial. El libro se convierte a partir de ese instante en algo más cercano, más íntimo. Podrá haber miles de ejemplares, pero sólo ese tendrá un vínculo especial. El acto no dura más de un minuto (el autor debe apurarse, porque hay más lectores que esperan), pero el mensaje queda inscrito en el libro de un posible infinito. La crónica literaria comiteca contemporánea la está escribiendo José Ángel. ¿En dónde se consigue su libro? Por el momento con el autor. ¡Tzatz Comitán!