miércoles, 29 de noviembre de 2023

CARTA A MARIANA, CON UNA QUESADILLA DE FLOR

Querida Mariana: mirá la foto, Cielito está al lado de un anuncio que invita al desayuno buffet en el Hotel San Sebastián. Sí, en el maravilloso barrio con ese nombre. ¿En dónde está? Ah, llegás bien fácil, en la bajada que pasa por el Hotel Internacional, Correos, el Museo de Arte, el templo de San José, prescolar de la Mariano N. Ruiz y, en la mera esquina, está el hotel que, los sábados y domingos, de ocho y media a doce y media, prepara un delicioso buffet. No conocía el espacio. El sábado pasado lo visitamos. ¡Me encantó! El patio techado, donde están las mesas y sillas, tiene piso de ladrillo. ¡Qué privilegio! Recordé que los corredores de mi casa de infancia tenían ese material, fresco, como abrazo de abuelos; así que de inmediato sentí la recepción afectuosa, con elementos tradicionales de nuestra comunidad. Al entrar vi las mesas alrededor del patio donde, como en cualquier buffet, estaban distribuidas las bandejas con flamas en la parte de abajo, para que los alimentos calientes se mantengan así. Roberto probó unos tacos de carnitas (ricos, dijo); Cielito probó cochito horneado (rico, muy rico, dijo); Paty comió dos pitaúles (están muy buenos, comentó); y yo le pedí a Doña Rosalba que, por favor, me preparara una quesadilla sin queso (¡ay, Señor!), pero sí con la tradicional flor de calabaza, que disfruté de una puntita a otra. Doña Rosalba estaba torteando, sus manos tomaban pelotitas de masa y su pericia las transformaba en perfectos círculos delgados que tomaban vida y se inflaban como si fueran cachetes sonriendo. Como llegamos temprano pudimos platicar tantito con el personal: meseros, cocineras, chefs. Todos bien uniformados, pendientes de cada una de sus comisiones. Busqué una mesa al lado de una fuente con helechos que, de igual manera, me abrazó con el reconfortante sonido del agua que cae y cae para acariciar el espíritu; más tarde llegó Mario Luis III. ¿Lo recordás? Ya estuvo con nosotros en dos Platicatorios, nos contó que trabajó en una farmacia, pero una mañana vio pasar un autobús donde un amigo tocaba para los pasajeros. No lo pensó dos veces, presentó su renuncia y al día siguiente ya estaba tocando en autobuses. No faltó el amigo que no comprendió su comportamiento, tenía asegurada su paga cada semana detrás del mostrador, pero él fue tras su vocación, persiguió el sueño de libertad, ser músico. Karla Islas Ruiz y su esposo Rubén Alberto Gordillo Razo son los empresarios emprendedores. El hotel lo iniciaron en 2016 y en 2019 ampliaron la oferta con el buffet, un buffet rico, higiénico, con una sazón deliciosa. Un rico desayuno en un ambiente agradabilísimo, en tradicional patio comiteco, constituyen los elementos para tener una experiencia agradable. Le platiqué al propietario que conocí a su papá, el ingeniero Rubén, él y yo fuimos colaboradores del licenciado Gonzalo Ruiz Albores, él en la dirección de obras públicas y yo en la biblioteca pública Rosario Castellanos, le dije que lamenté su fallecimiento, aún era joven. Recordamos que la casa perteneció a una señora Carboney (el maestro Temo Alcázar nos corregirá), luego ya el ingeniero Rubén adquirió la propiedad y ahora es un edificio muy íntimo que ofrece diez habitaciones. A las nueve de la mañana ya había comensales ocupando diversas mesas, el grupo de meseros estaba pendiente para atenderlos (Ángel Martín, Sofía Mariana, Diego y Jordán); asimismo muy atentos los propietarios junto a Doña Rosario, Doña Amparito y Don Martín (todos ellos familiares, Doña Rosario y Doña Amparito nacieron en la bellísima San Cristóbal de Las Casas, ahora disfrutan nuestro hermoso pueblo y reparten los dones gastronómicos). Posdata: sí, dijo Paty, están muy ricos los pitaúles. Vos sabés que pitaúles sí como, como frutita, comí una riquísima quesadilla de flor de calabaza. Jordán me ofreció un té, no acepté, porque, la mera verdad, ya había desayunado en casa. Lo de la quesadilla fue un pequeño antojo. No me arrepiento haber caído en la tentación. Fue un lujo que me doy muy de vez en vez. Me agradó el lugar, pienso que de igual manera lo disfrutan quienes llegan al buffet, los sábados y domingos. ¡Tzatz Comitán!