martes, 25 de septiembre de 2007

Hojas secas

Los árboles quedan desnudos.
Más que la primavera, el otoño sintetiza la esencia de la vida. No es en los árboles llenos de verde donde se muestra la vida. La vida está escondida en el crujir de las hojas secas. La primavera del árbol es callada, el otoño del árbol tiene un rumor de rata mordisqueando unas migas.
Un día, la hoja seca se cansa de ser hoja, se convierte en polvo fino. Los pasos del hombre son la barra del mortero que es la tierra. La hoja se hace abono y alimenta al árbol que sueña otra vez con la primavera, con los renuevos, con los pájaros bordando nidos en sus ramas.
Cuando camino por el bosque y piso sobre una alfombra de hojas secas sé que ahí ¡está la vida!
La vida es como un crujir de huesos, como una rótula que dobla el pie en la subida.
En otoño los árboles quedan desnudos.
Cuando el hombre pulveriza sus hojas secas ¡renace la esperanza de vida!