viernes, 2 de febrero de 2018

DEFINICIÓN DE CONTROL




Es una palabra engañosa. Es de las más engañosas del mundo. Es una palabra dos caras. ¡Qué diferencia con respecto a la palabra bondad, por ejemplo! La palabra bondad no se presta a la confusión que sí provoca la palabra control. Cuando alguien dice que “Todo está bajo control”, los compañeros y jerarcas de la empresa se sienten satisfechos, casi sonríen. Porque puede ser que ese “Todo está bajo control” se refiera a que los índices peligrosos de la planta nuclear ya volvieron a niveles sin riesgo. En este caso la palabra control provoca sentimientos de alegría, estremecimientos felices.
En esa máscara seductora esconde su rostro de caníbal. La mayoría de personas sólo ven ese aire limpio y caen bajo su influjo.
Pero cuando la palabra control muestra su peor cara, su verdadera identidad, el mundo se cimbra y termina con grietas de espanto.
Respetados lectores, no crean que es un mero juego de palabras. ¡No! La palabra control es la más controladora del mundo. La anécdota que a continuación comparto parecería chiste pero no lo es. Cuando a mi tía Eulogia le preguntaron quién llevaba el control en casa, dijo que su esposo, mi tío Carlos, porque él siempre tenía el control de la televisión. Todo mundo rio, incluso Hortensia dijo que sí, eso era la prueba máxima, porque en todas las casas del país, medio mundo se pelea por tener el control de la televisión.
Cuando la reunión terminó y quedé en la cocina, tomando un té, que me sirvió la tía, ella me dijo que, sin duda, yo había comprendido la verdadera esencia de sus palabras, la ironía de su mensaje. Colorado dije que no, dije que no había comprendido su mensaje. Entonces fue cuando ella explicó: “Le dejo el control para que yo pueda controlarlo. ¿Entiendes?”. Comencé a entender. ¡Claro! Ella no pelea por el control, deja que mi tío vea lo que desee. Ella no ve telenovelas, deja que mi tío vea el fútbol y las series policiales que tanto le gustan. Comencé a entender: Deja que mi tío tenga el control para tenerlo controlado. Mi tía emplea la misma técnica del poder: Hace que televisa controle a las masas con su programación insulsa. El pueblo mexicano cree (cree, no piensa) que el poder reside en el pueblo y así lo manifiesta, mientras se deja seducir por las telenovelas y por el fútbol soccer.
¿Este 2018 es crucial para el futuro de México? ¡Sí!, dice la mayoría, y millones de mexicanos piden a Dios que la selección pase a la segunda ronda en el Mundial de Rusia.
¡Nos tienen controlados! Ellos, los poderosos, dicen: “Les demos el control para que sigan sometidos a nuestro control” y nosotros somos felices con el control en la mano.